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El intento fallido por revivir el M-19 como movimiento político

Antiguos militantes de la extinta guerrilla pretendieron presentar una lista a nombre de esta, pero los requisitos de póliza tienen en veremos la aspiración electoral.

Juan Sebastián Lombo
30 de diciembre de 2021 - 02:00 a. m.
Desde enero de 2021 varios exmilitantes de la extinta guerrilla decidieron unirse para tratar de revivir el M-19 como movimiento político.
Desde enero de 2021 varios exmilitantes de la extinta guerrilla decidieron unirse para tratar de revivir el M-19 como movimiento político.
Foto: PAMELA ARISTIZABAL/EL ESPECTADOR - PAMELA ARISTIZABAL

“¡Por la paz, por Colombia, dejad las armas!”, fue la orden que se escuchó el 8 de marzo de 1990 para que los miles de miembros del M-19 entregaran sus fusiles y buscaran reinsertarse a la vida civil. Como parte del acuerdo de paz con el gobierno, se le reconoció a la extinta guerrilla una personería jurídica que utilizaron bajo el nombre de Alianza Democrática M-19. Esta sirvió para impulsar la aspiración presidencial de Carlos Pizarro -que no pudo llegar a las urnas al ser asesinado el 26 de abril de 1990- y fue el paraguas mediante el que 19 constituyentes llegaron a la Asamblea Nacional Constituyente, incluyendo uno de los tres presidentes de dicha corporación, Antonio Navarro Wolf.

Luego sirvió para impulsar la llegada al Congreso de Vera Grabe y otros 21 miembros de dicha colectividad. Sin embargo, poco duró el impulso y hacia 1994 no sacaron ningún senador, igual que en 1998. Como parte de la estrategia para sobrevivir, los pocos exguerrilleros M-19 que quedaban, como Carlos Ramón González, cambiaron el nombre a Opción Centro. Ahora, 18 años después, esta colectividad es la que se conoce como Alianza Verde. Sin embargo, para varios de los exmilitantes de la extinta guerrilla, las banderas por las que lucharon no están representadas en este partido, por lo que desde enero del 2021 decidieron unirse para tratar de revivir el M-19 como movimiento político. La meta era recoger firmas para llevar una lista al Senado y hasta habrían recolectado las suficientes para este fin, pero otros requisitos tienen en veremos la aspiración.

Aunque el M-19 desapareció del radar como partido, sus antiguos militantes se siguieron congregando bajo el tricolor azul, blanco y rojo de la extinta guerrilla. En las marchas siguieron izando la insignia y en los sectores de bajos recursos articularon distintos trabajos sociales. “El saludo de la gente y el apoyo era multitudinario. Nos quitan las banderas para tomarse fotos y hasta nos toca regalar nuestras camisetas”, contó a este diario Néstor García Buitrago, exguerillero del M-19 y uno de los que lideró la recolección de firmas. Esta acogida, contrario a lo que pasó con los desmovilizados de las Farc, habría sido una de las razones por las que decidieron aprovechar el apoyo popular para buscar ser partido político de nuevo.

No solo habría sido el cariño de la gente. Varios de los antiguos miembros del M-19 encontraron en la situación actual varias situaciones similares a las que los impulsaron hace más de 40 años a tomar las armas. “Hay una constitución del 91 en la que el M-19 hizo un acuerdo con el Estado como un movimiento de la vía armada a la vía política. En estos 30 años ha sido sustituidos los modelos económicos. Eso tuvo unas consecuencias nocivas”, expresó Luis Ignacio Ramos, otro antiguo alzado en armas y quien también lideró la recolección de firmas. Tanto García como Ramos señalaron que la falta de cumplimiento del orden constitucional del 91 los hizo plantearse la necesidad de volver a la arena política.

Pero el impulso final vino de jóvenes que nunca empuñaron un arma y que solo conocen del M-19 por lo que dicen los libros de historia y lo que le contaron sus antiguos militantes. Estos se han vinculado al trabajo territorial que han hecho los exguerrilleros, que tienen proyectos como la escuela de formación para la paz del M-19. De esta hace parte Jeimy Muñoz, una víctima del conflicto que encontró en la propuesta de la extinta guerrilla una posibilidad de trabajo social: “Me vinculé a través de un compañero del colegio. Soy víctima y era un compañero que estaba haciendo talleres de paz y él nos comentó sobre su trabajo”. En estos espacios se formaron “nuevas militancias” que vieron en la figura del partido una nueva oportunidad para impulsar su proyecto de país a nivel territorial.

“Llevamos este año con el tema de la personería. Eso lo hablamos con los compañeros de la escuela”, contó Muñoz, que agregó que los nuevos y viejos militantes salieron a las calles a buscar las firmas para recuperar la personería del M-19. Sin embargo, este esfuerzo no cuenta con los viejos nombres reconocidos del “M”. No figuran ningún Otti Patiño, Rosemberg Pabón, Antonio Navarro, o Gustavo Petro. Ellos, si acaso, saben del proyecto por tintos que han compartido, pues según comenta Néstor García, los que “avalan esto es la base histórica, los de bajo perfil”. Es más, las cabezas de este proyecto tienen visiones distintas sobre la figura de Petro. Unos lo aplauden, le brindan su total apoyo y hasta dicen que de tener una curul será en apoyo total a este, pero otros le reclaman que supuestamente sabe del proyecto de resucitar al M-19 pero no les ha hecho el guiño en tarima.

Sin nombres reconocidos, esta nueva generación que busca reivindicar el pensamiento de Jaime Bateman y Carlos Pizarro apenas cuenta con 85 miembros, de los cuales solo 20 son de los que se alzaron en armas en la segunda mitad del siglo XX, el resto son jóvenes de “militancia reciente”. Es más, la lista abierta por la que recogieron firmas apenas tiene nombres de antiguos exguerrilleros, la mayoría son líderes sociales y defensores de derechos humanos. “Los del M-19, los que estuvimos alzados en armas, haremos el acompañamiento. Yo como cofundador acompaño”, dijo Garcia sobre este punto, en el que añadió: “les decimos a las nuevas generaciones nosotros no pudimos, pero ustedes sí lo harán. Los acompañamos y los soportamos”.

Aunque comenzaron la tarea con tiempo, se tuvieron que enfrentar a varias dificultades que los tuvieron hasta lo último recogiendo firmas. A pesar de que dicen que hubo acogida a la historia del “M”, también hubo un sector que recordó lo que ellos llaman “sus errores militares”, como la toma del Palacio de Justicia. Precisamente este fue uno de los lugares que eligieron para comenzar. Según Ignacio Ramos, era esencial empezar la recolección de firmas con banderas y símbolos de la extinta guerrilla en la Plaza de Bolívar: “Es complicado pararse con una bandera del M-19 en frente del palacio y pedir firmas. Hicimos eso para que los otros se animaran”. A esto Jeimy Muñoz complementó diciendo: “La gente nos apoyó muchísimo. Hubo muy poco desprecio. De cien, dos llegaban y nos decían que nos tomamos el Palacio, no se dejaban hablar y la gente llegaba a defendernos. Nos gritaban, pero otros nos defendían”.

El otro contratiempo que tuvieron que enfrentarse fue el económico y este fue aún más difícil de sortear. “Los voluntarios que están recogiendo firmas disponen de su tiempo y a veces ni siquiera tenían para un tinto”, dijo Néstor García. Este también contó que para recoger dinero sacaron bonos de colaboración por un valor de $10.000 e hicieron rifas. Eso ayudó a sortear las necesidades de los voluntarios, pero fue un monto mínimo frente al que necesitaban para pagar las pólizas de seriedad que se exigen para avalar las candidaturas. Todos los consultados del M-19 concuerdan en que habrían recogido las firmas suficientes, entre 60.000 y 70.000, pero la Registraduría no las recibió por falta de los seguros. Solo les habrían recibido un oficio en el que dejaban constancia del intento fallido.

Tras la negativa de la Registraduría, ocurrida el 13 de diciembre, la lucha pasó de las calles a los tribunales. Por un lado, presentaron una tutela bajo el argumento de que la póliza les vulnera su derecho fundamental a la participación política debido a que “no han permitido la inscripción de sus candidatos al Senado”. No obstante, la justicia señaló que no había violación alguna, pues es un requisito ya fijado, por lo que declararon improcedente la pretensión. La otra solicitud la hicieron ante el CNE al día siguiente del rechazo de las firmas. En esta solicitaron la personería del M-19 basándose en el fallo que resucitó al Nuevo Liberalismo. El tribunal electoral pidió a distintas entidades y a los accionantes pruebas que demuestren una persecución y un exterminio por el que se les podría aplicar el antecedente judicial por el que hicieron la solicitud.

No está claro si podría prosperar este último recurso. Es cierto que Carlos Pizarro fue asesinado cuando era candidato presidencial, pero el partido siguió, no hay claridad de otros miembros persguidos y su personería se habría mantenido en lo que actualmente es la Alianza Verde. Además, los viejos nombres reconocidos del M no están en el intento de resucitarlo, solo algunos cuantos antiguos alzados en armas. Además, la polarización actual ha hecho que vuelva a resurgir un cierto rechazo a los movimientos guerrilleros indultados. Sin embargo, es la última oportunidad que tienen estos viejos exguerrilleros del M-19 para ver la bandera azul, blanca y roja nuevamente en un tarjetón electoral.

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Atenas(06773)30 de diciembre de 2021 - 11:53 a. m.
Otra empresa electorera más, y está x cuenta de exguerrillos y algunos necios q’ aún comen cuento. Le tupen al emprendimiento x cuenta del Estado tratando de tener una curul, en lo q’ sea. ¡Tan resignados!
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