A dos semanas de la primera vuelta de las elecciones presidenciales, el mundo político va tomando posiciones alrededor de los distintos candidatos. En ese marco, los expresidentes juegan un papel activo en la promoción de las campañas que, por estos días, buscan mostrarse cohesionados con sus fuerzas partidistas y sociales.
Con el presidente Juan Manuel Santos, están los expresidentes liberales. César Gaviria, quien anticipó su apoyo a la reelección desde noviembre de 2013, no ha estado envuelto en actos proselitistas. No obstante, está claro que, a través de su hijo el congresista Simón Gaviria, está apostando todas sus cartas al presidente-candidato. El representante a la Cámara ha hecho recorridos por el país con Luis Eduardo Garzón, el representante Alfonso Prada, el senador electo Horacio Serpa y otros miembros de la campaña de la Unidad Nacional.
El expresidente Ernesto Samper es otro que está con Santos. No solo ha manifestado su apoyo, sino que muchos, desde la oposición, le atribuyen tener cuotas políticas en órganos de control, dependencias administrativas, e incluso, ministerios. Además, es uno de los principales alfiles del liberalismo para respaldar el proceso de paz y cohesionar a la sociedad civil alrededor de las negociaciones y de la idea de posconflicto.
Pero así como la Unidad Nacional cuenta con el apoyo de los liberales, ese respaldo significó el distanciamiento del expresidente conservador Andrés Pastrana. "He dicho que la reelección de Santos es la reelección de Samper. Es imposible para mi estar en una coalición con el expresidente Samper, porque fue cuando al fin y al cabo el narcotráfico compro la presidencia en Colombia", dijo el exmandatario, quien además atacó la continuidad del proceso de paz mientras las elecciones. "Un presidente puede negociar y puede pactar. Un candidato podrá negociar pero no pactar, porque no sabemos qué se está pactando", agregó.
Durante la semana que termina, Pastrana se vinculó de lleno a la campaña de Marta Lucía Ramírez. Tras una reunión con la candidata afirmó que "el Partido Conservador demostró que tiene vocación de poder, primero eligiendo una candidata como Marta Lucía y segundo diciéndoles a todos los conservadores que tenemos que salir a votar por ella el próximo 25 de mayo. Los conservadores podemos tener 2 millones y medio de votos fácilmente ese día los cuales garantizarían que Marta Lucía estuviera en segunda vuelta".
Sin dudas, el más activo de los exmandatarios es Álvaro Uribe. En 2012, dos años después de haber apoyado la candidatura de Juan Manuel Santos, reunió a sus más fieles seguidores y les propuso la creación de un partido que representara sus ideas pues, a su juicio, Santos había incurrido en una traición al entrar en unas negociaciones con la guerrilla de las Farc. Lo logró en 2013, cuando nació el Centro Democrático.
En octubre del mismo año, durante la convención del Centro Democrático que debió elegir candidato presidencial por esa colectividad, Uribe se la jugó por uno de los precandidatos, Óscar Iván Zuluaga. Con su apoyo al político caldense, Francisco Santos, quien gozaba de mayor popularidad en las semanas previas al evento, resultó derrotado y cuestionando la transparencia de la elección interna.
No obstante, Uribe se la jugó a fondo con Zuluaga. Durante los últimos meses 'se echó al hombro' la campaña y ha resultado vital en el ascenso de la candidatura del Centro Democrático en las encuestas. Durante los últimos episodios de insultos y señalaientos entre las campañas, ha emprendido batallas contra el presidente, el candidato a vicepresidente Germán Vargas Lleras y ha criticado con vehemencia muchos de los programas y actuaciones de gobierno. Incluso, desde las demás candidaturas dicen que Zuluaga sería incapaz de ser un candidato visible sin el acompañamiento de Uribe.