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El legado de Nydia Quintero: la solidaridad, su bandera; el amor, su idioma


Nydia Quintero Turbay, sin haber ocupado un cargo público, transformó el alma de un país. No gobernó desde la Casa de Nariño —aunque vivió en ella—, sino desde otro lugar: el amor. Y lo hizo con una herramienta revolucionaria: la solidaridad.


María Carolina Hoyos Turbay
06 de julio de 2025 - 02:00 p. m.
La Fundación Solidaridad por Colombia nació del sueño de Nydia Quintero de Balcázar, hecho realidad desde 1975 con el apoyo de colaboradores y donantes
La Fundación Solidaridad por Colombia nació del sueño de Nydia Quintero de Balcázar, hecho realidad desde 1975 con el apoyo de colaboradores y donantes
Foto: Fundación Solidaridad por Colombia
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Durante cinco décadas tejió una obra que no se mide en ladrillos ni cifras, sino en vínculos: en jóvenes que recuperaron la esperanza, en familias que encontraron oportunidades y en niños que por primera vez tuvieron nombre y futuro.

Su obra no se impuso, se ofreció. No repartía caridad, devolvía dignidad. No buscaba reconocimiento, construía país.


En 1975 —antes incluso de ser primera dama— creó la Fundación Solidaridad por Colombia con una idea poderosa: que los pequeños actos de solidaridad, repetidos millones de veces, pueden transformar una nación. Lo hizo sin estridencias, con una convicción inquebrantable: toda transformación empieza cuando alguien cree en ti a tiempo.


No hablaba de asistencialismo, hablaba de justicia. Apostó por romper la cadena de la pobreza desde la raíz: la primera infancia, la educación, los valores, la nutrición y el afecto. Cada beca, cada jardín, cada acompañamiento recordaba a una persona que importaba. Donde otros veían cifras, ella veía rostros. Donde muchos hablaban de “vulnerables”, ella hablaba de talentos sin oportunidad.


No le interesaban los aplausos, sino los resultados. Recordaba nombres, historias, contextos. Amaba los informes bien hechos, las soluciones viables, los programas sostenibles. No toleraba la mediocridad: hacer el bien no era excusa para hacerlo a medias. Lideró con firmeza y ternura. Nos enseñó que servir es el verbo más poderoso del lenguaje social.


Fue madre, abuela, esposa de presidente… y madre de miles de causas. Su feminismo se expresó en hechos: en cada joven mujer que accedió a una beca, en cada madre cabeza de hogar que renació, en cada comunidad que volvió a creer. En una época en la que no se esperaba que las mujeres lideraran, ella lo hizo. Me enseñó que no hay que elegir entre el hogar y el propósito: se puede ser ambas cosas a la vez.


El secuestro y asesinato de su hija —mi madre, la periodista Diana Turbay— fue una herida que nunca cerró. Nunca abandonó su vestido negro, pero tampoco su misión. Me dijo una vez: “Si hubiera podido, me habría intercambiado por Diana”. No lo dijo como una heroína, sino como una madre. Y como una mujer que entendió que el perdón no borra el dolor, pero sí impide que el dolor nos destruya. Desde ese dolor siguió construyendo. Siguió creyendo. Siguió sirviendo.


Convirtió la Caminata de la Solidaridad en un símbolo nacional: millones de colombianos caminaron juntos cada año, demostrando que un país puede moverse al mismo ritmo cuando lo que nos une es el otro.


Más de 5,8 millones de personas han sido impactadas por la Fundación que ella creó. Pero su verdadero legado es una manera de habitar este país desde la empatía y el compromiso.


Fundación Solidaridad por Colombia: transformar con amor


Durante cinco décadas, la Fundación Solidaridad por Colombia ha acompañado el desarrollo integral de miles de personas en contextos de alta vulnerabilidad.


Nuestro modelo B.I.C.I. (Bienestar Integral para Comunidades más Inspiradas) reconoce que muchos caminan por una cancha inclinada. Por eso nivelamos el terreno con dos líneas de acción fundamentales: educación y sostenibilidad.


El impacto histórico se ilustra en cifras como estas:


* Primera infancia: 17.268 niños y niñas atendidos en jardines y unidades familiares.


* Jóvenes solidarios: 35.622 adolescentes formados en liderazgo, STEM, ciudadanía e inglés.


* Educación superior: 1.708 estudiantes beneficiados con apoyo integral.


* Adulto mayor: 21.094 personas con atención psicosocial y recreativa.


* Red Familia: 6.234 familias acompañadas.


Sostenibilidad: 5.047.292 personas con acceso a ayuda humanitaria, agua, liderazgo y reconstrucción comunitaria.


Total de vidas impactadas: 5.850.403.


Dona. Participa. Camina con nosotros. Porque cuando uno decide amar sirviendo, Nydia vuelve a caminar con nosotros.


Su voz, su legado y su ejemplo nos seguirán guiando.

Por María Carolina Hoyos Turbay

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