Hace cinco años, el 2 de octubre de 2016, los colombianos le dijeron “No” en las urnas al Acuerdo de Paz que el gobierno del presidente Juan Manuel Santos firmó con la guerrilla de las Farc. El triunfo de quienes se opusieron a lo pactado en La Habana (Cuba), en una campaña previa liderada por el uribismo y cuyo objetivo fue hacer que la gente saliera a votar “verraca”, fue por un estrecho margen: 50,21% contra un 49,78% que dijeron “Sí”. Pero aún hoy, se sigue izando esa bandera en contra del Acuerdo, desconociendo incluso la renegociación que se hizo después, que derivó en una segunda refrendación en el Congreso de la República.
Y es que, desde ese entonces, Colombia ha navegado en medio de una ardua polarización. Aun con las Farc ya desmovilizadas –aunque las disidencias son una lamentable realidad–, el Centro Democrático y otros sectores políticos han enfilado baterías, por ejemplo, en contra algunas de las instituciones creadas al amparo del Acuerdo, como la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) o la misma Comisión de la Verdad, con un discurso de deslegitimación y desconocimiento. Ese fue, incluso, uno de los temas agudos de la campaña electoral de 2018, cuando se advirtió que lo que se quería era hacer “trizas” la paz.
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Tras la victoria de Iván Duque, el candidato del uribismo, después de tres años de mandato persisten diferencias de conceptos entre quienes aseguran que lo que este ha hecho es ponerle el freno de mano a la implementación, mientras que el mismo primer mandatario asegura que ha hecho más por esa implementación que lo que hizo su antecesor. “Paz con legalidad” es su consigna. Según un último informe del Instituto Kroc de la Universidad Notre Dame (Estados Unidos), la dinámica que se ve es de pocos cambios, aunque las metas están trazadas a mediano y largo plazo.
Lo cierto es que en la actualidad, cuando el país comienza a caminar de nuevo en medio de una campaña pre-electoral, el quinto aniversario del plebiscito por la paz da para que quienes protagonizan en el escenario político expresen sus posiciones y revivan esa batalla de hace cinco años. Como el expresidente Álvaro Uribe, líder natural del Centro Democrático, que en un video difundido a través de sus redes sociales expuso lo que, considera, fueron las cinco afirmaciones mentirosas de Juan Manuel Santos frente a dicho proceso refrendatorio.
Según Uribe, ha habido impunidad para los máximos responsables de crímenes de guerra; se les dieron curules gratis a los exmiembros de las Farc sin que se hubiese dado verdad, justicia y reparación; las víctimas no han sido el centro del Acuerdo; aunque ganó el “No” en el plebiscito, ello no se respetó y, ante la Asamblea General de la ONU, Santos llegó a afirmar que la guerra en Colombia había terminado, lo que no es cierto, pues las disidencias son una realidad y la violencia atiza en las regiones. “Los del ‘No’ dijimos la verdad”, recalcó Uribe.
También se pronunciaron precandidatos como Óscar Iván Zuluaga, quien dijo que aunque se habló de una renegociación, nunca se escuchó a los del “No”: “Los buenos colombianos perdimos y ganó la impunidad”, enfatizó. Y agregó: “Lo advertí. Se cumplen cinco años del triunfo del ‘No’ en el plebiscito. Juan Manuel Santos le hizo trampa al país y hoy todos pagamos las consecuencias de la impunidad”.
María Fernanda Cabal, senadora y también precandidata, escribió en su cuenta de Twitter: “Sin justicia no hay paz. O se modifica el Acuerdo en favor de la efectiva justicia, o se deroga”, palabras acompañadas de un video en el que asegura que la voluntad popular se violentó y que lo que se impuso fue la política de la mentira y la traición. “Es el momento de enderezar el camino”, advirtiendo que el Acuerdo con las Farc “no es intocable”.
“Hace cinco años Colombia fue a un plebiscito para decidir sobre los acuerdos de La Habana. El ambiente contra los del ‘No’ era hostil. Nos llamaban enemigos de la paz. En una elección sin precedentes, los colombianos votamos ‘No’ para rechazar la impunidad y exigir un mejor acuerdo”, expresó por su parte la también senadora y precandidata uribista Paloma Valencia. Y la representante a la Cámara Margarita Restrepo, manifestó: “Santos pasará a la historia por ser el presidente que traicionó a todo el pueblo colombiano, sólo por dar impunidad a los bandidos de las Farc. Ese será su legado”.
Desde la otra orilla, por supuesto, las voces son en defensa del Acuerdo, pese al triunfo del “No” en el plebiscito. De hecho, el expresidente Juan Manuel Santos, blanco de los ataques uribistas, insiste en que el pacto de La Habana significó el fin del conflicto con las Farc. “Hace cinco años se terminó la guerra con las Farc. Debemos seguir construyendo –ojalá todos unidos– el más noble ideal de cualquier sociedad: La paz”, trinó.
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A su vez, el senador Roy Barreras, precandidato presidencial, señaló: “Hace cinco años llenamos las calles y plazas de Colombia de alegría, de esperanza y de ilusión por la paz; siete millones de colombianos nos acompañaron con el ‘Sí’ a la paz. Vamos a recuperar los caminos de la paz, como hicimos con las curules de las víctimas, habrá paz y paz completa”.
Y el exministro Juan Fernando Cristo, aspirante a la primera magistratura del Estado en la Coalición de la Esperanza, publicó un video en el que recalca que hace cinco años, con mentiras, se engañó a millones de colombianos para que salieran a votar contra el Acuerdo de Paz. “Hay que impulsar su implementación integral”, concluyó.
Claramente, las heridas siguen abiertas. Los reproches son mutuos. Los asesinatos y amenazas contra los desmovilizados son una constante. Y el tema de la implementación sigue y seguirá siendo motivo de discordia entre unos y otros. Y por lo visto, tema también de una campaña electoral otra vez agresiva y sin treguas. Y esa paz con las Farc, que se esperaba uniera el país, lamentablemente ha sido más motivo de división.