El pacto de no agresión en la Unidad Nacional

Los dirigentes de los partidos se dedicaron a lanzarse pullas por el uso del presupuesto público para atraer los votos. Se vio a Horacio Serpa criticando al vicepresidente Germán Vargas Lleras, a Rodrigo Lara saliendo a la defensa y atacando a Serpa; Roy Barreras desde su orilla también lanzaba dardos contra Cambio Radical. Además, las rencillas regionales, que se definieron en las urnas, dejaron diferencias que se mantienen vivas en el Congreso.

La situación es tan compleja que ya se hablaba de la muerte prematura de la Unidad Nacional. No obstante, desde el Gobierno hicieron un llamado a bajarle al tono, pues está pendiente la discusión y aprobación de las leyes con las que se reglamentan los acuerdos de paz. Por eso, la coalición llegó a un acuerdo de “hacerse pasito”.

Así lo manifestó el presidente del Partido de la U, Roy Barreras: “Las especulaciones de los últimos días a propósito de la Unidad Nacional y de prematuras aspiraciones presidenciales de otros partidos, son inoportunas. La U está concentrada en sacar adelante la paz”.

El Partido Conservador, aunque negó tajantemente el regreso a la Unidad Nacional, sí planteó su intención de participar en un diálogo con los demás partidos y el Gobierno sobre el proceso de paz, una reforma tributaria que no aumente la carga a los sectores productivos y el apoyo a los proyectos de la colectividad.

En Cambio Radical también han cambiado el discurso de defensa para plantear que lo importante es el desarrollo de la infraestructura del país. En el Partido Liberal sostienen que la prioridad es trabajar de forma conjunta por la paz. Lo que sí es claro, y con eso se contradice al senador Barreras, es que cada colectividad ya alista sus cartas para las presidenciales y entre más cerca estén las elecciones, más claras van a ser las diferencias. Finalmente, la Unidad Nacional tiene fecha de vencimiento.