'El Partido Liberal se está equivocando': Samper

En el marco de la candente polémica que generó la denuncia que presentó contra la periodista Claudia López y que en pocos días será fallada, el expresidente Ernesto Samper se defendió de los señalamientos sobre un presunto interés suyo de coartar la opinión y aprovechó para hacer fuertes críticas contra la actual dirigencia del Partido Liberal. Además, se refirió al impacto que puede generar el regreso del exmandatario Álvaro Uribe al panorama político y electoral.

¿Cuál es su versión del pleito jurídico con Claudia López?

A lo largo de mi carrera pública he denunciado a dos periodistas. Todo el mundo sabe que durante mi gobierno no hubo ninguna clase de persecución a periodistas ni por información ni por opinión. En este caso, tomé la decisión de denunciar a Claudia López porque transgredió el límite del debate público y me señaló de haber participado en el asesinato de dos personas. Creo que estaba en mi derecho, como cualquier ciudadano, de volver por mi honra. La libertad del periodista o del columnista no puede llegar a la violación de la honra y la intimidad.

A usted lo han señalado y lo han acusado en muchas ocasiones. ¿Por qué demandar en este caso?

En éste se me acusa de dos asesinatos. Yo estoy dispuesto a hacer el debate político de todo mi gobierno, incluido el proceso 8.000, pero la actitud de ella me pareció cobarde, porque no explica cuáles son las pruebas para vincularme a los delitos de los que me acusó. El tema de mi campaña se puede discutir cuando quiera y en el escenario que quiera, ya hubo pronunciamientos de la Corte, la Fiscalía y el Congreso que exoneraron mi conducta. Pero una cosa es el debate sobre mi gobierno y otra es que me acusen de un delito.

Ella señala que usted busca limpiar su imagen a punta de fallos judiciales.

Es absolutamente falso. Yo he demandado a dos periodistas en mi vida: a ella y a María Isabel Rueda. El tema de María Isabel tenía que ver con la financiación de mi campaña. En este caso se le está invitando a López a responder por lo que consigna en su columna y creo que no le ayuda en nada a la justicia ni a su propia defensa que, en lugar de responder por las acusaciones que hizo, trate de plantear el tema del calentamiento global, de la financiación de la campaña o del bicentenario para evadir su responsabilidad como periodista. Yo no quiero vivir en un país donde el derecho de opinión permita violar honras, calumniar personas y afectar familias.

¿Busca sentar precedentes en materia de periodismo?

Creo que sería ejemplarizante una condena, y lo es para todo el mundo porque establece unos límites.

¿Qué tan importante era la ‘Monita Retrechera’ en el marco de la investigación en su contra?

Ahí hay un proceso que, digamos, es la noticia criminal. Pero si ella tenía datos sobre estas conductas criminales por qué no los mostró, ni investigó. Yo ni siquiera fui vinculado a los procesos sobre los que ella me acusa.

¿Cuál es su interpretación del asesinato de la ‘Monita Retrechera’?

Esos fueron episodios sórdidos que estaban vinculados a la política colombiana de ese momento, igual que los paramilitares y los narcotraficantes. A raíz del narcotráfico aparece este personaje, que no tenía mucha importancia para el proceso.

Hablemos de política. ¿Cómo ve al Partido Liberal en la Unidad Nacional?

Apoyo los esfuerzos de la Unidad Nacional, me gustan los acuerdos que se están haciendo para la coordinación parlamentaría en proyectos importantes, pienso que Santos está mucho más en lo de la reunificación liberal de lo que pudo estar Uribe, así que hay un camino despejado en lo que podría ser la unión institucional. Sin embargo, tengo serias reservas sobre el manejo que se le está dando al Partido, no hay una estrategia política, no tiene una definición ideológica y no se ha modernizado.

Pero se ha fortalecido como líder de la unidad nacional...

Lamentablemente los partidos se miden por votos y la historia reciente del Partido Liberal es la de una disminución sistemática en su participación electoral. Hoy estamos en el 5%, en el pasado alcanzamos el 60%. Creo que están bien los pasos que se dan para coordinar la acción política pero, o el Partido vuelve a convocar a los sectores sociales que abandonó y define claramente su espectro ideológico, o está condenado a desaparecer.

¿Esto es una crítica a la dirección de Rafael Pardo?

Creo que él ha hecho lo que ha podido, pero no hay estrategia y lamentablemente, como los partidos hoy tienen un presupuesto muy alto y la autoridad para otorgar los avales, hemos entrado a un concepto que no vivíamos antes y es el del aparato del Partido. Es la lucha del aparato contra los que no están en él. El Partido no puede cometer el error de creer que pueden tirar línea nacional para manejar las elecciones locales. Piensan que desde Bogotá van a decidir quién es el alcalde de Riohacha o el gobernador de Nariño. El Partido Liberal en las últimas elecciones perdió dos o tres gobernaciones importantes porque forzaron a unos candidatos a través de sus avales, que no representaban los intereses regionales. Se están equivocando.

¿Entonces Uribe está acertando planteando la política desde lo local?

Sí. Pero él también trata de hacer coaliciones entre la U y el Partido Conservador para tirar línea.

¿Cómo ve el mapa político para esas elecciones?

Es muy interesante, porque va a ser la primera expresión regional del posuribismo, habrá una reconformación desde las bases y se van a jugar muchas cartas: el santismo contra el uribismo, la izquierda y los verdes, y la reunificación liberal.

¿La democracia colombiana está preparada para un expresidente tan activo como Uribe?

Si Santos no fuera el sucesor de Uribe, uno no entendería que el expresidente estuviera en la actividad en la que está, pero existiendo un hilo de continuidad entre los dos, no resulta extraño. Creo que lo que ha debido hacer Uribe es dejarle el camino a Santos para que marque su territorio, sus diferencias e inicie sus procesos, y no este sancocho compartido que no ayuda a la gobernabilidad. No se trata de enfrentarlos, porque las diferencias entre los dos son legítimas, pero pueden resultar insalvables.

¿Con este gobierno se abre un espacio de diálogo con las guerrillas?

Definitivamente sí. Creo que las señales que ha emitido el presidente Santos en relación con la paz permiten ser más optimistas La forma como recibió la solicitud de garantías para la liberación de secuestrados y su discurso de posesión, en el que no cerraba las puertas de la paz, permiten ser razonablemente optimistas frente a la posibilidad de unas negociaciones, que tendrían que ser rápidas y discretas. Si iniciamos un proceso de largo aliento no vamos a salir nunca de esto.

¿Qué ha sabido de las liberaciones que se van a dar en algunos días?

Eso va a salir bien, hubo dificultades de movilización, relacionadas con el invierno, pero me atrevería a pensar, sin arriesgar la operación, que esto se dará en los próximos días. Pasado este episodio creo que las Farc tienen que reflexionar sobre la posibilidad de realizar una liberación unilateral de secuestrados.

Se ha visto en las Farc un cambio de discurso. ¿Es el momento de buscar una salida política al conflicto?

Aunque no parezca, la coyuntura actual es muy favorable, porque las Farc y el Eln han entendido que el Gobierno tiene la capacidad militar, si no de derrotarlos, por lo menos de contenerlos. En ese sentido, la política de seguridad democrática cumplió con su objetivo. Segundo, la línea que hoy están manejando las Farc es política. Esta fue una visión de Marulanda, que decidió que entrara la línea política representada por Reyes, Catatumbo y Cano, que es la que estaría en capacidad de plantear una salida política.

Cuando usted plantea una ‘razonable’ posibilidad de iniciar negociaciones, ¿cuáles son los obstáculos que plantea?

Llevamos 50 años tratando de terminar esto a las buenas y no hemos sido capaces. Por eso es importante que aprovechemos para sumar dos factores: oportunidad y discreción.

Por otro lado, ¿qué piensa del fallo en contra de Piedad Córdoba?

Si nos referimos a lo que ella pueda lograr en materia de gestiones humanitarias y reconciliación, le hicieron un favor, porque le quitaron el compromiso del Senado. Pero no estoy de acuerdo con la decisión de la Procuraduría, porque se sale de su competencia.

¿Cómo ha cambiado la política desde que dejó la Presidencia?

La forma como hicimos la política era muy distinta, no estoy diciendo que mejor o peor. Pero sí creo que en lo que se refiere a la tribu liberal hay que hacer una refundación, el Partido ha venido perdiendo los sectores sociales que los acompañaban. Esto empezó con la apertura económica que a nombre del Partido golpeó a los trabajadores y campesinos. En ese momento empezó el divorcio con sus bases.

¿La Alcaldía de Bogotá?

Va a ser la ‘Madre de las Batallas’. Acá se va a jugar todo. El santismo, el uribismo, todo.