La lucha entre los poderes Ejecutivo y Judicial lejos de alcanzar un estado armonioso parece ahondarse y trascender al plano político. Muestra de ello es que el 8 de mayo coincidencialmente se organizaron dos eventos.
En la mañana miembros de varias organizaciones no gubernamentales se apostarán frente a las instalaciones de la Corte con el lema “Haz lo justo”, para emprender una maratónica recolección de firmas de ciudadanos que apoyen la independencia total del alto tribunal frente a investigaciones de la parapolítica.
Al final del día Fernando Alameda, director del Centro de Pensamiento Primero Colombia, un hombre de 60 años quien se considera de izquierda desde su juventud cuando formó parte del Moir, paradójicamente organizó el lanzamiento de la colección “Las ideas de Álvaro Uribe Vélez”, donde el expositor principal será el asesor presidencial José Obdulio Gaviria.
¿Se prestan estas situaciones para polarizar al país? Según el analista Jairo Libreros, este es un país de costumbres extremistas. Siempre una situación es buena o mala. “Lo planeado para el 8 de mayo demuestra el nivel de polarización que cada día avanza en Colombia. La primera es una manifestación legítima que busca la autonomía de la Rama Judicial, frente a la segunda, que le baja el perfil para demostrar que el Poder Ejecutivo tiene la principal trascendencia. Este tipo de eventos confirma que viene un pulso mayor”.
En eso está de acuerdo el analista Pedro Medellín, para quien los dos eventos son el mejor reflejo de un país que ni siquiera se debate entre uribistas y antiuribistas, sino entre institucionalistas y quienes defienden a la persona (Uribe).
El problema es que esa medición de fuerzas resulta perjudicial para Colombia en la medida que los principales focos de tensión están dados como si defender al Presidente fuera atacar a las instituciones de la justicia. A la vez queda la sensación de que el apoyo a la institucionalidad es un rechazo a Uribe.
Pero está “coincidencia” de eventos sólo es parte de una controversia sana en el escenario de una democracia legítima. Así
lo percibe Alejo Vargas, para quien la recolección de firmas y la promoción del pensamiento del primer mandatario no agravan el choque entre el Ejecutivo y el Judicial, ni constituye una polarización.
“Es bueno que así como se cuestiona el Congreso se pueda cuestionar a la Corte y al Ejecutivo. Igualmente, me parece legítimo que haya sectores de la sociedad que expresen su apoyo a la Corte y otros difundan la tesis de política del actual gobierno”, agregó.
Lo cierto es que coincidencia o no, con polarización o sin ésta, estos dos importantes poderes tendrán un espacio para defender su labor por medio de terceros.
Para el senador Gustavo Petro, del Polo Democrático, es estupendo que exista una manifestación de apoyo a la Corte, porque para él, “los enfrentamientos sólo han sido del Presidente contra el alto tribunal, que tiene derecho a su independencia”.
Sobre el pensamiento político del Presidente, Martha Lucía Ramírez del partido de la U piensa que hay muchas cosas que se deben rescatar “como la presencia del Estado en todo el territorio y el fortalecimiento de las instituciones”. Entre otras se encuentran: eliminación o no del delito político, guerra civil o amenaza terrorista y secuestro e intercambio humanitario. “Habrá espacio para opiniones contrarias”, añadió Alameda.
Por Andrea Forero Aguirre
