Desde Aguachica, César, durante la entrega de casi 500 hectáreas de tierras a 44 familias campesinas, el presidente Gustavo Petro le envío un mensaje a sus funcionarios: “El que robe se va, yo mismo lo entrego a la justicia”.
“Somos la víctima como nación, le robaron a la nación: el dinero. Tienen que devolver hasta el último peso de lo que se robaron. Ya daño político suficiente nos hicieron, a mí, y a quienes queremos seguir luchando con dignidad por este país”, aseguró el primer mandatario en frente de las 1.200 personas que asistieron a la jornada “Avanza la Reforma Agraria” este jueves.
Además de referirse así al escándalo en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd) que ha salpicado a varios de sus funcionarios, el jefe de Estado afirmó que la reforma agraria no sufrirá recortes presupuestales. Esto a pesar de las medidas del Ministerio de Hacienda de bloquear recursos del presupuesto a entidades del Estado.
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“El presupuesto para la Reforma Agraria no se va a desfinanciar. Que se recorte el presupuesto de otras cosas, menos del compromiso que hizo el Estado colombiano ante la humanidad a través de la declaración unilateral de Estado. El presupuesto de la Reforma Agraria no se recorta”, dijo Petro.
“Lo primero que dicen los técnicos, técnicos entre comillas, ‘bueno, hay que recortar el presupuesto de la Reforma Agraria’. ¡Mamola!”, agregó el jefe de Estado haciendo un guiño a la frase acuñada por Jorge Eliécer Gaitán en sus discursos.
Esta declaración se produce en respuesta a la reciente decisión del Ministerio de Hacienda de congelar apropiaciones que gasto que no tienen Certificados de Disponibilidad Presupuestal (CDP) expedidos. Se trata de una medida preventiva ante la falta de recaudo y la decisión de la Corte de negar la no deducibilidad de las regalías.
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La reforma agraria, que forma parte del primer punto del Acuerdo de Paz firmado con las FARC en 2016, tiene como objetivo entregar tres millones de hectáreas de tierra fértil al campesinado. El presidente reafirmó su compromiso de entregar al menos 500 mil hectáreas durante los dos años restantes de su mandato, aunque expresó su deseo de alcanzar el millón de hectáreas.
“Necesitamos muchos más vendedores voluntarios que ofrezcan sus tierras a precio comercial, sin engañar al Estado. La tierra pelada no es riqueza, no tiene valor. La tierra es riqueza si produce, y esa es la responsabilidad actual del movimiento campesino”, afirmó Petro, subrayando la importancia de la organización campesina para el éxito de esta reforma.
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