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El regreso de los conservadores al santismo

El presidente Juan Manuel Santos nombró como viceministro de Agua a Carlos Eduardo Correa, exalcalde de Montería.

Redacción Política
25 de febrero de 2016 - 11:10 p. m.

Las dudas sobre el regreso del Partido Conservador a la coalición de Unidad Nacional del presidente Juan Manuel Santos parecen haber quedado resueltas con el nombramiento del nuevo viceministro de Aguas, Carlos Eduardo Correa, quien forma parte del grupo político del presidente de la colectividad azul, David Barguil, y de la senadora Nora García.

Desde hace algunas semanas venía creciendo el rumor de que Barguil se había distanciado de la excandidata a la presidencia Marta Lucía Ramírez, férrea crítica del Gobierno, y se disponía a regresar a la coalición de Unidad Nacional. Y ese regreso parece un hecho.

Correa acaba de cumplir su periodo como alcalde Montería, cargo que le recibió y le entregó nuevamente el 1° de febrero a su amigo personal Marcos Daniel Pineda García, hijo de la senadora Nora García. Son ellos, al lado de Barguil, el grupo político más poderoso de la capital cordobesa.

Por eso no fue raro que a la reunión del martes en la noche en la Casa de Nariño, en la que Santos logró un “Pacto por la Paz” con los partidos Liberal, de la U, Cambio Radical, Verde, Polo Democrático, Opción Ciudadana y Mira, se sumó el Conservador de la mano de Barguil, quien se siente cómodo al formar parte de esta coalición. Situación que no ocurría hace algunos meses, cuando en nombre del conservatismo asistían los senadores Hernán Andrade o Efraín Cepeda, dos de los denominados “godos santistas”.

La decisión, aunque cuenta con la mayor parte del apoyo de los parlamentarios del conservatismo, generó la inmediata respuesta de Marta Lucía Ramírez, quien le pidió al partido no regresar a la coalición de un gobierno que “nos tiene sumidos en una evidente crisis económica y en una total incertidumbre sobre el futuro del país, frente a unas Farc envalentonadas y con pretensiones de tomarse el poder por la vía política que tan generosamente les han abierto con esta negociación”.

Ramírez pide asegura que “resulta incomprensible el afán de algunos parlamentarios de la colectividad de apoyar en contra del querer de sus bases, un proceso de paz que en materia de confianza ciudadana se encuentra en cuidados intensivos, entre otras, por cuenta de la manifestación política armada y camuflada de las Farc en el corregimiento de Conejo en Fonseca (Guajira)”.

Pese a esta negativa el regreso parece un hecho, aunque Ramírez tenía el apoyo de cerca de la mitad del conservatismo la burocracia del Gobierno ha venido seduciendo a sectores parlamentarios que por la vía de la burocracia estatal están haciendo su trasteo hacia la Unidad Nacional.

 

Por Redacción Política

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