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Fue él quien creó el frente internacional del grupo subversivo y durante años se dedicó a manejar su imagen en el mundo desde las oficinas que gestó. La de México, que fue una de las más influyentes, era manejada directamente por Reyes, en compañía de quien por años fue compañera, Olga Marín, hasta que el presidente Vicente Fox ordenó cerrarla.
Aunque su papel como cara visible de las Farc se inició antes de la zona de distensión, fue durante ese tiempo que se vio clara su jerarquía. Era el único miembro del Secretariado que atendía a todos los visitantes y nunca una decisión en el fallido proceso de paz se tomaba sin su injerencia. Y una vez cancelado el proceso de paz, Reyes continuó siendo el vocero del grupo.
Mientras tanto, los otros seis miembros del Secretariado tenían otras funciones. Efraín Guzmán y Timochenco estuvieron a la sombra, el Mono Jojoy siempre se ha ocupado del ala militar de ese grupo subversivo y a Alfonso Cano lo reservaron para estructurar el Movimiento Bolivariano y el Partido Comunista Clandestino.
En unas declaraciones recientes, Reyes negó el mal estado de salud de Marulanda y la supuesta disputa interna entre los miembros del secretariado por el reemplazo del líder máximo. Dijo que se trata de una forma de guerra, de difundir falsos rumores.
Eso hace que la sucesión no sea clara. En el secretariado de las Farc hay un líder único que es Manuel Marulanda Vélez, pero los otros miembros tienen una comandancia colegiada, sin jerarquía, aunque con diferencias en la supremacía de su visión guerrerista del conflicto.
Reyes manejaba la estructura interna de las Farc y además el discurso político. Es por esa razón que los analistas tienden a pensar que será Alfonso Cano quien ocupe su puesto, tal vez no como segundo del grupo sino como el "canciller". Pero también está Iván Márquez quien hace apenas tres años hace parte del secretariado, pero quien ha asumido el papel de vocero desde las páginas de Internet de las Farc.
En 2002, después de la ruptura de las negociaciones con el gobierno Andrés Pastrana, Raúl Reyes fue el primero en dar la cara y fue ahí cuando se sintió la radicalización de su discurso: "la lucha continuará hasta que prevalezca la paz con justicia social y desaparezcan la represión, la miseria, el atraso y la entrega de nuestra soberanía patria al imperio gringo y a las multinacionales del gran capital monopolista de Estado".
Cuando hablaba del gobierno de Uribe decía que representaba los intereses más retardatarios de la oligarquía colombiana y aseguraba que nada ni nadie conseguiría que las Farc desistieran de su lucha.
A la emisora Kaosenlared.net, Raúl Reyes entregó tal vez una de sus últimas entrevistas. El cuestionario fue realizado antes de la entrega de los cuatro ex congresistas secuestrados, pero respondido el 28 de febrero. Allí reiteró que sin el despeje de los municipios de Pradera y Florida no habrá más diálogo con algún funcionario del Gobierno.
Dijo que la liberación de los cuatro secuestrados había sido una manifestación de la voluntad de canje y que sólo con el despeje que garantice presencia guerrillera y comunidad internacional garante, se podría pactar un espacio para liberar al resto de los secuestrados.
Ese discurso, de insistencia en la zona de despeje, la reiteración de la necesidad de la declaratoria de beligerancia y una interpretación del pensar de las Farc como el pensamiento latinoamericano, había sido la base del discurso que durante los últimos años había dado Reyes.