Campaña a Congreso 2022, en la dinámica izquierda-centro-derecha
Esta contienda tuvo dos novedades sustanciales: la ausencia de grandes electores y la excesiva promoción de las “primarias”, las que terminaron opacando la campaña e incluso confundiendo al electorado.
Llegó la hora cero para renovar un Congreso que no goza de buen prestigio y cuya composición será clave para determinar el nivel de gobernabilidad que tendrá la persona que suceda a Iván Duque en la Casa de Nariño. El camino que se recorrió desde diciembre, cuando se inscribieron las más de 2.800 candidaturas que buscan una curul en el Capitolio, hasta hoy, fue muy diferente al de pasadas elecciones legislativas, y tanto políticos como analistas auguran una contienda que romperá muchos esquemas por dos razones fundamentales.
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Llegó la hora cero para renovar un Congreso que no goza de buen prestigio y cuya composición será clave para determinar el nivel de gobernabilidad que tendrá la persona que suceda a Iván Duque en la Casa de Nariño. El camino que se recorrió desde diciembre, cuando se inscribieron las más de 2.800 candidaturas que buscan una curul en el Capitolio, hasta hoy, fue muy diferente al de pasadas elecciones legislativas, y tanto políticos como analistas auguran una contienda que romperá muchos esquemas por dos razones fundamentales.
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La primera es la ausencia de los grandes electores en las pasadas elecciones a Congreso, como Álvaro Uribe (875.554 votos), Antanas Mockus (540.783), Jorge Robledo (226.099), Roosvelt Rodríguez (103.057), entre otros. Aunque todos buscarán endosarles sus votos a uno o a varios herederos, es todavía una incógnita si las nuevas caras podrán mantener tales fuerzas en el Congreso. Por otro lado, que las legislativas se hayan realizado a la par de las consultas de las coaliciones que compiten por la Presidencia (Equipo por Colombia, Centro Esperanza y Pacto Histórico), puso estos comicios al nivel de las “primarias” que se realizan en otros países. El efecto es que las consultas terminaron opacando y hasta confundiendo al electorado, según pudieron constatar los propios aspirantes.
Tras conversar con varias candidaturas a Senado y Cámara de Representantes, que no mencionaremos por igualdad con los demás, se pudo concluir que la apatía, el desinterés y la agresividad fueron las constantes en las calles. De acuerdo con varios de los consultados, durante sus recorridos les hicieron saber del hastío generalizado de la ciudadanía con la clase política y los deseos de cambio.
En ese sentido, a las candidaturas de centro-izquierda agrupadas en el Pacto Histórico se les pudo notar con confianza y la esperanza de tener buenos resultados hoy. También consideran, con lo que observaron en sus actos de campaña, que esta elección empezará a marcar el fin del uribismo en el país. “El balance para el Pacto Histórico es muy positivo. Se le presentó a Colombia una propuesta clara que se resume en varios componentes”, mencionó un aspirante a repetir curul por ese movimiento. “Hay un declive evidente del proyecto uribista, el Centro Democrático está en una profunda crisis, que no solo tiene que ver con el ocaso del liderazgo de Uribe, sino también con que el discurso es el mismo a pesar de que el país ha cambiado”, añadió otro.
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Desde el centro la visión es similar en lo relacionado con la desidia generalizada entre la ciudadanía. “La gente cree que la política no tiene nada que ver con ellos, hubo mucha agresividad, independiente del color, pero también desinformación”, mencionó un candidato que tocó un tema clave, debido a que en el mar de candidaturas, números, coaliciones y partidos se perdieron las propuestas y los proyectos, sobre todo de los candidatos menos conocidos.
“Las elecciones a Congreso fueron invisibilizadas por las redes, los medios y la ciudadanía, porque se convirtieron en unas primarias de las presidenciales y no se les dio el suficiente peso al Congreso”, explicó una aspirante a repetir curul en Cámara, quien señaló que esa confusión pasará factura sobre todo en las regiones, donde los votos son “amarrados”, lo que terminara beneficiando las estructuras políticas.
A pesar de los bajos índices de favorabilidad con los que el presidente Iván Duque culmina su gobierno, los partidos que lo acompañaron y desde el propio Centro Democrático afirmaron que “podemos dar una sorpresa”. Si bien reconocen que fue una campaña muy difícil y distinta a la de 2018, en la que la gente los recibía con mucho más cariño en las calles, su fe está puesta en que los votos de Uribe y la derecha en general no se diluirán y mucho menos irán a parar a las toldas de centro o izquierda. “Hay una sensación de temor que hará que la gente vuelva a votar por la derecha. Hasta los desilusionados volverán a votarnos”, dijo una congresista que aspira a repetir curul.
Lo cierto, y el común denominador entre todos los consultados, es que fue una campaña muy violenta y agresiva en las calles. Y ni qué decir de las redes sociales, que hace 12 años se viene transformando en el principal escenario de debate político, pero que no se caracteriza propiamente por la profundidad de las discusiones. Esa ecuación dejó como resultado que mucha gente no haya terminado de entender lo que se vota hoy.
En este último punto coincidieron varios analistas, quienes advirtieron que la elección de Congreso es de por sí compleja, debido a la cantidad de partidos y números en el tarjetón, por lo que el exceso de información y la poca claridad sobre las consultas terminó opacando la campaña legislativa. Patricia Muñoz Yi, directora de posgrados de ciencia política en la Universidad Javeriana, manifestó que el gran error de la campaña fue que “se visibilizaron menos los candidatos a Congreso y los ciudadanos terminan mucho más confundidos sobre lo que estamos eligiendo”.
En el mismo sentido, la analista Marcela Prieto Botero expresó que este fenómeno de las coaliciones enrareció el panorama, puesto que se empezaron a dejar de lado los partidos, y los apoyos políticos ya no dependen de las toldas en que estén. “Por eso muchos caciques están esperando al 13 de marzo a ver cómo se mueven. Va a haber mucho movimiento en ese sentido y la gobernabilidad para el próximo va a ser muy transaccional”, manifestó.
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Al ser una novedad el sistema de consultas y coaliciones, puede que el país haya pagado la “novatada” de la que seguro muchos candidatos habrán tomado nota. Esa fue la consideración de Juan Pablo Milanese, jefe del Departamento de Estudios Políticos de la Universidad ICESI, para quien este nuevo sistema, ya no de dos vueltas presidenciales, sino de tres, “no traerá más abstención, pero los jugadores sí se tendrán que acostumbrar”.
Sin duda esta se trató de una campaña novedosa, en la que se reflejó la polarización del país y entraron a jugar nuevas dinámicas que marcarán el derrotero para las elecciones venideras.