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Aunque Sergio Fajardo apenas obtuvo el 4.2% de la votación del pasado domingo, que fueron más de 890.000 votos, su electorado, la opinión pública y la ciudadanía estaba a la expectativa sobre la posición que tomaría el exgobernador de Antioquia con miras a la segunda vuelta presidencial. Hace cuatro años, se le criticó fuertemente su decisión de votar en blanco y no tomar partido a favor de Gustavo Petro, con quien coincidía, por lo menos, en la defensa del Acuerdo de Paz.
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Ese escenario se repetirá para estas justas, en las que optó, en definitiva, votar en blanco. “Voy a votar en blanco el 19 de junio. Otra vez, como en 2018. Como político que por más de 20 años ha defendido y defiende una forma de hacer política, y, además, acaba de presentar en las elecciones del 29 de mayo una propuesta programática elaborada con rigor y seriedad, con la convicción de que a pesar de la derrota electoral es lo que necesita nuestro país, votar en blanco hoy significa asumir el compromiso para seguir defendiendo nuestras ideas y aportar nuestras propuestas en el período tan complejo y difícil que viene a continuación para Colombia. Lo que vemos hoy en la campaña es premonitorio de lo que nos espera”, dijo al final en un documento de tres páginas que explica su postura.
En medio de esta campaña llena de escándalos y agresiones, aquí los argumentos de mi voto el 19 de junio: pic.twitter.com/if9wmPjOZH
— Sergio Fajardo (@sergio_fajardo) June 9, 2022
Para él, el voto en blanco es consecuente a su trabajo como político y su independencia. A su juicio, este voto, posible en democracia, “reclama el valor de unos principios básicos y destaca la importancia de la decencia, la transparencia y la seriedad en la acción política”. Su carta concluyó diciendo que tiene la certeza que el tiempo le dará la razón. “La verdad y la decencia siempre salen adelante”, insistió.
Anunciado su voto, Fajardo explicó por qué no votará por Gustavo Petro (Pacto Histórico) y Rodolfo Hernández. “Desde mi voto en blanco en 2018, el universo petrista, con su líder máximo a la cabeza, me hizo responsable de su derrota y me acusó de ser un ‘uribista enclosetado’. El aliado de Duque. Ni más ni menos me adjudican responsabilidad en este pésimo gobierno”, expuso como primer argumento para no darle respaldo al candidato del Pacto Histórico. Un argumento que señaló de ser una razón personal.
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Para él, el petrismo se dedicó a impulsar mentiras, burlas y trampas en su contra, que coincidieron con las investigaciones por parte de Contraloría y Fiscalía por el caso de Hidroituango. “El matoneo es una actitud permanente y sin contemplación alguna frente a quien se atreva a contradecir u oponerse al líder”, agrega.
También le criticó a Petro recibir cualquier tipo de apoyos con tal de ganar. “Reconocidos corruptos encuentran la puerta abierta y su pasado se borra, se queda en la entrada. La argumentación es conocida: la política es dinámica, hay que tragarse sapos, la política se hace con políticos. Todo vale”.
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Fajardo reconoce en Petro “la capacidad de entender la Colombia inconforme”, pero, a su juicio, ha manipulado a través de su “habilidad discursiva”, en cuanto a que “propone programas imposibles, revestidos con un supuesto rigor, que pretenden responder a las necesidades del pueblo. El terreno está abonado para el populismo”.
Como último argumento para no votar por Petro, está el desempeño en su Alcaldía de Bogotá. “Promesas rimboambantes, obviamente incumplidas, y una ciudad que quedó sumida en una confrontación permanente”. Concluyó diciendo sobre el candidato del Pacto Histórico que es un líder mesiánico y autoritario. “Con esas condiciones no se puede unir al país y por más discursos y seguidores que tenga, la paz no se construye arrasando con el diferente”.
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Por otro lado, sobre Rodolfo Hernández, reconoció que venía hablando con él sobre unos acuerdos programáticos para apoyar su campaña, que, según él, terminaron desestimadas por el candidato. “Entendimos que lo que el candidato quería era una adhesión automática, que firmáramos un cheque en blanco a su nombre. Lo cierto es que los detalles de su programa no son claros, en varios temas estamos en franca contradicción y en él no encontramos una propuesta que permita visualizar cómo sería su gobierno. Es una nebulosa por la que habría que votar prácticamente a ciegas”.
El final de la fallida conversación con el exalcalde de Bucaramanga lo calificó de abrupto, patán y grosero. Tampoco se guardó comentarios sobre la personalidad de Hernández, señalándolo de imprudente, impúdico y pragmático.
“Sabe que en Colombia hierve un malestar profundo con los políticos y su corrupción, y con su personalidad y discurso interpreta ese malestar, usando un discurso que es sencillo y original, y nada más. Pero conoce poco el país y su experiencia gobernando y en política es limitada”, complementa sobre Hernández.
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Por último, Fajardo aceptó que sus resultados del pasado 29 de mayo fueron desalentadores y que a duras penas logró alcanzar el umbral. Para tomar su decisión, ponderó tres principios: “los medios son los que justifican el fin”, “de la forma como se llega al poder, así se gobierna” y “las propuestas y las personas son inseparables”.