¿Cómo percibe este tramo final de la campaña, que ha tenido tantos elementos sorpresa?
Emocionante. Todo va a estar muy reñido. Esta semana van a pasar muchas cosas, muchas personas tomando decisión. Trabajaré hasta el domingo 29 de mayo, a las 4:00 p.m., con el gran reto de convocar personas a que miren lo que hacemos y lo que significamos.
¿Cómo recibió las más recientes encuestas? ¿Qué le dicen esas cifras?
La mayoría de cosas pasan en las dos últimas semanas. Es bueno que haya una reflexión en muchos medios de comunicación que el 13 de marzo decían que todo estaba entre Petro y Fico, y pontificaban que no había más que hacer. Reiteraba que eso no era cierto, y en este momento no hay nada escrito, para que no se pretenda, como se pretendió, utilizar un resultado en una consulta para convertirlo en una verdad absoluta que resultó siendo falsa. Es una buena lección para reiterar que esta semana todavía falta mucho por ver y muchas cosas pueden pasar.
Cercanos a su candidatura cuentan que las encuestas internas dicen otra cosa, ¿qué hay en ellas que las demás no ven?
Nuestras encuestas dicen que estamos en otra condición. Pero ese no es el problema ahora. Estamos concentrados en convencer a muchas personas de que Colombia necesita un cambio serio. Este país está muy molesto e indignado. Es una Colombia que tiene rabia, miedo y frustración. El reto político es cómo decirles que vamos a cambiar, sin caer en esa política de emociones en la que se promete cualquier cosa con tal de ganar votos y recibir una atención. Eso se convierte en una frustración, y creo que vamos después a una explosión. Mi reto es ser serio, riguroso, respetar a las personas, hablarles con la formalidad de los argumentos y explicar cómo se puede transformar nuestra sociedad.
Como mencionó, estos últimos días son de decisiones. La última gran decisión fue la adhesión de Ingrid Betancourt a Rodolfo Hernández. ¿Por qué no se ha dado esa unión entre usted y Hernández?
Voy a trabajar hasta el 29 de mayo a las 4:00 p.m. Represento una forma de la política en nuestro país. No es de unos meses, sino una trayectoria de más de 22 años, de una política con principios, propuestas y para transformar. Una política que convoca a una Colombia por fuera de ese mundo de malestar y rabia, incitado de una forma u otra. Eso es por lo que he luchado y lucharé hasta el último minuto.
Es decir, ¿se rompieron del todo esos acercamientos con Hernández?
Repito. Hasta lo último trabajaré por ideas y propuestas para decirle a Colombia lo que necesita. Y que comparen las propuestas y personalidades de quienes estamos participando. No considero que sean solo las propuestas, sino además la persona: cómo es, qué ha hecho, cómo lidera y cómo transforma. Eso es parte del mensaje. Que comparen la capacidad de cada uno como candidato.
Algunos políticos que estaban promoviendo su candidatura, tras las encuestas, han empezado a irse con Petro y Hernández. ¿Se siente traicionado? ¿Cómo ve que antes de tiempo estén buscando opciones?
Ya estoy muy grande en la vida y no tengo esa forma de entender el mundo. Tengo claros unos principios y convicciones. Tengo claro lo que necesita nuestro país y eso es a lo que me dedico. No me detengo en temas menores de la política que son parte del espectáculo, porque cada quien responde por sus actuaciones y está donde quiere estar. Lo único que tengo que hacer es trabajar fuerte con las personas que quieren. Así lo hemos hecho y lo seguiremos haciendo. No pasa nada y vamos para adelante.
Quienes lo conocen coinciden en que es muy terco. ¿Cree que lo ha sido al evitar ciertos apoyos, no hacer adhesiones o declinar su candidatura?
Si ser terco es tener principios, ser coherente, consistente, tener una forma de actuar y responder en todos los momentos y lugares, soy terquísimo. Pero es una expresión muy ligera para calificar, porque se banaliza la política. Es la política que se mueve por intereses, la política de la viveza. Y no creo en eso para transformar una sociedad. Acá hay muchos vivos muy poco tercos. Tan poco tercos que se voltean para cualquier lado sin importar cómo sea. Eso es todo lo opuesto a lo que hago en política. En ese sentido, sí soy muy terco.
¿Por qué el centro ha tenido tantos desencuentros y peleas, antes y después de la consulta?
Después de que termine todo esto tengo muchas reflexiones, pero estoy concentrado en pasar a segunda vuelta. No me la puedo pasar hablando de uno y otro, y de las confrontaciones. Sé que a mucha gente le gusta por el morbo de la pelea. Esta semana es para convencer a muchas personas de que esto tiene un sentido: el cambio, con un rumbo diferente y una forma diferente en la política. Ese es mi esfuerzo y no quiero hablar otra vez de las mismas cosas. Falta poco tiempo y tengo que hacer muy bien la tarea.
Entre la votación de 2018 y las proyecciones para estas elecciones es evidente la variación de cifras. Algunos politólogos mencionan temas como el voto en blanco en 2018, el caso Hidroituango y un discurso que no emociona como razones de esa caída. Para usted, ¿qué es lo que más le ha pesado?
No estoy pensando en esos términos. Esas consideraciones son la fácil. He enfrentado ataques de toda naturaleza desde el mundo de Petro, la Fiscalía, la Contraloría y el Gobierno. Y he mantenido un discurso y una forma de actuar que reivindica la transparencia y la decencia. Estamos en una confrontación política que tiene muchas etapas y, a pesar de tantos obstáculos y ataques, acá sigo firme. Sigo caminando con unos principios y terco, como muchos me califican. Yo hago política, dediqué mi vida a lo público y lucho por mi país y por unas convicciones, porque creo que muchas personas las comparten.
En estos días, desde varias orillas políticas, han puesto un nuevo manto de duda a la legitimidad del proceso electoral. ¿Para usted hay plenas garantías en estas elecciones?
Con este Gobierno desde hace mucho se han perdido las garantías. Se ha perdido la seriedad y se ha deteriorado la institucionalidad en Colombia, por la forma en que manejan los organismos de control y la manera como han conducido el país. La Registraduría ha sido patética. Es muy dañino lo que ocurrió.
¿Por qué no acudió al llamado que les hizo Petro a usted y a Hernández?
Creo que es una expresión más de esa forma de la política de Petro, que cuando está en problemas crea cortinas de humo y todos le hacen el juego. Ahora se juntaron Petro, María Fernanda Cabal y Andrés Pastrana para protestar. Calcule. Esas denuncias son otra cortina de humo.
Esta campaña ha estado cargada de violencia y señalamientos. ¿Le ha pesado que las propuestas no hayan sido el eje del debate?
Nunca lo han sido, en general. Pero en esta campaña hemos visto insultos, cárceles, narcotraficantes, interceptaciones, amenazas, la confrontación en el Congreso entre el Pacto Histórico y el Centro Democrático, la forma como se tratan y se refieren el uno al otro. Eso es precisamente lo que le da fuerza a lo que represento. Esa no es la Colombia que nosotros queremos. Me toca hacer un esfuerzo más grande para salir de ese mundo del espectáculo, para darle seriedad. Y hacer un llamado a muchas personas para que no caigamos en ese camino porque termina mal para el país. Por eso quiero invitar a que voten por mí. Y a que no se sientan atrapados en que hay que definir de una u otra forma, como han pretendido, sino que en esta primera vuelta voten por la candidatura que tenga el mejor programa y las personas. Nunca separo programa de personas, para mí es indisoluble.
Su campaña se jacta del “no todo vale”, pero mucho le han criticado la estrategia “anti-Fico” de Ariel Ávila, senador electo que acompaña su candidatura. ¿No cree que cayeron en ese mismo juego?
No. Ariel Ávila me apoya, pero no es parte de la estructura de la campaña. Nunca he tenido testaferros, no mando razones, no filtro conversaciones y no hago nada oculto. Siempre he jugado limpio y lo seguiré haciendo. Represento coherencia y consistencia con mi forma de actuar, pensar y con mi trayectoria. Ávila tiene una discusión desde hace mucho con el mundo asociado al Centro Democrático y al expresidente Uribe. Cuando dice que es “anti-Fico” está señalando unas observaciones sobre ese candidato. Si son falsas, seguro los medios le dirán que está mintiendo.
Y, en la otra vía, ¿cree que las estrategias en su contra han sido efectivas para quitarle votos?
No comparto esa forma de hacer política. Es una expresión y las personas que hacen esa política habla de la calidad de ellos. Por eso siempre he dicho que de la forma en que se llega al poder, así se gobierna.
¿Ha pensado en la vida después de la campaña? ¿Qué hará si no pasa a segunda vuelta?
Nunca pienso en esos términos. Estoy concentrado en lo que estoy haciendo aquí y ahora. Sé qué tarea tengo que hacer y le pongo toda mi energía. Eso lo he hecho en política, como científico y como matemático. Estoy concentrado y no pienso en qué va a venir después, sino en el hoy que es convencer a mucha gente de que vote por mí.
Y en un escenario de segunda vuelta entre Petro y Gutiérrez o entre Petro y Hernández, ¿ya ha pensado qué papel puede cumplir?
Ya dije. Es exactamente la misma respuesta.
Para algunos analistas y detractores su discurso siempre ha estado muy enfocado en la educación, pero quizás en esta coyuntura no seduce a muchos. ¿Siente que en este momento hay otros temas que deben primar en el debate?
Quien dice eso tiene mucho desconocimiento y habla desde un lugar común. Deben mirar y revisar las propuestas. Siempre donde esté van a estar la educación y el conocimiento como motor de la transformación. Eso sigue y seguirá vigente, hoy más que nunca en Colombia. Si miran las propuestas, digo con orgullo que tenemos las mejores. También los equipos que hemos formado y la manera como hemos trabajado.
¿Cuál será el eje de su eventual gobierno, en un momento de tanta crispación, para evitar que la ciudadanía vuelva a manifestarse descontenta en las calles?
Todas mis propuestas tienen que ver con eso. Pero también tienen que ver mi forma de comportarme. No es solamente hacer propuestas, sino el cómo, la persona que está detrás de las propuestas y cómo hace política. Decencia, transparencia, respeto y seriedad. Esos son los ejes. Me podría lucir agrediendo y volverme viral, pero la decencia no es viral. La tenemos que hacer viral, pero en un sentido mucho más profundo: que entiendan que podemos ser decentes para vivir en una sociedad mejor.Eso es parte de una persona que vive en el mundo de la educación, como yo.
¿Qué cualidades pueden servirle para gobernar un país como Colombia?
La manera como me comporto y como actúo en todos los lugares. La manera como trato las diferencias y como respeto a las personas. Eso es un gran aporte a este país, para no llevarlo a la frustración y la explosión que viene después de esa política, que sabe lo que le está doliendo a la gente y dice cualquier cosa con tal de captar la atención.
Lidiar con una economía golpeada por diferentes factores externos será uno de los principales retos para el próximo presidente. ¿Cuáles son sus propuestas para la reactivación el comercio?
Tenemos varias propuestas. Hay un programa de empleo de emergencia, que es identificar los sitios en Colombia que históricamente tienen una cifras de desempleo y condiciones de informalidad superiores, para hacer programas especiales en esos lugares. Doy ejemplos: Cúcuta y Buenaventura. También tenemos una propuesta de cambio de modelo de desarrollo productivo, le vamos a apostar a la agricultura, a la industria y los servicios.