Elecciones 2022: en busca de la fuerza del centro
A pesar de que buena parte del país se identifica como de centro, ello no se vio en las elecciones del 13 de marzo. Por eso hablan de un cambio de estrategia y acercamientos a las candidaturas de Rodolfo Hernández e Íngrid Betancourt.
Una parte de la ecuación está fallando. Los colombianos se identifican en su mayoría con los postulados y la ideología de centro, pero esta corriente política fue la menos apoyada en las recientes elecciones. La contradicción es notoria con los datos que reveló esta semana el DANE. La Encuesta de Cultura Política de 2021 arrojó que un 44,3 % de encuestados se ubicaron en el centro del espectro político. El porcentaje estuvo muy por encima de quienes se identifican con la derecha (17,9 %) y con la izquierda, que, aunque fue la gran ganadora con el Pacto Histórico, apenas fue elegida por un 14 % de los consultados.
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Una parte de la ecuación está fallando. Los colombianos se identifican en su mayoría con los postulados y la ideología de centro, pero esta corriente política fue la menos apoyada en las recientes elecciones. La contradicción es notoria con los datos que reveló esta semana el DANE. La Encuesta de Cultura Política de 2021 arrojó que un 44,3 % de encuestados se ubicaron en el centro del espectro político. El porcentaje estuvo muy por encima de quienes se identifican con la derecha (17,9 %) y con la izquierda, que, aunque fue la gran ganadora con el Pacto Histórico, apenas fue elegida por un 14 % de los consultados.
El contraste entre esa medición y la realidad de las urnas es grande. En las elecciones del 13 de marzo, la consulta de la Coalición Centro Esperanza tuvo 2’287.603 votos. Por su parte, el Pacto Histórico, que se ubica en la centro-izquierda, obtuvo 5’818.375 apoyos, y el Equipo por Colombia, de centro-derecha, sacó 4’145.691 votos. Pero no solo eso. La lista al Senado del Nuevo Liberalismo, sobre la que había grandes expectativas, no alcanzó el umbral y otros partidos que también agitaron las banderas de centro, como Cambio Radical o la U, disminuyeron sus curules.
Las cifras de las votaciones son sin duda un llamado de atención para los políticos de centro y una invitación a reflexionar sobre la primera parte de la campaña electoral. También son, para algunos analistas políticos, la evidencia de que en el país no hay polarización y que más bien los extremos están aprovechando las emociones e interpretando mejor el momento político y los reclamos ciudadanos.
Lo cierto es que el 13 de marzo fue el día “horribilis” del centro. Fueron sobrepasados por un amplio margen en las consultas presidenciales, tanto por el Pacto Histórico como por el Equipo por Colombia. Aunque se mostraban como la alternativa ante la polarización, solo poco más de dos millones de personas pidieron la papeleta para votar por Sergio Fajardo, Alejandro Gaviria, Carlos Amaya, Juan Manuel Galán o Jorge Enrique Robledo. Con todos los miembros de esta coalición con los que se ha hablado dicen lo mismo: “Entendimos el mensaje”. Reconocen que sus errores pasaron por las peleas internas y en un debate mediado por las propuestas, y no fueron capaces de entender que la discusión electoral de 2022 se ha enfocado en la emocionalidad.
La contradicción entre la encuesta y los resultados no resulta muy sorprendente para algunos analistas, que acuden a encuestas de intención de voto en las que suele aparecer el centro como el espectro con el que se identifican la mayoría de colombianos.
Según explican, el descalabro en estas elecciones obedece a razones puntuales. Yann Basset, del Grupo de Estudios Políticos de la Universidad del Rosario, aseguró que aunque la gente se define de centro, no votó por la Centro Esperanza porque “no ha logrado ser creíble como coalición”. Para el docente, les pesaron las peleas internas, que no interpretaron el rechazo a los extremos y se quedaron en un discurso de moderación.
Entre tanto, Nury Astrid Gómez, experta en comunicación política y neuromarketing, indicó que la votación pudo deberse a una reacción natural de péndulo electoral en un momento convulso del país. “Los ciudadanos votamos y nos comportamos así. Cuando las cosas están estables, se van hacia el centro. Si hay convulsión, se van a los extremos. Es una reacción clásica frente al comportamiento del ciudadano ante lo que está pasando. Una cosa es declararse ideológicamente en un lugar y otra cosa es cómo se vota”, explicó.
Por eso, desde el 14 de marzo hubo un cambio de chip en el centro, o por lo menos aseguran eso. Gran parte de la situación pasa por reconocer que se equivocaron en tanta disputa interna. Ahora el principal objetivo tras el traspié inicial es consolidar la coalición y dar el mensaje de que están unidos. “Hay que trabajar unidos y que esa unión sea creíble. Sergio Fajardo tiene una gran oportunidad para que lo vean como una opción distinta a tanta guerra y hostilidad”, comentó Juan Manuel Galán, quien agregó: “Lo que se ha dicho es que hay que corregir los errores, ser autocríticos, evaluar en qué fallamos como equipo y cómo enfrentar está nueva fase de la campaña”.
Como se dijo, esta nueva etapa comenzó desde el lunes posterior a las consultas. Los miembros de la Coalición Centro Esperanza se reunieron para definir nuevas funciones. “Todos los precandidatos y liderazgos están con tareas”, comentó Juan Fernando Cristo, quien señaló que la estrategia en estas semanas pasa por la instalación de 32 comités departamentales. Esta acción estaría siendo encomendada, fundamentalmente, a los precandidatos derrotados. Parte de esta movida está mediada por dar una imagen de unidad: “Todos estamos trabajando mejor que nunca. Se ha insistido en que seremos un gobierno de coalición. Todos van a estar allí”, agregó Cristo.
La otra arista de la estrategia pasa por “emocionar”, uno de los grandes problemas de Sergio Fajardo. De todos los del centro, este ha sido el más señalado por supuestamente no saber generar emociones en los votantes. Y en esa línea es que se está desarrollando una nueva imagen gráfica y un nuevo tono, tanto para la campaña como para él como candidato. Tan solo basta verlo en los debates, más sonriente y propositivo. Además, se han creado piezas publicitarias en las que se trata de apuntar a una mayor conexión con el votante. Por ejemplo, ha recogido buena cantidad de reacciones un video en el que Fajardo cuenta los predicamentos a los que se enfrenta en los debates ante los limitantes que tiene por no sonreír o no ser tan emocional, como dicen.
“Se recibió el mensaje del 13 de marzo y hay un cambio de tono para conquistar a los que votaron en primera vuelta por Fajardo en 2018 y no participaron de las consultas. Hay una mayoría de centro que no votó y no logramos movilizar”, expresó Cristo. Sin embargo, se mantienen en la idea de que no pueden dejarse llevar por la mera emocionalidad del debate, por lo que hablan de “la capacidad de enamorar con las propuestas”. En este punto, los integrantes de la Centro Esperanza hacen énfasis en que son “la única campaña que tiene un plan de gobierno completo”. Además, resaltan que son la única candidatura que promete un gobierno de coalición: “Hay una ilusión de que llegue el más preparado con el mejor equipo”. Aunque reconocen que la desventaja es harta, “estamos convencidos de que la remontada se va a dar”.
¿Unidades con Rodolfo e Íngrid?
Como se dijo anteriormente, en el centro son conscientes de que parte del mal resultado se debe a la desunión con la que enfrentaron el debate de las precandidaturas. No quieren cometer el mismo error. Pero la unidad no solo es entre los que estuvieron en el tarjetón de Centro Esperanza. Esto incluye buscar tender puentes con Rodolfo Hernández e Íngrid Betancourt. Con ambos se han reunido en los últimos días y la estrategia pasa porque se adhieran a Fajardo. Hasta el momento los resultados no han sido los mejores. Aunque el encuentro con Hernández fue ameno y hasta hablaron de coincidir en varios puntos, el exalcalde bumangués se mantuvo en que irá solo a primera vuelta. Algo parecido pasó con Betancourt, aunque esta fue más allá e invitó a Fajardo a que se adhiriera a su campaña.
El caso de Íngrid Betancourt es más sensible debido a que su candidatura tiene bloqueados a los que fueron elegidos por su partido, Oxígeno Verde. Varios senadores y representantes electos por esta colectividad le comentaron a este diario las molestias en contra de Betancourt, debido a que estos son parte de la Coalición Centro Esperanza y tienen intenciones de apoyar a Fajardo, pero la candidatura presidencial se los impide. Esto debido a la doble militancia en la que incurrirían y que les haría perder la curul recién entregada. “Nos tiene maniatados y necesitamos mostrar unión y nos tiene imposibilitados”, comentó uno de los consultados.
Los elegidos por Verde Oxígeno aseguran que la molestia parte de las medidas “unipersonales” que ha tomado Betancourt en todo momento y que los afecta por el simple hecho de haber recibido el aval del partido que ella lidera. Por ejemplo, comentan que esta nunca les consultó para lanzarse y tampoco se discutió cuando se salió de la coalición de centro y decidió ir por sí sola a la primera vuelta. A esto agregan que la candidatura de Betancourt sería irregular, debido a que no cumple con los estatutos del partido recién resucitado. Concluyen que la candidatura de ella no tiene futuro y en cambio su adhesión es importante para el centro. No tanto por los votos que puede aportar, sino la sensación de unidad que puede aportar y que sirve para atraer votantes que se marginaron de participar en las consultas.