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Elecciones: ¿Es necesaria una auditoría independiente en las presidenciales?

La lentitud de la Registraduría para contratar la firma que la realice ha sido un lunar importante en estas elecciones presidenciales. Algunas creen que faltando ocho días para la primera vuelta es poco probable que una compañía acepte llevar el proceso.

24 de mayo de 2022 - 05:43 p. m.
El dinero para contratar la auditoría independiente fue desembolsado hace más de 15 días, pero a cinco días de la primera vuelta aún no se ha contratado una empresa para ello.
El dinero para contratar la auditoría independiente fue desembolsado hace más de 15 días, pero a cinco días de la primera vuelta aún no se ha contratado una empresa para ello.
Foto: Mauricio Alvarado Lozada

Estamos a cinco días de votar la primera vuelta para elegir el presidente que gobernará entre 2022 y 2026, y las preguntas sobre la auditoría independiente para ese proceso electoral siguen en aumento. De hecho, aunque mucho se ha hablado del tema y del porqué era urgente que se realizará, todavía hay confusión sobre de qué se trata una auditoría independiente para las elecciones y por qué es importante.

El Espectador le explica

En primer lugar, es necesario recordar que el contexto de este año electoral no ha sido fácil por cuenta de las dudas sobre la gestión del registrador Alexander Vega Rocha desde los comicios del 13 de marzo. Por la diferencia en votos entre la etapa de preconteo y el escrutinio, en la que le aparecieron al Pacto Histórico más de 700 mil votos, en esa elección al Congreso, se avivó una sensación de desconfianza. Tanto que, voces de distintos colores políticos insinuaron que era posible un fraude. A finales de ese mes, Vega Rocha dio la cara y aseguró que en Colombia “no hay fraude”. Desde ese momento diferentes instituciones que hacen veeduría a las elecciones, como la Fundación Karisma, expresaron que la aplicación de las novedades tecnológicas tuvo “muchísima improvisación”.

Por cuenta de esas inconsistencias y con miras a que las suspicacias no se posaran sobre los resultados de la primera vuelta presidencial, el Consejo Nacional Electoral (CNE) le pidió a la Registraduría que contratara una auditoría independiente para revisar cómo está funcionando la tecnología aplicada a las elecciones y entender, después de la votación en las urnas y el conteo de datos, si en efecto el proceso se surtió como era debido.

El CNE realizó esa solicitud hace más de un mes y el Ministerio de Hacienda giró 3,277 millones para dicho trámite. No obstante, aunque los recursos están disponibles, hay una baraja de posibles compañías para este trabajo, y la petición está sobre la mesa para blindar con confianza el proceso electoral, la Registraduría, como entidad ordenadora del gasto, no ha efectuado ninguna contratación.

Carolina Botero, directora de la Fundación Karisma, reiteró este martes en W Radio que tener una auditoría independiente para estas elecciones era necesario pues no solo aportaba tranquilidad a la ciudadanía, sino también datos para hacer una lectura más completa poselecciones sobre cómo ocurrió el proceso. Sin embargo, agregó, aunque no se tuviera dicha auditoría, todavía se puede tener confianza en las votaciones gracias a la trazabilidad física que es posible con los formularios que se usan en cada parte del conteo, desde el preconteo de votos.

“El alcance de una auditoría es mirar cómo debería funcionar la tecnología aplicada y luego revisar si se desempeñó como debía. Es decir, una auditoría no garantiza que no haya manipulación del software, pero sí tiene la capacidad de observar que el proceso se haga como se debía hacer. No tenerla nos pone en la misma situación de marzo”, explicó.

En ese sentido, añadió que “podemos confiar en el proceso electoral porque todavía hay una trazabilidad física con los formularios E-14 que nos permiten ver las diferencias entre preconteo y escrutinio, sospecha de problemas con jurados, o con el diseño del acta, como pasó en marzo. Los podemos trazar porque hubo rastros físicos en las actas”.

Sobre auditorías en las elecciones

Como dijo Carolina Botero, la auditoría independiente es una que, por lo general, la realiza una entidad internacional. Diversas organizaciones llevan años pidiéndole a la Registraduría que esta herramienta se incluya en los procesos electorales porque es una que arroja información de cara a la gente.

En cada certamen electoral, la Registraduría contrata una auditoría “tradicional” , que incluye la inspección de los softwares utilizados. No obstante, los informes que arroja esa auditoría han sido privados y secretos pues sirven para el uso propio de la entidad. En este año, la firma Mcgregor está encargada del proceso que se surtió tanto en las elecciones al Congreso, como de las presidenciales. Sus resultados los dará luego de la primera vuelta.

Adicional a eso, los partidos políticos y cerca de 25 organizaciones civiles, como Karisma y la MOE, envían veedores a los simulacros de escrutinios. Sin embargo, la capacidad de vigilancia de estos actores es mínima, con relación a lo que una auditoría puede hacer, que es revisar el funcionamiento “del código fuente, la penetración, y la funcionalidad”, de los softwares usados en las votaciones. Ahí radica la insistencia de personas como Carolina Botero de que se contratara en los términos adecuados una auditoría independiente manejada por una compañía internacional.

Softwares

En las elecciones de 2022 hubo novedades, entre ellas la decisión del registrador Alexander Vega Rocha de implementar dos softwares, en respuesta a un fallo que pidió que se tuviera un software propio para el escrutinio. Uno es alquilado por Disproel, que se viene usando hace años y que se empleará en las primeras fases del escrutinio de los votos en la primera vuelta. El segundo fue diseñado por Indra y patentado a nombre del Estado y se usará para la segunda parte del escrutinio, es decir, cuando el conteo de papeletas llegue a la comisión nacional, en manos del CNE, para consolidar finalmente los resultados.

Si bien políticos como el expresidente Andrés Pastrana han manifestado dudas sobre el uso del software de Indra y una “posible manipulación de datos”, Carolina Botero argumenta que no se entienden esas posturas porque “Indra apenas se está usando hace unas semanas”. Eso sí, la directora de Karisma expresó que el recelo con la eficacia de Indra es que todavía es un sistema en construcción. “El registrador Vega, en contravía de muchas personas en el Congreso, hizo ensayos de tecnología. El Software de Indra es totalmente nuevo”, indicó Botero en W Radio, esbozando que experimentar con tecnología sin terminar en las elecciones puede generar inconsistencias en el uso de esta herramienta, algo que suma de alguna manera al halo de desconfianza.

Como dice Botero, a estas alturas de la primera vuelta, es poco probable que una empresa seria acepte el rol de auditar de forma independiente las elecciones presidenciales.

El 21 de mayo, en una columna, Carolina Botero contó como una empresa alemana llamada DERMALOG rechazó celebrar el contrato para encargarse de este proceso. “Ante la negativa de DERMALOG de asumir la auditoría internacional, las expectativas por una auditoría así disminuyen. Incluso si contratan otra firma, habrá menos tiempo. En todo caso, a pesar de todas las falencias que ha tenido el proceso y que deberán abordarse a futuro, lo que hemos visto de los problemas de marzo es que la trazabilidad manual del proceso ha permitido hacer control y veeduría en lo sustancial. Por eso, es posible rodear el proceso y rechazar los vientos de cualquier tipo que puedan suponer la suspensión de las elecciones. El Registrador es responsable de este proceso y debe terminar lo que empezó”, concluyó.

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