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En 2019, en el país se eligió a la primera mujer indígena para liderar un municipio. Pasó en Silvia (Cauca), donde Mercedes Tunubalá, de la comunidad misak, marcó la historia. En las elecciones del 13 de marzo el turno le correspondió a Aída Quilcué, quien se convirtió en la primera mujer indígena que llegará a una de las dos curules especiales para las poblaciones indígenas del país en el Senado, que fueron creadas por la Constitución de 1991.
Quilcué, de la comunidad nasa, no es la única indígena que tendrá voz en el Congreso. A su lado estarán Martha Peralta Epieyú y Carmen Felisa Ramírez, ambas wayuus, que defenderán los derechos de las poblaciones ancestrales, especialmente de las mujeres indígenas que las atraviesan diferentes realidades interseccionales, que por años las han dejado en un atraso y en una cierta subrepresentación de sus intereses y necesidades.
Usted es la primera mujer indígena que llegará a la curul especial indígena, ¿qué se siente y qué significa para las mujeres indígenas de todo el país?
Este es el resultado de un proceso que hemos caminado hace mucho rato, en el marco de la reivindicación de los derechos, los procesos comunitarios, organizativos y sociales. Nuestra votación responde al apoyo de este proceso, a las mujeres y al papel que debemos asumir en los tiempos de hoy.
En estos comicios, además de su elección, vimos una precandidatura presidencial de una mujer indígena, como la de Arelis Uriana, que no ganó, pero obtuvo 54.000 votos en la consulta del Pacto Histórico, ¿cómo lee esto?
Es el tiempo de las mujeres y de la Madre Tierra, y nos parece fundamental dar estos primeros pasos y dar la apertura a la verdadera participación en el país, después de años de haber sido invisibilizadas y, a veces, excluidas. Es fundamental que en estos tiempos, a las mujeres indígenas, nos den y nos ganemos espacios con voz y voto, con apoyo real.
El Pacto Histórico entre otras organizaciones políticas han denunciado posible fraude en las elecciones. ¿El MAIS ha identificado irregularidades en el escrutinio de sus votos?
Claro que sí, hubo mucho fraude en el país, incluso con la circunscripción especial indígena, porque tenía un tarjetón independiente al de Senado ordinario y tenemos evidencia de personas que pedían el tarjetón nuestro y les decían que no existía. Por esto, puedo asegurar que mi votación pudo ser más alta, pero mucha gente se quedó sin ejercer su derecho.
Ha habido controversia con relación a que personas que no pertenezcan a comunidades especiales, como afros e indígenas, voten por candidatos de esas poblaciones. ¿Qué piensa respecto a que personas no indígenas apoyen candidaturas como la suya?
Creo que desde que sean decisiones conscientes y libres son fundamentales en la democracia. Los indígenas sí pueden votar por los no indígenas. Entonces por qué los no indígenas no pueden votar por los indígenas o los pueblos afros. Creo que ahí se refleja el racismo estructural de las personas e incluso de la institucionalidad. Las circunscripciones especiales de los pueblos étnicos son de carácter nacional y los ciudadanos del país, sin excepción, incluso a nivel internacional, pueden ejercer ese voto hacia nosotros.
¿Qué significa dar el paso del liderazgo social al liderazgo político y qué compromisos conlleva?
Significa que tengo que seguir trabajando de la mano con las organizaciones comunitarias, gremiales, sociales y populares. De ahí es donde vengo y no me puedo olvidar de lo caminado, para seguir caminando en este espacio desde lo legislativo.
Su esquema de protección es la Guardia Indígena. Una vez senadora, ¿aceptará el esquema de la Unidad Nacional de Protección (UNP)? Esto sabiendo la situación de amenazas, estigmatizaciones y demás que ha sufrido y, quizás, un papel de senadora va a tener mayor exposición.
Primero soy indígena nasa y tengo derecho a un enfoque diferencial, y esa ha sido la pelea de toda mi vida con la UNP, y esta vez que voy a estar en el Senado tengo que seguir exigiendo el derecho al enfoque diferencial, porque necesito hombres de protección o Guardia Indígena de confianza que uno pueda decir voy a viajar y voy a llegar tranquila al territorio y que no me genere riesgos.
Sin embargo, he tenido un esquema demasiado precario en el sentido en que no solamente a mí, sino a muchos líderes sociales, nos dan el carro más viejo y con las peores condiciones mecánicas. Aquí hago un llamado a que se proteja mi seguridad y a muchas personas que están en riesgo, pero como debe ser, no como lo están implementando en el momento. Y en el caso de los pueblos étnicos, creo que vale la pena seguir manteniendo eso que se llama el enfoque diferencial en el marco del derecho.