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En la mañana de hoy, Rodolfo Hernández aseguró que el debate presidencial al que fue obligado a asistir por una orden judicial tendría que hacerse en Bucaramanga por motivos de seguridad. Más allá de esta y otras condiciones, el candidato no concretó ningún punto del debate y todo parece indicar que dicho espacio no se realizará, al menos este jueves, como específica la tutela.
Ante este requerimiento geográfico, llamó la atención que en la media mañana de este jueves se observó al candidato y su equipo en Chiquinquirá. Este habría llegado en helicóptero y, aunque se le ve con una amplia comitiva, no se observa mayores diferencias frente al esquema que podría tener en Bogotá para poder llevar a cabo el debate en los estudios del sistema de medios públicos de Colombia.
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Además de llamar la atención ante su desplazamiento al municipio boyacense, también fue notorio que Hernández, su familia y algunos miembros de su equipo estaban en una misa en la basílica de Chiquinquirá, mientras que el equipo de Gustavo Petro esperaba al candidato o algún emisario para que ultimaran los detalles para poder realizar un debate presidencial este jueves.
El equipo de Gustavo Petro, encabezado por Alfonso Prada, estuvo en las sedes de RTVC, en Bogotá, más de media hora esperando a la representación de Hernández para que llegaran o se conectaran de forma digital para acordar los puntos básicos del encuentro entre ambos candidatos, pero esto no ocurrió. Nadie asistió de forma presencial o virtual por parte del exalcalde bumangués y por eso llamó mucho más la atención la visita de Hernández a uno de los centros del catolicismo más importantes de Colombia.
En su visita a Chiquinquirá, Hernández habría pedido perdón a la virgen de Chiquinquirá por sus comentarios, que algunos sectores cercanos a la religión han tomado de mala manera debido a que expresó que: “yo recibo a la virgen santísima y a todas las prostitutas que vivan en el mismo barrio con ella”. El comentario con fue bien recibido por los católicos de más fervor.
Hernández asistió a la Basílica de Nuestra Señora del Rosario y estuvo en los primeros asientos de la misa. Allí estuvo acompañado de su esposa, Socorro Oliveros, y su señora madre. Mientras que se llevaba a cabo la ceremonia, varios feligreses protestaron a las afueras del templo ante los comentarios proferidos por Hernández.