Publicidad

“Hubo muchos intentos de acabar con la coalición”: Luis Gilberto Murillo

El candidato a la Vicepresidencia por la Coalición Centro Esperanza considera que los afectaron los ataques desde diferentes sectores y el hecho de que la campaña se haya centrado más en escándalos que en propuestas. Según dice, la opción de centro tiene no solo el mejor programa sino el grupo más preparado paa gobernar el país.

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Felipe García Altamar
28 de mayo de 2022 - 12:57 a. m.
Luis Gilberto Murillo fue ministro de Ambiente durante el Gobierno Santos.
Luis Gilberto Murillo fue ministro de Ambiente durante el Gobierno Santos.
Foto: EFE - Mauricio Dueñas Castañeda
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

¿Lo sorprendieron los giros de la recta final de la campaña?

Hubo muchos elementos que distrajeron tanto a candidatos como al mismo electorado de concentrarse en las propuestas y evaluar las distintas candidaturas. Se dio una campaña muy sucia. Está demostrado que algunos pagaron para afectar la imagen de ciertos candidatos con falsedades y manipulación de información. Sorprende que se haya llegado a este nivel de falta de civilidad en el debate.

>Lea más sobre las elecciones de 2022 y otras noticias del mundo político

En general, ¿qué opinión tiene sobre la campaña desde el pasado 13 de marzo?

Lo conveniente para el país y la democracia es que los candidatos a cargos de la mayor relevancia y autoridad se conviertan en referentes y den ejemplo. Parte de eso tiene que ver con garantizar un debate de ideas y propuestas, pero muy alejado de los ataques personales, de la campaña sucia, las noticias falsas y la manipulación con beneficios electorales. Hay que resaltar que quienes se meten a este tipo de escrutinio público es porque tienen un compromiso con el servicio y cada quien lo lleva a su manera. La diferencia es qué proponen y los pasos para lograrlo. Hay que apartarse de la polarización a través de la generación de miedo y rabia.

En esta campaña se destacó el número de candidaturas afro a la Vicepresidencia. Pero también resaltó el racismo y el clasismo. ¿Lo sintió así?

Colombia es un país de contrastes y nadie discute la contribución enorme de la comunidad afro al país. La gente se acostumbró a ver personas afro en el deporte, la cultura y el arte, pero muy poco en escenarios de poder y mucho menos cargos de elección popular como presidente y vicepresidente. Hay una enorme situación de discriminación racial, comprobada por fallos de los organismos judiciales. Pero en medio de estos contrastes, y de que hay gente que niega que haya racismo estructural, hay avances: que haya cinco fórmulas vicepresidenciales afro muestra que el país está avanzando en ese sentido.

Lo que hemos encontrado es que, en lugar de celebrar ese avance de la comunidad afro, hay cierto rechazo. Algunas estructuras políticas no están acostumbradas realmente a la inclusión y cuando uno llega a competir o trabajar hombro a hombro, esa dinámica de la relación interracial cambia. Es un avance importante y lo leo en la perspectiva de que muestra que la comunidad afro se ha venido preparando y desarrollando una agenda muy concreta y esa es la agenda que dejan estas candidaturas.

La Centro Esperanza es una coalición con muchos políticos de trayectoria. ¿Por qué cree que a pesar de eso la aspiración no ha tenido el impacto deseado, como se vio en la consulta y como se ve en las encuestas?

En la consulta hubo un acumulado de más de dos millones de votos, que es un buen punto de partida. Se hizo un trabajo importante y los resultados de las encuestas plantearon cosas, pero hicimos campaña con base en propuestas y lo que vimos fue mucha gente acercándose a conocer y evaluar esas propuestas. Encontramos gente decidida a votar por nosotros y acompañando el proceso. Hubo muchos intentos de acabar con la coalición y de atacar fuertemente a Fajardo, pero él con su gallardía superó eso. Eso, en parte, afecta.

También afectó el hecho de que buscaron cerrarnos todos los espacios para que el país viera la discusión entre dos candidatos. Nosotros planteamos que el país dividido no le conviene a nadie y lo que deseamos es un país unido. Y nosotros lo podemos llevar a eso. Ese ambiente tan hostil frente a la candidatura de Fajardo y el trabajo de la coalición llevó a que nos tocara superar ese ambiente adverso y hoy podemos decir que mucha gente entusiasta llegó, está contenta con el desempeño en el debate y quiere seguir hablando sobre los temas que plantea Fajardo. La campaña reflejó que hay gente muy importante en la coalición.

Aunque dice que no se dejan guiar por las encuestas, ¿cómo tomaron las últimas cifras que se revelaron? ¿Cambió en algo la estrategia?

La gente tiene que votar por propuestas y no por encuestas. Esto no es una carrera de caballos. Invito a la ciudadanía a que haga un análisis serio de las propuestas y tome su decisión. Sabemos que si lo hace así va a llegar a nuestra candidatura. Cada vez que sale una encuesta el electorado se pronuncia y revisa caminos, pero estas encuestas hay que derrotarlas.

Algunas razones del por qué la Centro Esperanza ha tenido este desempeño, según analistas y detractores, es que se han equivocado en el discurso y las estrategias de comunicación. ¿Qué consideraciones tiene al respecto?

Creo que hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance y eso permitió aumentar el entusiasmo en los recorridos que hicimos por todo el país. No creo que sean errores, sino que esta fue una campaña difícil y compleja para un centro que han atacado tanto. Eso ha llevado a que se tenga la sensación de que requerimos movernos más, ajustar mensajes, pero creo que es más bien el ambiente hostil que se generó.

Entonces cree que se ha tratado de campaña sucia que lorgó impactar la candidatura...

Si hay ataques de forma sistemática, a veces apoyados por procesos en organismos de control, eso lleva a que una campaña no tenga el desempeño que uno quisiera. Por fortuna esto se dio antes y pudimos responder a todo para superar esa dificultad. En medio de eso la gente ha visto que acá hay una campaña seria y que Fajardo es la persona más calificada para ser el presidente de Colombia. En estas dos semanas vimos que subió el fervor, que normalmente no captan las encuestas. Hablo de un voto sorpresa en las regiones y ciudades intermedias. Allí la gente quiere una solución concreta y no quiere más peleas. Quiere simplemente vivir con tranquilidad en su territorio. Lo demás son detalles irrelevantes porque estamos concentrados en obtener un buen resultado.

Aunque el factor externo afecta, ¿considera que las peleas internas en la coalición les costó también en su imagen?

Sin duda hay votantes que se incomodan con ese tipo de peleas y muchos pueden llegar a abstenerse de apoyar. Pero la gente entiende que son situaciones normales en el juego político y que lo importante es la propuesta que encarna Fajardo. Acá estamos haciendo un ejercicio inédito de liderazgo colectivo. Es una coalición en la que hay un espectro más hacia la izquierda, como Jorge Robledo, y un economista clásico como Alejandro Gaviria que puede tener más ideas hacia el polo contrario. Eso le da a esta coalición una riqueza que no tiene ninguna otra. Construimos unidad desde la diferencia de puntos de vista de quienes integramos la coalición y es un ejemplo del talante de lo que haríamos cuando gobernemos.

Otro tema por el que dijeron sentirse atacados fue la denuncia ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) para que no se avalara su candidatura. Al final la decisión fue dejarla en firme. ¿Quedó dejó tranquilo respecto a su situación política?

Sí. Estábamos seguros de que no teníamos ninguna inhabilidad para ocupar el cargo de presidente o vicepresidente. Hemos insistido en eso y lo que hicieron fue darnos la razón. Pero eso es lo que ha tenido esta campaña: ha tocado ir superando obstáculos, porque han intentado descalificar a las personas de la comunidad afro, de las provincias y de las regiones. Eso es caso superado y hay que resaltar que estamos proponiendo en nuestra reforma para combatir de forma efectiva la corrupción, que haya financiación pública efectiva a las campañas y pase del 30 % al 70 % por lo menos y fortalecer técnicamente y la independencia del CNE.

En la última semana, varios políticos que apoyaban su candidatura se han bajado para irse a las toldas de Gustavo Petro o Rodolfo Hernández. ¿Hubo deslealtad? ¿Cómo tomaron esas movidas?

Realmente estamos concentrados en visitar la otra Colombia. Cada quien recurrirá al análisis de su conciencia. Hicimos un trabajo con alma, corazón y vida para sacar adelante este proyecto y hay mucha gente que mantiene esa esperanza viva. Hay que resaltar eso porque se han mantenido firmes y confían en este proyecto de país. No es algo circunstancial ni por un interés electoral, simplemente confían en esa visión de país.

Ustedes empezaron ondeando la bandera anticorrupción, pero las campañas de Petro y Hernández también las tomaron. ¿Creen que lograron quitarles esas banderas?

No creo. Nuestras propuestas en materia de lucha contra la corrupción son las más serias. Las otras son muy novelescas y más de show político.

¿Qué propuestas, personas y estrategias considera que diferencian la campaña de la Centro Esperanza de las demás?

Lo primero es que tenemos la persona más calificada para ser presidente, que es Fajardo. Segundo, tenemos una fórmula que no se hizo por cálculo electoral sino por afinidad. Con Fajardo tenemos una amistad de hace años, hemos hecho región y sacado proyectos adelante juntos. Seré uno de sus principales consejeros. No hay duda de que tenemos una unidad en la visión de país. Muchas vicepresidencias se hacen por alianzas desde la perspectiva de llegar como sea y el problema es que no se entienden y no hay confianza, lo que termina impactando la gestión del Gobierno. Eso no va a suceder con nosotros.

¿Y qué puede destacar de su programa?

Tenemos el mejor programa. Es viable y no hablamos de continuismo ni prometemos cosas que no se pueden hacer o que son meras ilusiones. Y es la única campaña que no tiene mesías ni jefes. Acá hay un liderazgo colectivo, porque va a ser un gobierno de coalición. Miren las personas que la integran, son muy destacadas y con convicciones muy fuertes. Este va a ser un gobierno que tiene el talante para llamar a la unidad. La polarización y profundización de divisiones no le ayuda a un país que necesita decencia. Están los desafíos de la inseguridad, la desigualdad, el cambio climático, el costo de vida y el desempleo. Para resolverlos se requiere de unidad y no vemos ninguna campaña que llame a la unidad. Al contrario, se han dedicado a polarizar porque les conviene que el país esté dividido; a nosotros nos conviene que esté unido. Ahí hay diferencias claras.

De no pasar a segunda vuelta, ¿han hablado de los posibles movimientos o apoyos para la siguiente fase?

La realidad es que no se ha revisado ese escenario. No pasa por mi mente. Trabajamos durísimo y recorrimos hasta cuatro ciudades por día para lograr el entusiasmo necesario y que se transforme en votos. Después miraremos, pero estoy seguro de que con el esfuerzo que estamos haciendo vamos a pasar a segunda vuelta.

Felipe García Altamar

Por Felipe García Altamar

Bogotano. Periodista de Uninpahu. Vinculado a El Espectador desde 2014. fgarcia@elespectador.com
Conoce más

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.