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¿Por qué impacta la campaña de Rodolfo Hernández? Análisis

Ni las gatas de Rincón ni los más avezados analistas podrían pronosticar un triunfo del ‘outsider’ en primera vuelta. Lo cierto es que, sin duda, es el más importante animador de la contienda electoral 2022. Y sí, se trata de pronosticar, porque no podemos predecir, por intuición, suposición o adivinación -como las brujas-.

Álvaro Benedetti* / @dialbenedetti
15 de febrero de 2022 - 12:00 a. m.
Rodolfo Hernández, exalcalde de Bucaramanga
Rodolfo Hernández, exalcalde de Bucaramanga
Foto: Liliana Rincón B.

Superadas las elecciones 2022 y pase lo que pase con el solio de Bolívar, se recordará la campaña de Rodolfo Hernández como una paradigmática apuesta por construir voto de opinión, desde lo más genuino de las emociones y en medio de la decepcionante y poco innovadora política nacional.

En la previa de las elecciones parlamentarias, el santandereano logró encabezar la grilla de partida (junto a Gustavo Petro) con una opción real de ganar la Presidencia, algo que pocos creían a mediados del año pasado. A pesar de que diversas controversias en el marco de su gestión, su casi nula integración con el cuerpo legislativo y demás instancias de la burocracia estatal son su gran talón de Aquiles, el gran logro de su campaña es que, con poco más de un año de visibilidad, despertó un sentimiento de desprecio por el régimen mezclado con una buena dosis de esperanza.

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Su figura y valores son en sí mismos singulares. Enarbola banderas apolíticas, las de un empresario curtido por la vida y a quien, por un repentino interés -social tal vez-, decide preocuparle asuntos que a cualquiera con su riqueza le resbalarían. Por otro lado, despierta interés algunos episodios en los cuales, mediante agresiones verbales y declaraciones salidas de tono, se promueve como un mandatario intransigente. Qué decir de episodios como el golpe en la cabeza a John Jairo Claro, entonces concejal de Bucaramanga, que le valió una millonaria multa por parte de la Procuraduría.

Pero la verdad es que, sin ubicarse en ningún lugar del espectro, actúa como el más profesional de los políticos: su desparpajo es seductor, es sereno al hablar, consciente de cada lugar, canchero, vocifera que se la juega solo y contra la marea, convencido de poseer la habilidad y los conocimientos útiles para desempeñarse como presidente, tras su auto aclamada gestión como alcalde de la ciudad de los parques.

Desde las redes sociales y puntualmente con los jóvenes, Rodolfo le hizo juego a lo banal de las formas y construyó su piso. Aún no termina su techo. Logró poner a su servicio la tradicional demagogia, hoy relativizada en el mercadeo político como “narrativas”, forjando un mensaje anticorrupción inspirador para algunos, pero en todo caso realista e injurioso para otros.

No obstante, es irónico que la Liga Anticorrupción, el movimiento que creó para acompañar la construcción programática y el voluntariado de su campaña, no haya escapado de la polémica: tal es el caso de la filtración de audios, en agosto del año pasado, en los que Hernández les exigía dinero a quienes quisiesen pertenecer a la lista al Congreso de la República, advirtiéndoles que de resultar electos debían destinar el 10% de su sueldo para la Liga. Escándalo del cual se defendió aduciendo que lo común es que los movimientos políticos se construyan mediante este tipo de arreglos.

Así es el Ingeniero. Un amigo más de combatir la más relevante causa nacional sin estar exento de señalamientos. Esa corrupción, de la que hablan todos, incluso aquellos que con rabo de paja o metidos en la ‘cueva de Ali Babá' se muestran como la renovación de un sistema viciado hasta la médula. La gran paradoja de lo bueno y lo malo que conlleva su imagen es que el más rico, veterano, irascible -sin asomo de vergüenza- y, por momentos, despótico de los candidatos, es quien no solo supera en la intención de voto a los políticos más curtidos, sino que además brinda una cátedra magistral de política informacional.

¿Pero qué le hace falta para ganar en primera vuelta, como suele insistir lo logrará?

El posicionamiento logrado con la campaña y su muy elevada capacidad de gasto le abonan el camino, sin embargo, es en extremo ingenuo asegurar dicho resultado todavía. Si bien la retórica de “quitarles la chequera a los políticos” convence a un considerable número de electores, habrá que ver si de cara a la primera vuelta logra persuadir a esa esquiva “mitad más uno” de los votos, tal y como ocurrió con el caudillo de la seguridad en 2002 y 2006.

Para quienes vemos el fondo -y no solo las formas-, también es una incógnita saber con qué solvencia afrontará debates en los cuales se muestra débil o sencillamente ausente por el momento: la superación de la guerra interna, la lucha contra el narcotráfico, la reforma a la salud, inclusión de género, medio ambiente, entre otras, son agendas que si bien demandan la vehemencia que lo caracteriza, también requieren propuestas de valor, datos y un muy amplio conocimiento del diverso y asimétrico país que tenemos.

Lea también: Periodista Paola Ochoa será la fórmula vicepresidencial de Rodolfo Hernández

Tampoco conocemos cómo le va por fuera de las cámaras, no lo hemos visto provocando reacciones en las calles, en la plaza. Qué interesante sería ver una de sus típicas peroratas condenando la ineficiencia de los gobiernos locales y departamentales. Instando por un fortalecimiento real de la gobernabilidad territorial, de los proyectos de inversión y la gestión por resultados de frente con los alcaldes, gobernadores y equipos de gobierno.

Su campaña debe entender que ya obtuvo una importante victoria al perfilar al candidato como el más genuino adalid anticorrupción, pero falta mucho. La historia muestra que quizás no es suficiente construir una base electoral únicamente desde la opinión. Y, aunque ha dicho que va solo hasta el final, debe abandonar su tono mesiánico, perfilar un eventual equipo de gobierno y enfocar propuestas para los territorios.

¿Tendrá claro que su aspiración se debe nutrir de esto? Veremos qué sucede cuando se dé luz verde a la carrera presidencial tras los comicios del 13 de marzo. Al margen de los retos por delante, hay una inobjetable verdad y es que su altisonante reconocimiento y recordación marcará un importante hito en la manera de hacer campañas políticas en Colombia y América latina.

* Politólogo, consultor y profesor universitario

Por Álvaro Benedetti* / @dialbenedetti

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Felipe(94028)16 de febrero de 2022 - 03:12 p. m.
Un "Trumpito" criollo, pura verborrea populista derechona. Su fórmula, la gomela nacional Ochoa, parece hecha a su medida.
Luigi 74(49812)16 de febrero de 2022 - 01:21 a. m.
Un columna que es como publicidad política. La verdad es que después de Duque ya no podríamos caer más bajo eligiendo a semejante payaso. Este señor no habla sino de corrupción, en eso basa su programa, y sin embargo, hasta rabo de paja tiene, porque tiene investigaciones por corrupción.
hersa(70651)16 de febrero de 2022 - 12:41 a. m.
Es normal que muchas personas desencantadas por tanta corrupción y descredito de las instituciones crean que este candidato sea la solución. Pero poco a poco va dejando ver el cobre ….. su desconocimiento sobre los verdaderos problemas que no solo es corrupción desencantara a los hoy seguidores. Lo del Sr, Hernández no cuajara.
A(68560)15 de febrero de 2022 - 11:00 p. m.
Si el vejete pone a paola ochoa como vice ya se ve lo atravesado y estúpido que es ! La tipa es una neonazi de 7 suelas y la designación evidencia que el "ingeniero" está mejor para seguir haciendo edificitos para vender a los marranitos que le compran .
Conrado(86497)15 de febrero de 2022 - 09:58 p. m.
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