Rodolfo Hernández y las caras de la derrota

Así se vivieron en Bucaramanga las horas siguientes al veredicto de las urnas. Tristeza y frustración fueron la constante en una ciudad que pensaba que pondría presidente.

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Juan Sebastián Lombo
20 de junio de 2022 - 02:33 a. m.
Tras ver que el resultado en las urnas en segunda vuelta fue diferente al que mostraban las encuestas  la tristeza de sus seguidores se apodero de las principales calles de Bucaramanga.
Tras ver que el resultado en las urnas en segunda vuelta fue diferente al que mostraban las encuestas la tristeza de sus seguidores se apodero de las principales calles de Bucaramanga.
Foto: Jose Vargas Esguerra
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La soledad de la derrota fue más que notoria en la sede de Rodolfo Hernández. Incluso desde antes que cerraran las urnas se notó que la emoción que hubo en la primera vuelta no se iba a repetir. La calle en la que queda la Casa Nariño, sede de la Liga de Gobernantes Anticorrupción-movimiento de Hernández-, no estaba tan llena como el 29 de mayo. Una premonición de la derrota venidera.

Hacia las 4 de la tarde, cuando las urnas apenas cerraron, los bumangueses presentes en la sede de campaña tenían la esperanza que Santander iba a poner presidente después de 100 años. Las camisetas de Colombia y el Atlético Bucaramanga eran una muestra de que para ellos este era un asunto de pasiones y de regionalismos. La emoción se sintió más fuerte en los primeros informes, cuando Hernández lideraba. Sin embargo, Petro comenzó a liderar al poco tiempo y la tristeza se hizo una constante.

Cada informe era una cara de tristeza más. Aún cuando la tendencia era irreversible y había un ganador claro, Gustavo Petro, había muchos seguidores que seguían insistiendo en que el próximo reporte de la Registraduría la situación iba a cambiar. “Petro bajó 0,3%”, decía uno de los rodolfistas, y otro le respondía: “Ese se quedó ahí, ya verá cómo comenzamos a subir”.

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Pero nunca llegó la subida definitiva. Hacia el octavo informe era claro que Gustavo Petro era el nuevo presidente de Colombia y la mancha amarilla rodolfista comenzó a ser cada vez más pequeña. Mientras eran menos los seguidores del exalcalde bumangués, en las vías cercanas a la campaña comenzaron a sonar pitos y se vieron ondear las banderas del Pacto Histórico, que fueron apenas el 23% de los votantes de la ciudad. Algunos rodolfistas respondían a la provocación, mientras que otros preferían aprovechar las cámaras de los medios nacionales e internacionales para desahogarse.

“Felicitaciones, señor Gustavo Petro. Ahora es nuestro presidente. Pero tenga en cuenta que acaba de nacer el rodolfismo y le haremos oposición. No nos olvide. Lo estaremos vigilando”, expresó uno de los seguidores de Hernández, que apretaba una bandera de la campaña para expresar su rabia. Otros daban mensajes muchos más duros; hablaban de levantamientos armados y hasta sacaban sin mayores pruebas la tesis de un gran fraude electoral.

Hacia las 5:30 de la tarde, las pantallas en las que se seguía los reportes de la Registraduría se pusieron en negro para dar paso a la transmisión por Facebook Live en la que el ingeniero aceptó la derrota. “Acepto el resultado, cómo debe ser si deseamos que nuestras instituciones sean firmes. Espero que esta decisión sea beneficioso para todos. Que Colombia se encamine por el cambio que escogió en primera vuelta. Le pido al doctor Gustavo Petro que sea fiel al país y a su discurso anticorrupción”, dijo Rodolfo Hernández en un mensaje bastante corto.

La sede de campaña de Hernández fue rápidamente desocupada y la atención pasó a la vivienda del ahora excandidato. Justo después del mensaje, a las afueras del edificio Premier de Cabecera apareció el estratega Ángel Beccasssino, que fue el único de las toldas rodolfistas que habló ante los micrófonos de los medios de comunicación. “Rodolfo Hernández va a asumir la curul, el resto de cosas ya son cosas de Rodolfo”, comentó el argentino. De esta forma, Rodolfo Hernández llega al Senado con una gran fuerza electoral y con una bancada de dos representantes elegidos el 13 de abril y un escaño más si llega a asumir Marelen Castillo.

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Tras la partida del estratega político, la calle en la que vive Hernández quedó rápidamente vacía y solo permanecieron los medios de comunicación esperando a que este saliera a dar unas palabras. Nunca ocurrió. Lo único extraño fue que a las afueras del edificio del candidato llegó los 13 jóvenes que lo convirtieron un fenómeno de redes sociales. Iban con camisetas de la campaña y gritaban arengas como si hubieran ganado. Algunos estaban llorando ante la derrota. Al final también se fueron y la soledad de la derrota de Hernández solo se veía interrumpida de vez en cuando por el carro de algún seguidor del Pacto Histórico que decidía subir la cuesta donde queda el apartamento del perdedor para pitar y enrostrarle la victoria de Gustavo Petro.

Dilapidando el optimismo de las encuestas

Con los resultados del preconteo, que no son oficiales y únicamente son de carácter informativo, se puede decir que el exalcalde de Bucaramanga fue el gran perdedor de la jornada. La justa electoral no fue tan apretada como se esperaba y al final la diferencia entre ambos candidatos fue de casi 700.000 votos. Hernández no fue capaz de sumar todos los votos que quedaron de Federico Gutiérrez y Sergio Fajardo.

El 29 de mayo, Hernández dio la sorpresa y se impuso sobre Fico con cerca de 7% de ventaja. Hasta ese momento, pocos lo tenían en el radar y por eso pudo llevar a cabo su campaña sin mayores contratiempos. Sin embargo, hacia segunda vuelta, tuvo que hacer frente a que los reflectores se enfocaran en él. Lo que parecía ser una fácil victoria ante Gustavo Petro, pues supuestamente se le sumaban buena parte de los votos de la derecha y el centro, se complicó ante varias salidas en falso y ante el resurgir de controvertidas declaraciones que hizo durante su carrera como empresario y alcalde de Bucaramanga.

La campaña de segunda vuelta comenzó de mala manera con señalamientos por machismo. Días antes de la primera vuelta, Hernández fue cuestionado por el papel de la mujer en su gobierno y este confundió la pregunta y pensó que era sobre el rol que jugaría su esposa. “Es bueno que ella haga los comentarios y apoye desde la casa. La mujer metida en el gobierno a la gente no le gusta porque es invasiva”, expresó Hernández. Aunque fue sacado de contexto en un primer momento, al tratar de clarificar volvió a emitir comentarios considerados machistas. “El ideal sería que las mujeres se dedicaran a la crianza de los hijos”, comentó Hernández, que añadió que las mujeres “les tocó” trabajar debido a las falencias económicas.

Desde entonces, fueron más los escándalos. A Hernández le desempolvaron las múltiples declaraciones controvertidas de cuando era alcalde de Bucaramanga y en los primeros momentos de su campaña, cuando apenas tenía un reconocimiento. En redes circularon videos de cuando fue crítico de la ley que creó el delito de feminicidio; cuando llegó a amenazar a un socio con “pegarle un tiro”; entre otros episodios en los que quedó mal parado. “Me paso esa ley por el culo”, se le escuchó decir en la grabación de una conversación con una subalterna por un asunto de la alcaldía. También pasó a la palestra pública el tema del secuestro de su hija. El Eln negó el crimen y adeptos petristas comenzaron a poner en duda el tema de la hija.

Más allá de los escándalos, la campaña rodolfista de segunda vuelta fue marcada por el silencio. Tras las desacertadas y cuestionadas declaraciones de los días posteriores a primera vuelta, el candidato guardó silencio y rechazó el diálogo con los medios de comunicación. Además, se marginó de los debates presidenciales. Ante la clara ventaja de Gustavo Petro en estos espacios, la campaña decidió continuar con la estrategia de las últimas semanas de primera vuelta de rechazar las invitaciones de los medios. Ante el silencio, diferentes grupos ciudadanos intentaron llevar a debatir a Hernández a través de la vía judicial. Una tutela lo logró. El Tribunal de Bogotá, en su sala civil, ordenó que se hiciera un debate en medios públicos a más tardar el jueves 16 de junio.

La intención de no debatir llegó hasta el nivel de que pusieron condiciones extremas para acordar la discusión con Petro, incluso llegaron a condicionar la asistencia a que el evento se desarrollara en Bucaramanga. El líder del Pacto Histórico dijo que sí a todos los requerimientos, pero de todas maneras el debate no se realizó. El equipo legal de Hernández buscó una argucia legal para no tener que debatir. Puede que haya incurrido en desacato a la tutela que lo obligó a debatir, pero ya las elecciones pasaron y este salió derrotado, en gran parte por no ir a un solo debate en el último mes de contienda electoral.

La controversia también vino por las adhesiones a su campaña. Desde el minuto uno de su paso a segunda vuelta, Hernández recibió el apoyo de Federico Gutiérrez y la plana mayor del uribismo. Sin embargo, aunque agradeció los posibles votos, señaló que recibía el apoyo pero no iba a hacer alianzas con ninguno. También intentaron aterrizar buena parte de los miembros de la Coalición Centro Esperanza, pero al final no pudieron conciliar para llegar a un acuerdo programático y estos se repartieron entre la campaña petrista y la del también empresario de la construcción.

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