En ese sentido, invitados por la Fundación El Nogal, académicos, empresarios y altos funcionarios del Gobierno se reunieron para discutir sobre el papel del sector privado y de la tributación en la construcción de la paz en el contexto de los diálogos con las Farc en Cuba.
Uno de los panelistas fue Luis Fernando Rico, presidente de Isagen, quien sostuvo que la paz no es solo la ausencia de conflicto armado, sino “el desarrollo en los territorios”, mientras Javier Murgueitio, presidente de Coffee Company, dijo que la presencia del Estado es fundamental para que los empresarios puedan llevar ese desarrollo a las regiones.
En respuesta, Rafael Grasa, de la Universitat Autònoma de Barcelona, dijo que es fundamental que la descentralización establecida en la Constitución de 1991 se materialice con el fin principal de incluir efectivamente las regiones en el desarrollo del país.
La mayoría de invitados coincidieron en que la deuda de los privados con la paz no pasa únicamente por la generación de empleo y el pago de impuestos, sino por colaborar con el Estado con proyectos en las regiones azotadas por la violencia.
Respecto a la tributación, expertos como Eduardo Sarmiento coincidieron en que, ante la necesidad de recolectar recursos por cerca de $78 billones, como lo advirtió el senador Antonio Navarro, se hacen necesarias una reforma tributaria y una política pública que prioricen las empresas nacionales para que éstas puedan llegar a los territorios de conflicto.
Al tiempo, Consuelo Corredor, experta en lucha contra la pobreza, dijo que la relación del Estado central con las autoridades locales será clave para implementar los eventuales acuerdos.