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¿Es posible una coalición de centroizquierda para las presidenciales de 2022?

La clave, dicen unos, es superar los egos. “Acepto su propuesta”, responde Petro. Fajardo habla de convergencia por fuera de los extremos políticos.

25 de julio de 2020 - 04:57 p. m.
Humberto de La Calle fue candidato a la presidencia de 2018 y exnegociador de paz en el proceso entre el gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las Farc. / Gustavo Torrijos
Humberto de La Calle fue candidato a la presidencia de 2018 y exnegociador de paz en el proceso entre el gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las Farc. / Gustavo Torrijos
Foto: GUSTAVO TORRIJOS
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“No es imposible”, dice Humberto de la Calle al poner sobre la mesa la necesidad de construir una coalición de centroizquierda, de cara a la elección presidencial de 2022, con un programa compartido, construido de manera transparente y sin equívocos, que aleje los riesgos para la nación de los extremismos. Habló, en su columna de El Espectador del pasado domingo, de establecer límites o líneas rojas por parte de cada uno de los integrantes posibles. El compromiso ante el país sería gobernar con ese programa conjunto, “sería un gobierno compartido. No el viejo estilo de siempre: el elegido hace de su capa un sayo y maneja el gobierno a su antojo. Me refiero a esto: quienes integren la coalición van a gobernar colectivamente, dicho de frente y sin engaños. Y, por fin, y solo al fin, las reglas para seleccionar al candidato. Digamos que es una propuesta a la europea y no a la americana”.

(Lea Centroizquierda, la columna de Humberto de la Calle sobre una posible coalición para 2022)

De hecho, el exjefe negociador de paz se atreve a plantear puntos “de contacto” en ese eventual programa en común, a partir de las propuestas hechas en la campaña de 2018. Habla, por ejemplo, de la idea de Gustavo Petro de un esquema de salud con mayor protagonismo estatal, que bien podría integrarse a la Germán Vargas Lleras sobre la medicina preventiva y el médico familiar, a la del corte de cuentas atrasadas que sugirió Iván Duque o a su propio planteamiento de un médico familiar entendido como la llave del sistema, volcado a los hogares. Encuentra también coincidencias salvables con los temas de Sergio Fajardo en educación o los de Jorge Robledo en asuntos económicos. Y, cómo no, en la lucha contra la corrupción como un eje central y ya como condición de supervivencia del sistema.

“El telón de boca debería ser la persistencia en soluciones civilizadas frente a los residuos de violencia política, preservando la ruta crítica señalada en el Acuerdo del Teatro Colón”, concluye De la Calle. Pero, ¿es realmente posible estructurar ese programa común, definiendo reglas para escoger un solo candidato, por encima de tantas aspiraciones personales y, si se quiere, de tantos egos? Patricia Lara, también en estas páginas, reconoce que, en efecto, son los egos los que torpedean las posibilidades de unión del espectro del centro y centroizquierda. “Lo que haría falta es que los precandidatos dieran el primer paso, el más difícil de todos”, dice. E incluso sugiere como ese primer paso conformar una comisión en la que tengan voz algunos precandidatos o sus delegados, y buscar a un experto facilitador, ojalá extranjero.

(Lea también: La propuesta de Humberto)

De entrada, llama la atención que Petro, a quien muchos le atribuyen posiciones mesiánicas y tener un proyecto personalista, se muestra abierto a esa unidad. “Mi querido Humberto de la Calle, he leído su propuesta y sugiero que lea la mía sobre un pacto histórico. Ambas columnas señalan lo mismo. Así que tengo que decirle que acepto su propuesta”, respondió en Twitter. La columna a la que remite se titula “¿Un pacto histórico?”, publicada en el portal cuartodehora.com. Eso sí, el líder de Colombia Humana marca una diferencia entre uno y otro escrito. Y es que mientras De la Calle se refiere a la mecánica, él prefiere partir de los lineamientos de un posible acuerdo programático. “Yo estoy proponiendo es un pacto histórico, que no solo implica un gobierno de coalición en 2022, sino una serie de reformas que tienen como hilo marchar hacia la democracia. Se debe trabajar en la democratización de la vida política y económica del país. Si en eso nos ponemos de acuerdo, pues ya hay una mecánica”. Con un entendido: para él, democracia y paz son sinónimos.

El lío, de entrada, es que en su escrito, Petro arremete contra dos figuras que tienen que ser consideradas en esa posible coalición: Sergio Fajardo y Jorge Robledo. “Tratan de repetir para 2022 la misma actitud de la primera vuelta presidencial del 2018, como si el mundo no fuese a cambiar, como si ya no hubiera cambiado. Una actitud para congraciarse no con un centro aún por definirse, sino con un establecimiento que no quiere cambios. Una invitación anacrónica para que el establecimiento no cambie”. Y les recalca: “El problema jamás he sido yo, sino lo que represento. Lo que represento es lo que los llevó en 2018 a no aceptar formas de consulta y unidad, lo que llevó a no pactar un programa, que ya había sido acordado para la Alcaldía de la capital. Colombia Humana solo sirve si pone sus votos, pero no sus ideas”.

De hecho, en una entrevista de abril pasado, Fajardo sentenció: “Nunca me uniría a Petro”, ratificando de paso que no se arrepiente de haber votado en blanco para la segunda vuelta en 2018. Sin embargo, consultado ahora, y reconociendo que todavía es una discusión prematura, respondió: “En Compromiso Ciudadano estamos convencidos de la necesidad de construir una convergencia política alternativa para 2022, que esté por fuera de los extremos políticos. Con una candidatura presidencial única y unas listas fuertes al Congreso. En primera instancia, necesitamos un acuerdo ético que sirva para poner las bases necesarias para recuperar la confianza de la ciudadanía en la política y en las instituciones”. Y como al buen entendedor, es claro que cuando habla de “extremos”, sin nombrarlo, hace referencia a Petro.

(Conozca: Proponen rendir homenaje a la memoria de Alfredo Molano Bravo)

Robledo —quien en la pasada contienda electoral conformó la tríada al lado de Fajardo y Claudia López— advierte también que es temprano hablar de coaliciones, pero cree que es un paso en la dirección correcta y que la centroizquierda debe “agrupar fuerzas” que sean lo suficientemente sólidas para hacerle frente al candidato del “duquismo” en dos años. “También es cierto que esa fecha está lejana, que debo tramitar mi aspiración en mi partido y que ahora estoy concentrado en diseñar propuestas sobre qué hacer ante la gravísima crisis actual y futura provocada por el COVID-19”, declaró. Para Clara López, es una propuesta viable y necesaria, pero debe haber primero un diálogo. “Que no haya vetos, que haya un acuerdo programático (...) la primera vuelta puede servir de primarias y que para la segunda se vote por el ganador y no se recurra al voto en blanco”. Aunque advierte: mientras haya una persona que diga que va, pero sin otra, no se logrará nada.

A su vez, el senador liberal Luis Fernando Velasco lo ve como una opción necesaria. “Es un imperativo ético que las personas con concepción socialdemócrata busquen unirse y rompan el caudillismo. Soy de los liberales que quiere ayudar a construir una coalición de centroizquierda para derrotar a una derecha que no tiene mucho que mostrar en los últimos años. Tenemos que deponer egos y pensar en una propuesta seria de transformación del modelo económico, de atención de salud, de defensa del medio ambiente, no solo de derechos individuales sino colectivos”, recalcó. Y anunció que dará la pelea en su partido para ir en esa dirección. “No quiero que mi partido se vuelva derechoso. Siento pena con los que han luchado por las ideas liberales, viéndolo tomar decisiones reaccionarias y conservadoras”.

(Lea: Cuestionan al Gobierno por omisión de firmas en el decreto que subsidiaba el agua)

También desde el Congreso, la representante Ángela María Robledo, quien fue fórmula vicepresidencial de Petro en 2018, insiste en que es “urgente” buscar la convergencia, partiendo del reconocimiento de las diferencias. “Las mujeres hemos clamado por unos acuerdos de mínimos entre todos. Creo que hay que hacerlo. Otro gobierno de derecha sería acabar con lo poco que queda de la paz”. Acuerdo que, en su concepto, debe incluir a Petro. “Sin convocarlo a él será imposible. Acá debemos disputar nuestras diferencias de una manera que nos permita después encontrar los espacios para la interlocución, y la izquierda se caracteriza por debatir”. Y para el senador Iván Cepeda, la idea de Humberto de la Calle ilumina el debate. “No es fácil, hay que superar obstáculos y creo que el diálogo transforma a los seres humanos. Hay la fuerza para elegir a un candidato, pero otra cosa es construir un gobierno y tener gobernabilidad. Sería insensato que el centro piense en un gobierno sin la izquierda y viceversa. A partir de 2018 surgió un nuevo fenómeno que es la bancada alternativa en el Congreso. Hay diferencias, pero actuamos como bancada. Para 2022 no solo se requiere una alianza electoral, sino un pacto histórico”. O sea, como dice Petro.

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