“Sólo esa disposición mandará a la sociedad señales claras y honestas de que es posible ponerle fin al conflicto. Eso se aplica a todos los autores. El Gobierno ya lo ha hecho (...) y las Farc deben hacerlo también de manera más categórica. Debe ser un pronunciamiento claro, sin excusas. Las circunstancias concretas de diversos acontecimientos las examinará la Comisión de la Verdad, pero este es el momento de asumir responsabilidades de manera nítida. Sin reticencias”, enfatizó.
Y agregó: “Las víctimas piden a gritos que debemos cumplir con el papel histórico que nos han encomendado y esto requiere pasos concretos, no retórica. ‘No aceptamos ser el toque emotivo en una negociación’, nos dijo una víctima ayer con toda la razón”. De paso, De la Calle rechazó las amenazas contra miembros de las delegaciones de víctimas que han visitado la mesa y aseguró que el Gobierno desplegará toda su capacidad para garantizar su protección. “Seguimos sin entender cómo, mientras nos esforzamos por trabajar para terminar el conflicto, otros intimidan y estigmatizan a quienes han sufrido el horror del conflicto”, concluyó.
Por su parte, las Farc siguieron insistiendo en un cese del fuego bilateral, según ellas, como manera de acortar la distancia hacia la firma de un acuerdo final. “Preguntémonos ya, con transparencia absoluta: luego de tener tres acuerdos parciales y en el preludio de la discusión de los acuerdos decisivos, ¿vale la pena que sigamos matándonos mientras llega la firma del acuerdo de paz?”, manifestó el jefe de la delegación guerrillera en La Habana, Iván Márquez.
En su declaración, destacó el apoyo que ha recibido el proceso de paz por parte de las víctimas y reiteró la postura de que “la paz no está a la vuelta de la esquina”, instando al Gobierno a iniciar las transformaciones institucionales establecidas en los acuerdos parciales. También se refirió al tema de la dejación de armas e indicó que este asunto no puede abordarse sin relacionarlo con las garantías de seguridad.
De otro lado, las Farc le respondieron —sin nombrarlo— al general (r) Luis Mendieta, quien estuvo más de 11 años secuestrado y participó del encuentro en La Habana el pasado jueves. El exoficial dijo que no le cree al discurso de paz de la guerrilla y cuestionó el hecho de que no lo vean como víctima sino como prisionero de guerra. “La titularidad y el valor del combatiente no puede, por lo mismo, usurpar el de una víctima que sea civil, más cuando miles y miles de víctimas civiles empobrecidas desearían y deberían estar acá para que su voz ilustrara con autoridad moral sobre lo que se le adeuda (...) demandamos por coherencia que la condición de víctimas no puede ser distorsionada”, expresó la guerrilla. El próximo ciclo de conversaciones se iniciará el 20 de octubre y la cuarta delegación de víctimas será recibida en la mesa el día 29.
Por Redacción Política
