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A los 94 años, en la clínica del Country en Bogotá, falleció el ingeniero, industrial, dirigente liberal y exalcalde de Bogotá, Luis Prieto Ocampo. Personalidades del mundo económico y político del país lamentaron su deceso, pues entre quienes lo conocieron o lo acompañaron en su larga trayectoria pública y privada, hay consenso en que fue un destacado colombiano cuya transparencia y dedicación profesional será recordada durante mucho tiempo.
Hijo de Luis Prieto, un reconocido banquero que hizo historia en Manizales porque toda la ciudad acudía a sus servicios, Prieto Ocampo, natural de la misma ciudad, se graduó como ingeniero químico en la Universidad Bolivariana de Medellín, pero luego de especializó en Estados Unidos en política financiera. A su regreso a Colombia, fue gestor de múltiples empresas en Caldas, entre ellas, la Corporación Financiera de Caldas, Seguros Atlas y hasta la Industria Colombiana de Machetes.
No obstante, su paso por la gerencia general de Tejidos Única en Manizales, lo hizo notorio a nivel nacional, al punto de que en 1970, a instancias del gobierno de Misael Pastrana, fue designado gerente general del Instituto de Fomento Industrial (IFI). En ese cargo estuvo seis meses, suficientes para promover una gestión empecinada en neutralizar la interferencia política y fomentar las exportaciones. Eso explica por qué en 1971 pasó a ocupar la presidencia de la Asociación Nacional de Industriales (Andi).
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Ya consolidado a nivel nacional, la tragedia se atravesó en su vida, al perder a su esposa Berta Uribe y su hijo mayor Luis Guillermo Prieto en un accidente de aviación entre Medellín y Manizales. Estuvo en la presidencia de la Andi hasta 1974, cuando fue claro para el país que se iba a convertir en uno de los principales colaboradores del gobierno de Alfonso López. Fue así como, a partir de septiembre de 1975 y durante un año ocupó la Alcaldía Mayor de Bogotá. Su principal cruzada: frenar el desorden urbanístico.
Tras su fugaz paso por la política, aunque había sido diputado en Caldas, con sus dotes de gerente, estuvo al frente de las campañas de Luis Carlos Galán, y tras su asesinato en 1989, ocupó el mismo cargo en la campaña presidencial de César Gaviria. En la antesala de estas misiones, también ofició como columnista de este diario, especialmente en temas económicos. Luego fue presidente del Banco Cafetero y embajador de Colombia ante el Reino Unido. También pasó por el Banco Interamericano de Desarrollo.
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Su último cargo público fue como presidente de la Corporación Financiera de Caldas. En este y las demás misiones que asumió en el mundo financiero, siempre se distinguió por su rectitud, prueba de ello es que, durante días complejos de la crisis bancaria de los años 80 y 90, su consejo fue clave para sortear los apremios institucionales y proteger a los ahorradores. En los últimos tiempos no dejó de ser un hombre para debatir ideas, pero siempre dentro de la perspectiva del respeto y el conocimiento.
Su segundo hogar lo conformó con Luz Marina Botero, y dejó 10 hijos de sus dos matrimonios. Entre sus descendientes está Roberto Prieto Uribe, quien ofició como gerente de la segunda campaña presidencial de Juan Manuel Santos. En la actualidad, Roberto Prieto es investigado en el escándalo judicial derivado de los dineros que la multinacional brasilera Odebrecht circuló en Colombia. En su caso, por los apoyos económicos que se dieron a la campaña política.