Fuerte “agarrón” entre Piedad Córdoba y Alejandro Ordóñez

La pelea entre el exprocurador general de la nación, Alejandro Ordóñez, y la destituida senadora Piedad Córdoba, parece no tener fin. Las diferencias ideológicas que, desde orillas distintas, han venido defendiendo los hoy candidatos presidenciales los encontraron, esta vez, en un escenario electoral que cada día parece dar menos tregua.

Especialmente, cuando el debate se da entre dos figuras que, en algún momento, se vieron enfrentadas por el poder que el uno ejercía sobre el otro, en términos políticos, como el caso de la exsenadora Piedad Córdoba quien resultó sancionada disciplinariamente por Ordóñez e inhabilitada para ocupar cargos públicos por más de una década pues, según el entonces jefe del ente acusador, ella colaboraba con la hoy desarmada guerrilla de las Farc.

Ese pasado que ambos tienen anotados como un asunto pendiente -y aparentemente irreconciliable- revivió este martes, en medio de un debate presidencial que tuvo lugar en la Universidad del Rosario, en el que Ordóñez aprovechó, una vez más, para defender su decisión como exprocurador. “Yo la destituí a usted en justicia”, le increpó Ordóñez a la excongresista, y continuó: “¿Por qué no le dice al país si usted es Teodora Bolívar o no lo es? ¿Por qué no le dice al país si usted aconsejaba a las Farc manipular las pruebas de supervivencia de los secuestrados? Por eso la destituí, porque esas pruebas estaban en el expediente”, dijo el exprocurador.

A lo que se refiere el hoy candidato presidencial es a la decisión que tomó como jefe del ente acusador en 2010 en contra de la entonces senadora, tras argumentar que ella se había extralimitado en sus funciones como presunta mediadora entre el Gobierno y las Farc, y haber contribuido en esa época con la organización guerrillera.

La sanción estuvo soportada, según Ordóñez, en los análisis que hizo de la información obtenida de los computadores de alias “Raúl Reyes”, abatido en 2008 en medio de la operación Fénix, en la que fueron incautados varios ordenadores del fallecido jefe guerrillero y que daban cuenta de la existencia de una mujer a la que llamaban Teodora Bolívar. En 2016, como se sabe, dicha sanción fue invalidada por el Consejo de Estado tras argumentar que las pruebas recogidas por la Procuraduría habían sido obtenidas de manera ilegal.

“Yo no soy Teodora Bolívar. Si hubiera estado en las Farc, lo hubiera reconocido de cara al país. ¡Jamás pudiera yo prestarme para manipular pruebas! Eso no sale sino de su cabeza”, respondió Córdoba a Ordóñez, sin ocultar su evidente molestia ante los señalamientos del exprocurador. Más aún, lo tildó de corrupto, al recordarle la forma en la que salió del cargo tras ser anulada su reelección. “No hay peor cosa que ver a un corrupto hablando contra la corrupción (…) No se las venga a tirar aquí de santo, señor exprocurador”, le dijo Piedad Córdoba.

El debate entre ambos candidatos presidenciales y sus propuestas para el próximo gobierno terminó opacado por este rifirrafe, en medio de una campaña política que poco a poco se torna más agresiva.

La pelea entre el exprocurador general de la nación, Alejandro Ordóñez, y la destituida senadora Piedad Córdoba, parece no tener fin. Las diferencias ideológicas que, desde orillas distintas, han venido defendiendo los hoy candidatos presidenciales los encontraron, esta vez, en un escenario electoral que cada día parece dar menos tregua.

Especialmente, cuando el debate se da entre dos figuras que, en algún momento, se vieron enfrentadas por el poder que el uno ejercía sobre el otro, en términos políticos, como el caso de la exsenadora Piedad Córdoba quien resultó sancionada disciplinariamente por Ordóñez e inhabilitada para ocupar cargos públicos por más de una década pues, según el entonces jefe del ente acusador, ella colaboraba con la hoy desarmada guerrilla de las Farc.

Ese pasado que ambos tienen anotados como un asunto pendiente -y aparentemente irreconciliable- revivió este martes, en medio de un debate presidencial que tuvo lugar en la Universidad del Rosario, en el que Ordóñez aprovechó, una vez más, para defender su decisión como exprocurador. “Yo la destituí a usted en justicia”, le increpó Ordóñez a la excongresista, y continuó: “¿Por qué no le dice al país si usted es Teodora Bolívar o no lo es? ¿Por qué no le dice al país si usted aconsejaba a las Farc manipular las pruebas de supervivencia de los secuestrados? Por eso la destituí, porque esas pruebas estaban en el expediente”, dijo el exprocurador.

A lo que se refiere el hoy candidato presidencial es a la decisión que tomó como jefe del ente acusador en 2010 en contra de la entonces senadora, tras argumentar que ella se había extralimitado en sus funciones como presunta mediadora entre el Gobierno y las Farc, y haber contribuido en esa época con la organización guerrillera.

La sanción estuvo soportada, según Ordóñez, en los análisis que hizo de la información obtenida de los computadores de alias “Raúl Reyes”, abatido en 2008 en medio de la operación Fénix, en la que fueron incautados varios ordenadores del fallecido jefe guerrillero y que daban cuenta de la existencia de una mujer a la que llamaban Teodora Bolívar. En 2016, como se sabe, dicha sanción fue invalidada por el Consejo de Estado tras argumentar que las pruebas recogidas por la Procuraduría habían sido obtenidas de manera ilegal.

“Yo no soy Teodora Bolívar. Si hubiera estado en las Farc, lo hubiera reconocido de cara al país. ¡Jamás pudiera yo prestarme para manipular pruebas! Eso no sale sino de su cabeza”, respondió Córdoba a Ordóñez, sin ocultar su evidente molestia ante los señalamientos del exprocurador. Más aún, lo tildó de corrupto, al recordarle la forma en la que salió del cargo tras ser anulada su reelección. “No hay peor cosa que ver a un corrupto hablando contra la corrupción (…) No se las venga a tirar aquí de santo, señor exprocurador”, le dijo Piedad Córdoba.

El debate entre ambos candidatos presidenciales y sus propuestas para el próximo gobierno terminó opacado por este rifirrafe, en medio de una campaña política que poco a poco se torna más agresiva.