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La senadora Gilma Jiménez se defendió de sus detractores y de quienes le señalan de sacar provecho político o electoral al proyecto de referendo de prisión perpetua para abusadores de niños y niñas.
La legisladora dijo que aunque una de las profesiones más desprestigiadas en la sociedad colombiana es la política, no pueden acusarle de ese beneficio.
Según ella, tomó la decisión de presentar el proyecto porque la política es una de las actividades “más dignas del ser humano” y “al ejercer un cargo de elección popular” debe mostrar su trabajo en beneficio del pueblo.
“Cuando alguien cumple el rol político, como es buscar un cambio, hay unos pocos que salen a tratar de impedir que la política se ejerza de forma concreta”, aseguró.
“No se puede utilizar un proceso de movilización ciudadana para desprestigiar una actividad sagrada como el ejercicio de liderar procesos de cambio”, recalcó.
Y explicó su insistencia en el proyecto: “es como si a un panadero se le crítica porque hace pan”.