Darle un mejor rumbo a lo social y un nuevo respiro a su equipo de colaboradores, así como mejorar la imagen del Gobierno —tan alicaída en las recientes encuestas— son las razones que ven los analistas en la decisión del presidente Santos de hacer un ‘revolcón ministerial’. Sin embargo, hay quienes creen que ello demuestra también la necesidad de reinventar la estrategia para buscar su reelección.
Para el analista en seguridad Alfredo Rangel, la crisis de credibilidad del gobierno Santos ante la opinión pública es el motivo del remezón, pues la imagen del mandatario cayó 16 puntos porcentuales (48% en junio), según encuesta de la firma Invamer Gallup. “Es una estrategia para tratar de ganar la confianza de la opinión y definir en los próximos dos años el escenario de la reelección”, enfatizó Rangel.
Pero además, aunque los inminentes cambios en el gabinete ponen en primer plano la continuidad de Santos en el poder y la necesidad de poner a su favor a la opinión pública, hay quienes no descartan que todo apunte a sacar de su bolsillo las “llaves para la paz”. Según el analista Luis Carvajal, el mandatario “se va a jugar sus propias cartas, cualquiera que sea el escenario que encuentre por parte de la guerrilla”.
Ahora, la realidad muestra que el corte de cuentas a los dos años de mandato dejó entrever un “descontento” del mismo jefe de Estado con su equipo de colaboradores, el cual salió a flote cuando les pidió a los dirigentes de las carteras recorrer las regiones del país para hacerles frente a los reclamos por la falta de gestión.
Por esta razón, el columnista Álvaro Forero cree que el presidente Santos debe actuar “en busca de una verdadera gobernabilidad”, y para lograrlo “tendrá que ver en la crisis ministerial una nueva oportunidad para elegir a personas que combinen capacidad técnica con un alto perfil político”.
Aunque no se conocen los nombres de los ministros salientes, para nadie es un secreto que entre las tareas pendientes para ese “segundo tiempo” del gobierno Santos están, entre otras, la recuperación de la confianza ciudadana en el tema de la seguridad, superar la crisis en la salud, la reforma a la educación, controlar el atraso en infraestructura y, sobre todo, tener un mayor contacto con la gente de a pie.