Una semana después del hundimiento de la consulta popular en el Senado, y pese a que las úlceras de esta decisión no han sanado, las diferentes bancadas se unieron para elegir a Héctor Carvajal —abogado del presidente Gustavo Petro— como magistrado de la Corte Constitucional. Y aunque hay quienes ven en esta decisión una especie de guiño para el Gobierno, lo cierto es que el litigante se movió previamente para impulsar su nombre, que, en todo caso, cae bien hasta en la misma derecha.
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Carvajal, sin sorpresa alguna, se impuso ante las otras dos abogadas ternadas por el jefe de Estado, Karena Caselles y Didima Rico, obteniendo en total 66 votos en la plenaria del Senado, que previo a la elección discutió entre gritos y manoteos lo sucedido el pasado 14 de mayo, cuando se hundió la consulta con 49 votos contra 47. Desde el petrismo se alegó una falta de garantías, se pidió fallidamente reabrir la votación y desde la oposición se aseguró que se derrotó al Gobierno con “mayorías” y certeza.
De hecho, su elección no se dio sino hasta casi la medianoche, pues el Senado, aunque estaba citado para las 2:00 de la tarde, inició sesión tres horas más tarde, iniciando por referirse a la consulta, luego votando por una nueva mesa directiva de vicepresidencias y posteriormente magistratura. Las peleas estuvieron muy presentes en la plenaria.
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Por esta tensión tan viva es que pocos congresistas compartieron abiertamente cuál sería su voto, pues no querían “jugar” a favor del Gobierno ni ser vistos de esta manera públicamente. Aunque fueron de carácter secreto, los apoyos habrían llegado desde el Pacto Histórico, Comunes, el Partido de la U, y el Partido Liberal, e incluso desde el Centro Democrático y Cambio Radical, colectividades con las que Carvajal sostuvo encuentros y llamadas para pedirles su respaldo.
Caselles y Rico también hicieron sus movimientos y de hecho, buscaron sacar a flote su aspiración diciéndoles a los partidos políticos que eran más lejanas al proyecto progresista que Carvajal, pues ante la negativa del Senado a la consulta y las múltiples diferencias que vienen teniendo los poderes Legislativo y Ejecutivo esta podía ser una campaña que diera sus frutos.
Sin embargo, no funcionó. Varios congresistas reconocen que las dos abogadas trabajaron fuertemente por ganar la elección, pero que a pesar de tener más experiencia en temas constitucionales, fueron vistas como eventuales magistradas con posturas más radicales ante las discusiones laborales, de salud e incluso del mismo aborto para las mujeres. Sus posiciones habrían levantado dudas en las agrupaciones más conservadoras.
Entonces, y como varios legisladores se lo aseguraron a El Espectador, fue mejor elegir a una cara conocida y que ha estado relacionada con la política colombiana, desde derecha a izquierda.
Y si bien hay sintonía entre el oficialismo y la oposición, la llegada de Carvajal al alto tribunal no estará libre de peros cuando deba emitir conceptos que toquen directamente al Gobierno, pues son varios los senadores que desde ya planearían impulsar la versión de que el nuevo magistrado estaría impedido para varias discusiones relacionadas con la Casa de Nariño y su agenda reformista, especialmente, con la reforma pensional que ya tiene una ponencia pidiendo su anulación por vicios en su trámite en el Congreso.
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Por eso, la izquierda espera sortear la votación de su reforma en la Corte tal como Carvajal logró eludir su cercanía con Petro, a quien defendió en la investigación que está por culminar en el Consejo Nacional Electoral (CNE) por supuesta violación del tope de gasto permitido en la campaña de 2022.
Carvajal no solo ha defendido a Petro y de ahí, su simpatía con otros sectores políticos. Tiene cercanía, por ejemplo, con el expresidente Álvaro Uribe, siendo incluso quien promovió el primer encuentro cara a cara entre el exmandatario y el actual jefe de Estado.
También tiene buena relación con la gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, por representar a varios militantes del Partido de la U, que anda enemistado con el Ejecutivo tras conocerse un chat del ministro del Interior, Armando Benedetti, en el que se habla de “pararle” asignaciones presupuestales al Valle por el poco apoyo de Toro a la consulta popular y el voto negativo de sus dos senadores cercanos (Norma Hurtado y Juan Carlos Garcés).
En todo caso, fue esta agrupación la única en dejar claro que los 10 votos que tiene en el Senado serían por Carvajal, con quien se reunieron hace aproximadamente dos semanas, al parecer, junto con el procurador Gregorio Eljach, cuyo nombre no está cayendo bien de momento en la izquierda por supuestamente irse en contra de la consulta y preferir la apelación que revivió la reforma laboral en la Comisión Cuarta del Senado.
Las otras colectividades, aunque se reunieron con los tres candidatos para definir su voto y buscar una decisión de bancada, optaron por dejar en libertad a los congresistas.
Desde el mismo Pacto Histórico, aunque se pidió respaldar al abogado de Petro, no se habría gastado mucha energía para defenderlo y mover su nombre, y esto porque creció el temor de que no sea un aliado al 100% de la izquierda y pueda incluso llegar a fallar contra el Gobierno. Hay especial precaución con su llegada para la discusión de la reforma pensional.
De hecho, varios congresistas de la bancada de Gobierno nombran a Eljach como ejemplo y lo relacionan con el nuevo magistrado, personas que despiertan simpatía en muchas colectividades y sectores y que no terminan decantándose con facilidad.
Otros ven esto como positivo, argumentando que un magistrado no debe estar politizado ni guardarle estima a un gobierno a la hora de emitir conceptos de constitucionalidad. La oposición menciona que ya se ha visto el daño que esto puede generar, refiriéndose explícitamente al magistrado Vladimir Fernández, quien fue secretario jurídico de Presidencia y logró congelar la investigación en el CNE contra Petro.
Además, hay zozobra por la edad de Carvajal, pues al tener 67 años, para muchos tendría que apartarse del cargo al llegar a los 70, como lo indica la ley. Él, en todo caso, dice que esto no aplica para magistraturas.
El abogado de Petro llega en momentos claves para el Gobierno y dentro de poco se sabrá si su voto inclina la balanza a su favor.
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