Héctor Timerman, el canciller contestatario

Héctor Timerman fue unos de los últimos cancilleres en entrar a la ceremonia de clausura de los foros sociales en la Cumbre de las Américas. Llegó con su comitiva y con buen semblante, como preparándose para lo que venía. Antes de entrar al recinto, se encontró por casualidad con dos miembros de la Central Obrera Boliviana (COB), a quienes les dijo: “Mineros bolivianos. Siempre en pie de lucha. Los admiro”.

En seguida pasó los registros del Centro de Convenciones del Hotel Las Américas, dónde se desarrollaba la ceremonia y se sentó unos cuantos lugares a la izquierda de la canciller colombiana María Ángela Holguín. Esperó pacientemente su turno para hablar, el momento para liberar su discurso e invitar a la región a apoyar a Argentina en un tema que emerge por primera vez en la Cumbre de las Américas: la soberanía de las Islas Malvinas.

Sin duda, de todos los cancilleres participantes, el discurso de Timerman fue el más ovacionado. Freses como “O las Naciones Unidas son para todos o no tienen sentido de existir” y “tenemos los desafíos del siglo XXI y la Argentina todavía lucha contra el colonialismo del siglo XIX”, le sacaron nutridos aplausos a los asistentes, un público principalmente compuesto por las organizaciones asistentes a los foros sociales.

El gobierno argentino de la presidente Cristina Fernández ya había anunciado la intención de poner sobre la mesa el tema de las Malvinas. No es que se trate de un tema exclusivo de la reunión, pues desde que Fernández inició su segundo mandato en diciembre del año pasado, el tema de la soberanía ha constituido un punto crucial de sus agenda, con matices que han tensionados las relaciones diplomáticas con el Reino Unido. Hoy un enorme buque militar británico está parqueado en las Falklanda (que es como les llaman los ingleses) y hace apenas semanas la jefe de Estado invitaba a los empresarios nacionales a buscar un reemplazo para las importaciones comerciales desde el Reino Unido.

Timerman lucía sereno a pesar de lo duro de sus palabras, con las que también tocó las recomendaciones del Foro Monetario Internacional: “El Fondo Monetario decía que había que aumentar la edad jubilatoria porque la gente vive más. Nosotros creemos que es al contrario. Nosotros creemos que los beneficios jubilatorios deben ser para todos por igual. Que si la gente vive más, que no solamente viva más sino que viva mejor porque tiene acceso a la educación a la salud, a la seguridad”.

Fue una suerte de paréntesis en su intervención, que se perfila como la antesala del discurso que Fernández pronunciará en el encuentro con los presidentes de la región el sábado. Timermen concluyó: “Le pido a todos ustedes, desde el fondo de mi corazón, porque sé que todos son solidarios, porque todos luchamos juntos, que le pidan a sus gobiernos apoyar una resolución para condenar la agresión colonial de Gran Bretaña a uno de nuestros queridos países, la República Argentina. La agresión colonial a un país es la agresión colonial a todos. Mientras la Argentina no sea un país soberano, ningún país va a ser soberano en América Latina”.

Héctor Timerman fue unos de los últimos cancilleres en entrar a la ceremonia de clausura de los foros sociales en la Cumbre de las Américas. Llegó con su comitiva y con buen semblante, como preparándose para lo que venía. Antes de entrar al recinto, se encontró por casualidad con dos miembros de la Central Obrera Boliviana (COB), a quienes les dijo: “Mineros bolivianos. Siempre en pie de lucha. Los admiro”.

En seguida pasó los registros del Centro de Convenciones del Hotel Las Américas, dónde se desarrollaba la ceremonia y se sentó unos cuantos lugares a la izquierda de la canciller colombiana María Ángela Holguín. Esperó pacientemente su turno para hablar, el momento para liberar su discurso e invitar a la región a apoyar a Argentina en un tema que emerge por primera vez en la Cumbre de las Américas: la soberanía de las Islas Malvinas.

Sin duda, de todos los cancilleres participantes, el discurso de Timerman fue el más ovacionado. Freses como “O las Naciones Unidas son para todos o no tienen sentido de existir” y “tenemos los desafíos del siglo XXI y la Argentina todavía lucha contra el colonialismo del siglo XIX”, le sacaron nutridos aplausos a los asistentes, un público principalmente compuesto por las organizaciones asistentes a los foros sociales.

El gobierno argentino de la presidente Cristina Fernández ya había anunciado la intención de poner sobre la mesa el tema de las Malvinas. No es que se trate de un tema exclusivo de la reunión, pues desde que Fernández inició su segundo mandato en diciembre del año pasado, el tema de la soberanía ha constituido un punto crucial de sus agenda, con matices que han tensionados las relaciones diplomáticas con el Reino Unido. Hoy un enorme buque militar británico está parqueado en las Falklanda (que es como les llaman los ingleses) y hace apenas semanas la jefe de Estado invitaba a los empresarios nacionales a buscar un reemplazo para las importaciones comerciales desde el Reino Unido.

Timerman lucía sereno a pesar de lo duro de sus palabras, con las que también tocó las recomendaciones del Foro Monetario Internacional: “El Fondo Monetario decía que había que aumentar la edad jubilatoria porque la gente vive más. Nosotros creemos que es al contrario. Nosotros creemos que los beneficios jubilatorios deben ser para todos por igual. Que si la gente vive más, que no solamente viva más sino que viva mejor porque tiene acceso a la educación a la salud, a la seguridad”.

Fue una suerte de paréntesis en su intervención, que se perfila como la antesala del discurso que Fernández pronunciará en el encuentro con los presidentes de la región el sábado. Timermen concluyó: “Le pido a todos ustedes, desde el fondo de mi corazón, porque sé que todos son solidarios, porque todos luchamos juntos, que le pidan a sus gobiernos apoyar una resolución para condenar la agresión colonial de Gran Bretaña a uno de nuestros queridos países, la República Argentina. La agresión colonial a un país es la agresión colonial a todos. Mientras la Argentina no sea un país soberano, ningún país va a ser soberano en América Latina”.