Historia de un distanciamiento

César Gaviria y Juan Manuel Santos han estado unidos políticamente desde comienzos de la década del 90. / Presidencia

La semana pasada, desde el mismo momento en que el presidente Juan Manuel Santos anunció los cambios en su gabinete, comenzaron los análisis sobre ganadores y perdedores en materia política. Y para muchos, el relevo en cinco ministerios terminó fortaleciendo al expresidente Ernesto Samper y debilitando al también exmandatario César Gaviria en cuanto a representación en el Gobierno. Se dijo que los nuevos ministros de Minas, Amylkar Acosta; del Interior, Aurelio Iragorri Valencia, y de Justicia, Alfonso Gómez Méndez, eran de la cuerda de Samper y que Gaviria había perdido a dos de sus alfiles claves en el Ejecutivo: Fernando Carrillo y Ruth Stella Correa, los salientes mininterior y minjusticia, respectivamente.

Entonces comenzó a correr el rumor de un malestar creciente de Gaviria, que supuestamente lo tendría cavilando sobre su participación en la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores. Sin embargo, hay quienes dicen que no hay tal distanciamiento y que una prueba es el discurso que el expresidente dio en el reciente congreso de Confecámaras, donde dijo que Santos es uno de los mandatarios mejor preparados de las últimas décadas y culpó a la clase política de su mala imagen en las encuestas. También, en una entrevista para Caracol Radio, destacó que al jefe de Estado se le debía respetar “su serenidad, que es serio y toma buenas decisiones”, aunque reconoció que “en el Gobierno no todo se está haciendo” y que a veces hace “muy poquita política y la gente no lo siente cercano”.

Otros dicen que una muestra contundente del respaldo de Gaviria a Santos es que Humberto de la Calle —un gavirista purasangre— sea quien va a hacer la paz en La Habana (Cuba). Y según conoció El Espectador, presidente y expresidente hablaron el pasado sábado en la noche, vía telefónica, y Gaviria le habría dicho a Santos que podía contar con él para la paz y que el tema del samperismo no le preocupa. Pero, aunque el asunto no fue tocado en esa conversación, en otros círculos políticos el exmandatario sí habría expresado sus reparos al nombramiento de Gómez Méndez como ministro de Justicia. Incluso, corre un chisme en el sentido de que inicialmente sonaba para el Ministerio de Interior, pero ni el Partido Liberal ni el de la U estuvieron de acuerdo. Mejor dicho, lo vetaron.

¿La razón? Gaviria no olvida que en junio de 2009, cuando Gómez Méndez era precandidato presidencial por el liberalismo, aseguró en el programa Hora 20 de Caracol Radio que él había guardado o minimizado un testimonio muy importante para el desarrollo de la investigación del crimen de Luis Carlos Galán. En ese momento, el expresidente les salió al paso a esas declaraciones, calificándolas de “falsas e inexactas”. “No es verdad que yo traje ahora una declaración que no di hace 20 años o que no la haya ofrecido, ni tampoco que yo haya estado intimidado”, dijo, aclarando que sus testimonios desde el comienzo del proceso por el magnicidio de Galán los había obtenido la justicia y que lo que dijo Gómez Méndez era “mentira”.

Discrepancias que, según cuentan, se hicieron presentes en el homenaje que el Partido Liberal le hizo hace unas semanas al expresidente Alfonso López Michelsen, por los 100 años de su natalicio. Como se sabe, más que samperista, Gómez Méndez se ha autodeclarado “lopista” y aunque estuvo presente en dicho evento, no hizo parte de la mesa principal, donde sí estuvieron el expresidente Gaviria y su hijo Simón, representante a la Cámara y actual jefe único de la colectividad roja. Un evento en el que estuvo el presidente Santos, quien no dudó en reafirmar su talante liberal.

Puede que haya quienes estén hilando muy delgado, pero lo cierto es que ayer se llevó a cabo un desayuno de trabajo entre Alfonso Gómez Méndez y la bancada del Partido Liberal. En el mismo, el nuevo minjusticia habría dicho que no es conveniente andar diciendo que él es de la casa Samper o de algún otro sector, y que lo mejor era que lo asumieran como miembro del liberalismo. Precisamente en dicho encuentro se planteó la necesidad de mantener al partido unido, pues al hablar de gavirismo contra samperismo, se está enviando el mensaje de que la pelea es por puestos.

“Creo que este partido en los últimos diez años se ha consolidado en lo interno, ha recuperado su identidad ideológica, se ha depurado éticamente y ahora que se han abierto espacios de representación en el gobierno del presidente Santos no podemos fallarles a los colombianos. Tenemos que seguir con el compromiso ético y con que los ministros que representan al liberalismo en el gabinete son los ministros del liberalismo y no de ninguna facción del mismo”, le dijo a El Espectador el presidente del Congreso, senador liberal Juan Fernando Cristo.

Otros dirigentes políticos, en voz baja, aseguran que sí hay molestia de Gaviria (padre) con Santos, pero no de Gaviria (hijo), por lo que no creen que se vaya a dar un rompimiento con el Gobierno. Eso sí, algunos mencionan una supuesta preocupación del gavirismo por el empuje que se siente por parte de otros sectores —como el que lidera Horacio Serpa, hoy candidato al Senado—, y que podría significar en el inmediato futuro —léase Convención Nacional de diciembre— la salida de Simón Gaviria de la dirección. Como se sabe, este no buscará volver al Congreso, pero sí apuesta a conducir el partido hacia la victoria en las elecciones de 2014 y tomarse la foto como el líder que fue capaz de recuperar las mayorías en el Capitolio.