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En el Palacio de San Carlos, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, Jorge Iván Ospina, exalcalde de Cali, asumió oficialmente como el primer embajador de Colombia en Palestina. Rodeado por algunos de sus familiares y funcionarios de la Cancillería, Ospina hizo el juramento para su cargo y habló de lo que sería su gestión durante los próximos meses.
“El concepto fundamental de nuestra embajada de Colombia en Palestina es la reconciliación, la paz, la protección de la vida y la condena al genocidio. Si algo caracterizará nuestra embajada es la solidaridad para un pueblo que hoy sufre muerte, deterioro y al que le intentan borrar su memoria”, dijo Ospina.
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Así mismo, el ahora embajador se refirió al creciente conflicto entre Israel e Irán y el posible impacto sobre el pueblo palestino. Según explicó, la tarea será promover la protección de dicho pueblo “a través de la diplomacia, de la palabra y la acción; invitar al desescalamiento de la guerra que hoy tenemos (...) hay que estimular la creación de dos estados para poder resolver los conflictos”.
Por su parte, la jefa de la diplomacia colombiana, Laura Sarabia, aseguró que “el nombramiento representa una expresión concreta de nuestro compromiso con la paz mundial y la defensa de los pueblos que han sido históricamente vulnerados. Colombia no es indiferente al dolor del pueblo palestino”.
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Cabe recordar que la canciller Sarabia firmó el decreto de nombramiento el pasado 22 de mayo y que el gobierno palestino había entregado el beneplácito el 5 de mayo. La llegada de Ospina a ese cargo reafirma la postura del presidente en torno al conflicto entre Palestina e Israel. El mandatario ha señalado que la situación entre ambos países es insostenible y debería ser catalogada como un genocidio. Por lo mismo, ha apoyado acciones como una eventual detención del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y , precisamente, ha fortalecido las relaciones bilaterales de Colombia con Palestina.
Tras la posesión de Ospina se reviven varios de los cuestionamientos contra el manejo de la diplomacia en el gobierno de Gustavo Petro. Con este nombramiento, el Gobierno sigue faltando a la promesa del presidente Petro de llegar al 50 % de paridad entre diplomáticos de carrera y sin carrera diplomática, teniendo en cuenta que, con la llegada del nuevo diplomático, el umbral queda apenas por encima del 30 %, aunque cumple el mínimo de ley.
El nombramiento de Ospina puede enfrentar, además, problemas similares a los que afronta el embajador designado ante Suecia, el exministro de Transporte Guillermo Reyes, cuyo decreto fue anulado por el Tribunal Superior de Cundinamarca ante varias solicitudes, presentadas entre otras por Asodiplo, por no cumplir los requisitos mínimos del Manual Específico de Funciones y Competencias Laborales del Ministerio de Relaciones Exteriores, que establece como mínimo la acreditación de un segundo idioma compatible con el país de misión.
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