Será precandidato liberal a la Presidencia, de eso no cabe duda. Se trata del ex gobernador de Antioquia Aníbal Gaviria Correa, quien tras terminar su mandato se fue a Boston, a estudiar Gobierno en Harvard y la semana pasada estuvo de visita en Medellín, desde donde diálogo con El Espectador sobre su futuro político y la percepción que, desde afuera, tiene del país.
¿Cómo encontró a Colombia?
De tiempo atrás veo al país desgastado en peleas y rencillas personales. Eso demuestra que la agenda nacional está desgastada y que se necesita una nueva.
¿Será precandidato liberal?
Mi nombre ha sido propuesto en el Partido como fórmula de renovación y es un tema que no he descartado. Por el momento estoy estudiando en el exterior, voy a hacerlo hasta mayo de 2009, y espero a ver cómo se pone la temperatura. En la medida en que la gente, no sólo en Antioquia sino también en todo el país, vaya impulsando las ideas que nosotros enarbolamos con éxito desde la Gobernación tomaré una decisión.
Sin duda el que el presidente Uribe decida no lanzarse otra vez le abre el camino a gente como usted...
Soy respetuoso de la obra del Presidente. Creo que ha hecho un mandato trascendental en el tema de la seguridad y otros frentes. Pero aun así, pienso que una nueva reelección no es buena ni para él ni para el país, y mucho menos es conveniente que quede como una posibilidad hacia el futuro. Y para reemplazarlo se mencionan muchos nombres, pero no se conocen ideas. Lo que necesitamos es una nueva agenda protagonizada por gente nueva.
¿Y qué temas debería avocar esa nueva agenda?
Son muchos, incluso ya mencionados pero a los que no se les han dado prioridad. Por ejemplo, creo que la nueva agenda del país tiene que tener a la mujer en un punto sustancial. Otro tema es el de la infraestructura, el cual debe ser prioritario para que Colombia pueda tener los crecimientos necesarios para combatir la pobreza y la iniquidad. Y le digo otro, el de los cultivos de coca y todo lo relacionado con ese flagelo, donde está uno de los orígenes de nuestros mayores problemas y al que se le ha dado un tratamiento de quinta categoría.
¿Esa posible candidatura suya sería dentro del liberalismo o ha pensando en ser independiente?
Soy de los que piensa que hay que fortalecer los partidos. Un país se puede gobernar por ocho o doce años sin partido y eso puede ser conveniente en un momento determinado de la historia, pero nadie se imagina una democracia seria sin partidos. Creo que la reorganización va a dar para que tengamos cinco o siete partidos, así como un esquema similar al de Chile, donde existen dos coaliciones, una de centro-izquierda y otra de centro-derecha, a partir de las cuales se conforman las mayorías. Soy liberal y seguiré siéndolo, pero sin exclusiones y buscando siempre la posibilidad de lograr coaliciones.
¿O sea que se acogería a la consulta interna del Partido?
Soy amigo y defensor total de la consulta popular para escoger el candidato del Partido Liberal. El que esté o no en ella dependerá de las circunstancias y del apoyo ciudadano.
¿Y no podría ser también una candidatura al Senado?
No, el Congreso es una institución fundamental en la democracia, pero mi estilo está más enfocadas hacia el Ejecutivo.
¿Se podría pensar en una alianza, por ejemplo, con Germán Vargas Lleras?
Las coaliciones serán indispensables, antes de la primera vuelta y después de ella. Esperemos a ver qué va a pasar, pero estoy convencido de que el próximo presidente será de coalición. Usted me menciona a Vargas Lleras, pero le nombro también a Íngrid Betancourt, Sergio Fajardo, Lucho Garzón o Angelino Garzón.
¿Qué lectura hace de las declaraciones del Presidente, en el sentido de que se haría a un lado si el uribismo encuentra a un candidato de unidad?
Muchas de las palabras del Presidente tienen dos o tres lecturas. Espero que no se lance y, si no lo hace, creo que las cosas irán dirigiéndose a que el Presidente le haga el guiño a cuatro o cinco personas, quienes en el momento en que sea necesario tendrán que irse unificando. Lo claro por ahora es que la reelección enrarece el ambiente político y sería conveniente irlo despejando.