La coalición a la que, por ahora, solo le apuesta De la Calle

El jefe negociador del Gobierno en los diálogos de paz con las Farc, Humberto de la Calle Lombana, rompió con el hermetismo que había mantenido frente a los temas políticos y electorales. Su nombre, que venía sonando como candidato a la presidencia por el Partido Liberal, se ratifica como un eventual aspirante y se atrevió a plantear una gran coalición para defender los acuerdos.

La propuesta la hizo en una entrevista en El Tiempo al señalar que “todos los amigos del proceso tenemos que ponernos en guardia. La amenaza es seria. En lo personal, creo que hay que volver a salir con toda fuerza a defender lo obtenido. No nos van a quitar la paz. No lo podemos permitir. Ahora sí que es necesaria una coalición amplia, para que de aquí al 2018 nos movilicemos en defensa del acuerdo y de su implementación genuina”.

Una clara muestra de la preocupación que genera la posibilidad de que un nuevo gobierno no dé continuidad a los compromisos asumidos por el Estado. Pero, en la práctica, la historia reciente y los movimientos políticos no permiten que sea una iniciativa fácil de sacar adelante.

Esta coalición por la paz no es nueva. Para la votación del plebiscito para refrendar los acuerdos de paz con las Farc, todas las fuerzas políticas cercanas al gobierno (Liberales, la U, Cambio Radical y los conservadores santistas) trabajaron de la mano del Polo Democrático y la Alianza Verde tratando de lograr el triunfo del sí. El resultado fue sorprendente, pese a que casi todos los partidos a excepción del Centro Democrático estaban con el sí, el resultado fue el contrario, y triunfó el no.

La situación ahora es más compleja. La U el viernes decidió ir con candidato propio a la presidencia. Lo mismo se habla en el Partido Liberal donde ya hay nombre como los del ministro de Interior, Juan Fernando Cristo; el expresidente del Senado, Luis Fernando Velasco; el senador Juan Manuel Galán y hasta el mismo Humberto de la Calle. El Polo Democrático está dividido, Robledo se niega a hacer política por y para las Farc y Clara López tiene un pie afuera de la colectividad.

Por otro lado, en el Partido Verde ya suenan candidatos. La primera fue la senadora Claudia López, quien tiene una agenda completamente diferente. Para ella el tema principal es la corrupción. Ha asomado la cabeza el exgobernador de Antioquia Sergio Fajardo, también recogiendo la corrupción como principal bandera.

Además, está la compleja situación con Cambio Radical que apoyó el plebiscito por la paz, pero hoy está en una orilla diferente. Así lo dejó ver el mismo De la Calle al señalar que “hasta ahora el doctor Vargas Lleras lo que ha mostrado es una gran indiferencia con el proceso de paz”. Esta coalición, entonces, tampoco contaría con el vicepresidente, ni con su partido.

En ese sentido, insistió en que la coalición que resulte de los candidatos que han apoyado el proceso de paz debe ser coherente “y no una repartija electoral mecánica para ganar el poder”.

Son varios los candidatos que ya han mostrado su interés en participar en la contienda electoral del 2018 por la Casa de Nariño, como Sergio Fajardo, Jorge Robledo y Claudia López, y que a su vez han dejado ver su intención de respetar los acuerdos logrados entre el Gobierno y las Farc, hoy en implementación.

De la Calle también aseguró que, así no sea él el candidato a la Presidencia, una decisión que se tomaría luego de una consulta entre los candidatos que se sumen a la coalición, apoyará a quien lleve las riendas de la defensa del acuerdo de paz.

“Yo voy a trabajar el resto de mi vida por la defensa del acuerdo de paz, que fue un hecho monumental para Colombia, un acontecimiento histórico”, dijo De la Calle.

Mientras esto sucede desde una orilla, desde la otra, en la que reposa el Centro Democrático, se ha propuesto, de boca del senador José Obdulio Gaviria, que si ese partido llega al poder se modificaría el acuerdo.

Es claro que el futuro del acuerdo de paz con las Farc depende en gran medida de que quien llegue a la presidencia honre lo acordado con la guerrilla. Eso está en juego para la campaña presidencial, lo que parece difícil de lograr, es una coalición política por la paz luego de la derrota del plebiscito por la paz del 2 de octubre del año pasado.

El jefe negociador del Gobierno en los diálogos de paz con las Farc, Humberto de la Calle Lombana, rompió con el hermetismo que había mantenido frente a los temas políticos y electorales. Su nombre, que venía sonando como candidato a la presidencia por el Partido Liberal, se ratifica como un eventual aspirante y se atrevió a plantear una gran coalición para defender los acuerdos.

La propuesta la hizo en una entrevista en El Tiempo al señalar que “todos los amigos del proceso tenemos que ponernos en guardia. La amenaza es seria. En lo personal, creo que hay que volver a salir con toda fuerza a defender lo obtenido. No nos van a quitar la paz. No lo podemos permitir. Ahora sí que es necesaria una coalición amplia, para que de aquí al 2018 nos movilicemos en defensa del acuerdo y de su implementación genuina”.

Una clara muestra de la preocupación que genera la posibilidad de que un nuevo gobierno no dé continuidad a los compromisos asumidos por el Estado. Pero, en la práctica, la historia reciente y los movimientos políticos no permiten que sea una iniciativa fácil de sacar adelante.

Esta coalición por la paz no es nueva. Para la votación del plebiscito para refrendar los acuerdos de paz con las Farc, todas las fuerzas políticas cercanas al gobierno (Liberales, la U, Cambio Radical y los conservadores santistas) trabajaron de la mano del Polo Democrático y la Alianza Verde tratando de lograr el triunfo del sí. El resultado fue sorprendente, pese a que casi todos los partidos a excepción del Centro Democrático estaban con el sí, el resultado fue el contrario, y triunfó el no.

La situación ahora es más compleja. La U el viernes decidió ir con candidato propio a la presidencia. Lo mismo se habla en el Partido Liberal donde ya hay nombre como los del ministro de Interior, Juan Fernando Cristo; el expresidente del Senado, Luis Fernando Velasco; el senador Juan Manuel Galán y hasta el mismo Humberto de la Calle. El Polo Democrático está dividido, Robledo se niega a hacer política por y para las Farc y Clara López tiene un pie afuera de la colectividad.

Por otro lado, en el Partido Verde ya suenan candidatos. La primera fue la senadora Claudia López, quien tiene una agenda completamente diferente. Para ella el tema principal es la corrupción. Ha asomado la cabeza el exgobernador de Antioquia Sergio Fajardo, también recogiendo la corrupción como principal bandera.

Además, está la compleja situación con Cambio Radical que apoyó el plebiscito por la paz, pero hoy está en una orilla diferente. Así lo dejó ver el mismo De la Calle al señalar que “hasta ahora el doctor Vargas Lleras lo que ha mostrado es una gran indiferencia con el proceso de paz”. Esta coalición, entonces, tampoco contaría con el vicepresidente, ni con su partido.

En ese sentido, insistió en que la coalición que resulte de los candidatos que han apoyado el proceso de paz debe ser coherente “y no una repartija electoral mecánica para ganar el poder”.

Son varios los candidatos que ya han mostrado su interés en participar en la contienda electoral del 2018 por la Casa de Nariño, como Sergio Fajardo, Jorge Robledo y Claudia López, y que a su vez han dejado ver su intención de respetar los acuerdos logrados entre el Gobierno y las Farc, hoy en implementación.

De la Calle también aseguró que, así no sea él el candidato a la Presidencia, una decisión que se tomaría luego de una consulta entre los candidatos que se sumen a la coalición, apoyará a quien lleve las riendas de la defensa del acuerdo de paz.

“Yo voy a trabajar el resto de mi vida por la defensa del acuerdo de paz, que fue un hecho monumental para Colombia, un acontecimiento histórico”, dijo De la Calle.

Mientras esto sucede desde una orilla, desde la otra, en la que reposa el Centro Democrático, se ha propuesto, de boca del senador José Obdulio Gaviria, que si ese partido llega al poder se modificaría el acuerdo.

Es claro que el futuro del acuerdo de paz con las Farc depende en gran medida de que quien llegue a la presidencia honre lo acordado con la guerrilla. Eso está en juego para la campaña presidencial, lo que parece difícil de lograr, es una coalición política por la paz luego de la derrota del plebiscito por la paz del 2 de octubre del año pasado.