Publicidad

"La corrupción es el principal enemigo de la estabilidad del Estado y la democracia"

En tiempos en que el poder del Estado-Nación se ha disminuido frente a las relaciones con los organismos internacionales, y las administraciones locales buscan disminuir el gasto fiscal en pro de optimizar los recursos, el escritor Jorge Yarce, doctor en Filosofía, hace un llamado a mejorar los mecanismos de control, y promoción de los valores de los empleados públicos.

Redacción Ipad
16 de septiembre de 2016 - 10:11 p. m.
Cortesía / Jorge Yarce
Cortesía / Jorge Yarce

Yarce fue promotor del Instituto Superior de Educación, INSE, (hoy Universidad de La Sabana). En la actualidad, integra el Instituto Latinoamericano de Liderazgo. Sus trabajos abordan los dílemas dilemas éticos que enfrentan los trabajadores gubernamentales durante el manejo de los presupuestos, la contratación o la asignación de recursos. Una mirada al mundo de la burocracia estatal, nos presenta el libro ‘¡Por favor, no roben más al Estado! Ética pública vs. Corrupción’ (Editorial Panamericana). Entre sus publicaciones se encuentran: La crisis del hombre actual, El líder se hace, Los valores son una ventaja competitiva, Valor para vivir los valores, El Poder de los valores en las organizaciones entre otros.
 
¿Por qué traer a cuentas el papel del Estado, dado que parece estar perdiendo su poder y su capacidad de agencia frente a los privados?
El Estado sigue teniendo y tendrá un importante papel. Pero el problema de la corrupción es un problema que se genera, aunque no únicamente en relación a los bienes del Estado. Es decir, lo que se roban es el presupuesto nacional, los dineros de las grandes licitaciones que les sacan tajadas gigantescas. 
 
Entonces, ¿cuál es el papel que debería tener el Estado?
El Estado necesariamente tiene que tener un papel, pero no sólo legal y represivo. En parte eso ha fallado. En Colombia y en diversos países del mundo la corrupción no ha disminuido. Muchas veces los funcionarios públicos son incitados al hurto por el sector privado. 
 
Hablemos de un escenario hipotético…
En una gran licitación de carreteras, el que la cumpliría es una empresa privada, pero el estado es que las concede y las otorga. En esa relación pueden surgir ofertas dudosas, es allí donde el funcionario o el comité enfrenta muchos dilemas, ya que, por otorgar una licitación, puede recibir diez veces el monto de su sueldo o mucho más, en un tema que se debe revisar con atención, y que tiene que ver los valores éticos, de la conciencia de las personas. 
 
La visión sobre ser funcionario público también ha cambiado. La visión ética que se tenía sobre el servidor público, era alguien forjado para trabajar con la comunidad. ¿Qué ha sucedido con este imaginario?
En Colombia, se decía que para hacer dinero se tenía que ser emprendedor y creativo. Ahora, diría que se ha cambiado eso, y las personas dicen “si usted quiere hacer dinero, haga que lo nombren en un puesto público”, es terrible lo que sucede. Las cifras de corrupción en Colombia son aterradoras. 
 
Definamos, en un sentido práctico, qué es la corrupción…
Podríamos definirla como el principal enemigo de la estabilidad del Estado y la democracia. Es tan grave como un genocidio, ya que, resulta en una plaga porque afecta los derechos fundamentales de las personas.  El mayor problema para hacer negocios en América Latina es la corrupción, lo dicen varios informes internacionales. 
 
¿La corrupción, es una enfermedad social, por así llamarla, propia de un modelo de producción, ya sea capitalismo o socialismo?
Por supuesto. En el socialismo bolivariano la corrupción campea en pleno y en el socialismo europeo también y en colectivismo, y en el fascismo. En general, en donde hay dinero y la tentación del enriquecimiento fácil, y de burlar las normas del Estado, las personas lo hacen. 
 
Y en Colombia, ¿cómo vamos a nivel de las bases?
En una encuesta que se hizo la Universidad Javeriana, hace algunos años, a funcionarios públicos para medir su  ética, y encontraron que no hay coherencia entre los valores que se dice que se promueven entre los funcionarios del Estado y lo que las personas viven en la realidad. Además, se concluyó que en muchos funcionarios públicos hay desinterés por los bienes del Estado. Asimismo, existe un gran desamor hacia el bien común, sumado a una desconfianza gigante en las instituciones del Estado, que hace perder la credibilidad las organizaciones. Por supuesto no son todos los funcionarios públicos. Y hay una inmensa mayoría de funcionarios que son honestos, son un pequeño grupo los picaros. 
 
¿Qué se necesita para luchar contra la corrupción al interior del Estado?
Contar con los miles y miles, de funcionarios públicos honestos. El camino es la honestidad y los valores. Blindarlos frente a las tentaciones. 
 
¿Qué nos falta a los colombianos?
La solidaridad y el respeto. En Colombia no predomina al otro y la ausencia de comunidad y sentido del bien común. Las personas roban al Estado porque creen que no son de nadie. Existe demasiado relativismo y consumismo. Todo el mundo hace lo que quiere, porque cree que lo que está haciendo bien. Debe existir una orientación a conseguir el bien, para eso sirve la ética, como una orientación. 
 
¿En síntesis cómo luchar entonces contra este cáncer?
Como lo explico en el libro: poner en marcha políticas éticas, unos objetivos centrales de la ética en el lugar de trabajo. Que todos los empleados sepan que es la ética y luchar por los principios de la ética. Preservar el buen nombre de la empresa, y resolver los dilemas que se nos presenten acudiendo a los principios de la empresa. No se trata de importe, se trata de una guía. La ética no es de prohibiciones, se trata de afirmaciones. Ser honestos, ser leales y transparentes, solidarios. Respetar los bienes comunes, y sensibilizar a las personas de que vale la pena, por su cuenta ser ético. 
 

Por Redacción Ipad

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar