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Ya es oficial el distanciamiento del Partido Conservador con el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y su coalición de Unidad Nacional, de la cual formó parte en el primer mandato. Poco a poco la colectividad ha venido armando toldo aparte y ahora se alista para enfrentar las elecciones regionales y presidenciales. La ratificación de divorcio fue el regreso del exmandatario Andrés Pastrana a la sede del conservatismo, a donde llegó hablando duro.
Pastrana comentó sobre la independencia que debe asumir el partido y advirtió que “debemos entender la oposición como un tema serio, apoyar lo que consideramos que puede ser bueno para el país, pero esa independencia nos debe servir para disentir de lo que no estemos de acuerdo”. Incluso, el exmandatario aseguró que el Partido Conservador se ha convertido en el “bombero”, explicando que lo llaman para completar las mayorías cuando están colgados para aprobar una ley o una reforma apagando los problemas del Gobierno.
Sobre la cruzada electoral que inicia el Partido Conservador con las regionales de octubre del próximo año, hizo énfasis en los resultados que obtuvo la excandidata a la Presidencia Marta Lucía Ramírez, de quien aseguró tuvo casi tres millones de votos sin el apoyo total de los parlamentarios y enfrentando trampas que buscaban minar su aspiración y hasta le negaban el presupuesto que por ley le correspondía como anticipo de campaña.
La campaña de Ramírez a la Presidencia fue el primer paso del Partido Conservador para marcar distancia del gobierno Santos. Aunque sin el apoyo parlamentario, el conservatismo al tomar esa decisión salió de la coalición de Unidad Nacional. La bancada se dividió y una parte se fue con Santos y otra con Ramírez. Ese quiebre abrió el camino, la mayor parte de los reeleccionistas se quemaron en las elecciones y hoy en el Senado solo Efraín Cepeda, Roberto Gerlein y Hernán Andrade defienden sin condicionamientos el Gobierno.
Se ha visto en las votaciones en el Congreso. En el trámite de la reforma de reequilibrio de poderes, los conservadores se negaron a apoyar la lista cerrada y el voto obligatorio y en lo referente al tribunal de aforados, en primer debate, varios votos fueron en contra de la propuesta de gobierno.
Un congresista, que prefirió que se guardara reserva de su nombre para no ser “castigado” por el Gobierno, manifestó que “ya se anunció la liquidación del Incoder, el ministro de Agricultura ya no es conservador, al presidente del Banco Agrario lo sacaron. La relación entre Santos y el partido está pendiente del delgado hilo que representa el Instituto Colombiano Agropecuario”.
El divorcio está firmado. Así lo ratifica el presidente del Partido Conservador, David Barguil, quien sostiene que “el partido tiene que andar en un camino de independencia que le permita acompañar lo bueno del gobierno, pero esa independencia también nos debe servir para disentir de lo que no estamos de acuerdo. Con esa agenda de soluciones queremos lograr el triunfo en las elecciones de octubre del próximo año”.