La internacionalización de la paz

Si se tratara de sacar una conclusión del ciclo 33 de diálogos entre el Gobierno y las Farc, habría que decir que el proceso de paz de La Habana se internacionalizó por completo. Recibió, por decirlo de alguna manera, la bendición y el apoyo de los más reconocidos expertos en resolución de conflictos, de gobiernos como el de Estados Unidos y el de España. Pero además vivió un hecho histórico en el país: la reunión entre altos oficiales activos y comandantes guerrilleros, que empezarán a buscar la fórmula para el cese bilateral. Un tema que la cooperación internacional exige y en el que jugará un papel esencial.

Y es que durante estos últimos once días la mesa de diálogos recibió respaldos muy importantes, como el del exsecretario general de Naciones Unidas Kofi Annan, quien se reunió con el presidente Santos, con su equipo negociador y con la delegación de paz de las Farc, en Cuba. Lo mismo hizo Bernard Aronson, el observador designado por el Departamento de Estado Norteamericano, y uno de los más reconocidos facilitadores del proceso de paz centroamericano.

Del otro lado, el presidente Juan Manuel Santos le metió el acelerador a fondo en su gira por España. Sorprendió al asegurar que estaría dispuesto a interceder ante el gobierno de Estados Unidos para evitar la extradición de los jefes guerrilleros. Palabras que reviven la esperanza de que ‘Simón Trinidad’, quien permanece preso en EE.UU podría llegar a la mesa de diálogos en algún momento, como lo han solicitado sus compañeros de armas.

Y es que el presidente Juan Manuel Santos consiguió en la Madre Patria más de lo que muchos se imaginaron. El presidente Mariano Rajoy se comprometió, a través de su ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, a impulsar en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas el apoyo necesario para blindar los acuerdos a que se llegue en La Habana, en especial en materia de justicia. Puesto que se podría conseguir la suspensión de la intervención de la Corte Penal Internacional, invocando la defensa de la paz.

La propuesta no estuvo exenta de polémica y el expresidente Álvaro Uribe reaccionó a través de su cuenta en Twitter: “Viaje fue para poner al Gbno. español de abogado para que el terrorismo no sea llevado a la cárcel”. Y lo apoyó el también senador del Centro Democrático Alfredo Rangel: “CPI no actúa en España porque allá encarcelan a Eta; Santos da impunidad a Farc y pide ayuda a España para que CPI no actúe en Colombia. Cinico”.

Así, con el bloque entre autoridades en resolución de conflictos de la talla de Annan o el expresidente de Costa Rica Óscar Arias —quien estuvo hace unas semanas en Bogotá dando su apoyo al proceso de paz—, y de gobiernos como el de Barack Obama, en Estados Unidos, o el de Mariano Rajoy, en España, la mesa de diálogos consiguió un fuerte pool de defensores internacionales. Y dos serán sus funciones: hacer viable el acuerdo en materia de justicia y apoyar la consecución del cese bilateral y definitivo del fuego.

Precisamente, estos son dos aspectos que se trabajaron fuertemente durante el ciclo de conversaciones. Y para esto, la clave la tiene el grupo de oficiales en servicio activo que llegaron a La Habana el pasado miércoles. El grupo, encabezado por el general Javier Flórez, está integrado por los generales Martín Fernando Nieto y Alfonso Rojas Tirado (Ejército), Oswaldo Rivera (Fuerza Aérea) y Álvaro Pico (Policía) y el contraalmirante Orlando Romero (Armada), y contribuirá desde la subcomisión técnica para el fin del conflicto, en la que participan también los más destacados comandantes guerrilleros.

Y aunque las reuniones de los uniformados fueron a puerta cerrada y muy poco trascendió, las palabras con que los recibieron los delegados de las Farc dicen mucho del clima del proceso. “Quiso el azar que los aquí presentes personifiquemos este encuentro entre adversarios que por más de 50 años se han confrontado en los campos de la patria. Quienes nos sentamos de este lado de la mesa, nos sentimos honrados de estrechar la mano de tan distinguida delegación de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional y no dudamos en expresarles nuestro reconocimiento y respeto de compatriotas”.

Y continúa el texto: “Detener esa tragedia, es la sagrada tarea que nos han impuesto los más altos intereses de la patria. Terminar una guerra como la que nos hemos visto obligados a protagonizar desde orillas opuestas, es la más importante e histórica misión que nos pudieran haber encomendado. Estamos seguros de que las dos partes sabremos cumplirla y honrar la confianza que en nosotros han depositado las generaciones presentes y futuras”.

Las palabras leídas por el jefe guerrillero Joaquín Gómez concluyeron con claridad la misión: “Un cese al fuego bilateral inmediato, verificado por instancias nacionales e internacionales, es un imperativo ético para las partes; es el mayor gesto de humanidad que podemos dar a los millones de compatriotas que miran con esperanza este proceso; pero es también, la mejor forma de corresponder los nobles y solidarios esfuerzos de la comunidad internacional que nos acompaña en este empeño por la reconciliación nacional. Silenciemos ya los fusiles y que la próxima vez que se vuelva a escuchar su ruido ensordecedor, solo sea para anunciar con su salva el amanecer del nuevo día para Colombia”.

Es así como el ciclo de paz 33, que acabó ayer en La Habana (Cuba), podrá pasar a la historia como la ronda de diálogos en que se internacionalizó el proceso de paz de Colombia. El mismo en que por primera vez se sentaron frente a frente un grupo de generales de la Policía y el Ejército con jefes militares de las Farc para hablar del fin del conflicto armado.

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@AlfredoMolanoJI