"La paz no es sólo La Habana"

Excomisionado de Paz en el gobierno de Andrés Pastrana, Camilo Gómez es hoy la fórmula vicepresidencial de Marta Lucía Ramírez por el Partido Conservador. Está convencido de que pasarán a segunda vuelta y que el panorama para la campaña reeleccionista del presidente Juan Manuel Santos se complicó tras los resultados de las elecciones al Congreso del 9 de marzo. Y en esta entrevista con El Espectador arrecia en sus críticas al Gobierno y a las negociaciones con las Farc en La Habana, que, como dice, están llenas de incertidumbre y se han hecho de espaldas al país.

¿Qué análisis hace después de las elecciones legislativas y de cara a las presidenciales?

El candidato presidente no tiene las mayorías y habrá segunda vuelta. Santos no la tiene ganada y va a tener un problema de gobernabilidad.
Pero la sumatoria de la U, Cambio Radical y los liberales sigue siendo mayoría en Senado y Cámara...
Es una mayoría precaria.

¿Y si les sumamos a los congresistas conservadores que están con Santos?

La ley es clarísima: si Santos y Vargas Lleras se están inventando fórmulas para que algunos congresistas conservadores estén con ellos, sin incurrir en doble militancia, están haciendo trampa. Y de eso es que estamos aburridos. Es inexplicable que haya dirigentes que quieren entregarle el Partido Conservador a la unión de Santos, Samper y Serpa.

¿Cree que el Partido Conservador está listo para plantear una alianza con el uribismo?

El Centro Democrático tiene su candidato: Óscar Iván Zuluaga. Nosotros tenemos a Marta Lucía Ramírez y con ella vamos a pasar a segunda vuelta.
Claro que el expresidente Uribe tuvo un desliz hace poco y dijo que Ramírez sería una buena vicepresidenta de Zuluaga...
Eso fue un lapsus, porque las fórmulas ya no son modificables y la campaña está arrancando con muy buenas posibilidades para nosotros de pasar a segunda vuelta.

Hablando de alianzas, ¿dónde ve a Enrique Peñalosa?

Es bienvenido en el Partido Conservador. Es un hombre inteligente, pero no nos anticipemos.

¿Usted también cree que hubo fraude en los comicios al Congreso?

Sí, hay hechos lamentables. El problema de la compra de votos fue notorio. La publicidad engañosa también.

¿En qué consiste ese frente común contra el fraude en las presidenciales, al que convocó Marta Lucía Ramírez?

Sería para tener unas elecciones transparentes. La idea es que los candidatos que le pelean los votos a Santos estemos juntos, porque con trampa no se debería ganar una elección.

Como excomisionado de Paz, ¿por qué cree que no se le debe apostar a un proceso que podría cerrar un conflicto de 50 años?

Quién más convencido está de apostarle a una terminación del proceso, soy yo: me la he jugado por la paz y conozco a las Farc, sé cómo piensan y actúan. Uno aprende de los errores y veo que este proceso tiene un problema muy grande: es vergonzoso ver que el presidente Santos ordena callar a un gremio porque le hace críticas a sus negociaciones. La paz no es de Santos, es de todos. El presidente empezó su gobierno diciendo que haría la unidad nacional, y lo que ha hecho es la división nacional. La paz no es sólo La Habana, sino que se construye con más seguridad, con una batalla frontal contra la corrupción, con mejor educación.

¿Qué les responde a quienes dicen que usted no tiene autoridad moral para hablar mal del proceso de La Habana después de lo del Caguán?

Al contrario, tenemos autoridad moral quienes entendemos el problema no desde un escritorio, sino con las botas puestas y en la selva, porque nos ha tocado pelear con los terroristas. Porque el proceso de paz que me correspondió no fue sólo ir al Caguán, fue fortalecer a las Fuerzas Militares. Además, la de hoy es una negociación secreta y el presidente solamente se lo reveló a Germán Vargas Lleras un día después de nombrarlo su fórmula presidencial. Eso es uso de información privilegiada del Estado.

Pero ¿acaso uno de los grandes errores del Caguán no fue ese show mediático en que se convirtió el proceso?

Prefiero que los colombianos vean lo que pasa y no que al final tengan una sorpresa inaceptable. La confidencialidad del proceso no riñe con la información que todos los colombianos debemos tener. Un problema que tuvimos en el Caguán fue que la sociedad no se consolidó alrededor del proceso y hoy está pasando lo mismo. A Santos se le acabó el gobierno y no hizo la paz.

Pues a Uribe se le acabaron dos gobiernos y tampoco terminó la guerra...

No soy guerrerista. Critiqué la guerra sin posibilidades de negociación. Me parece que a las Fuerzas Militares siempre hay que fortalecerlas, como sucedió en mi período con Andrés Pastrana. La sola guerra y la sola paz tienen problemas.

Hablando de Fuerzas Militares, ¿cree que están divididas frente al proceso de paz?

Las Fuerzas Militares tienen que salir fortalecidas en un proceso de paz, pero hay gente que cree que se deben debilitar. Con Marta Lucía Ramírez creemos que hay que retornarles la credibilidad que han perdido en este gobierno.
Y usted que conoció a las Farc , ¿les cree?

El problema no es creerles. No hay un solo colombiano que les crea. El problema es saber llevarlas a firmar la paz. Pero la paz es que haya justicia, seguridad, educación...

Las Farc siempre hablan de responsabilidad del Estado. ¿Qué tanta le cabe al Partido Conservador?

Les voy a contar una anécdota que me contó una vez Manuel Marulanda cuando le pregunté por qué se había metido en la guerra. Me dijo que en Génova, Quindío, le gustaba la política y trabajaba con los liberales, que una vez dieron la orden de boicotear las elecciones de Laureano Gómez, pero el día anterior a las elecciones le llegó un telegrama que decía que había que votar. Dijo que los liberales lo dejaron colgado de la brocha y que por eso se metió a la guerrilla.

¿Cómo ve la fórmula Santos-Vargas Lleras?

El vicepresidente debe tener la misma agenda que el presidente. Pero uno ve que Santos se dedica a la paz y Vargas Lleras la detesta. Tal vez lo único que los une es la mermelada.

¿Qué les responde a quienes dicen que usted no tiene votos?

No soy un político tradicional. No soy un cacique electoral y no lo quiero ser, pero soy una persona que ha trabajado por el país.

¿Usted es el vocero del pastranismo en la actual campaña presidencial?

Soy, he sido y espero seguir siendo amigo del expresidente Andrés Pastrana. Le he pedido consejo y espero seguir haciéndolo. Las lealtades no se cambian por razones electorales. Pero esta es la campaña del Partido Conservador.

¿Por qué insisten tanto en que el samperismo se tomó el gobierno Santos?

El presidente Santos se unió con Samper y Serpa. Uno los ve juntos, ve a Samper diciendo que presentó su propuesta, su alternativa programática a la campaña del candidato presidente. Es evidente que ahí están. Por eso duele que haya conservadores que quieren estar con Santos.

¿Cuál va a ser su función como vicepresidente?

El encargo que tengo es pensar en una reforma a la justicia y en la lucha contra la corrupción.

¿Y no cree que en eso de la corrupción, el Partido Conservador tiene que hacer un mea culpa?

Sin duda. Ha habido casos horripilantes y espantosos de los conservadores. Muchos acabaron presos por la parapolítica. Para mí hubiera sido más fácil quedarme en mi escritorio como abogado, pero me aterra ver lo que le pasa a mi partido. Y si uno no se pone las botas y se mete a dar la pelea, las cosas van a seguir iguales.

¿En qué va la impugnación de la convención conservadora que eligió a Marta Lucía Ramírez?

Están impugnadas las convenciones conservadora y de la U, a la cual nadie le ha dado el menor despliegue y que el Consejo Electoral tiene engavetada. El Consejo Electoral tiene la obligación de decidir rápido, aunque no es competente. La Ley 1475 estableció que los partidos son los competentes para resolver las impugnaciones. Pero lo que pienso es que el Consejo Electoral cree que es la mejor fórmula para sacarnos del camino, pues en su composición tiene a siete magistrados que provienen de los partidos que apoyan a Santos. Tan es así que hay un rumor de que están buscando la fórmula para que los parlamentarios conservadores que quieran se vayan al santismo. Eso es una conducta que puede acabar en sanciones penales. La Procuraduría así lo ha advertido.

¿Cómo dirimir el dilema entre paz y justicia?

Hay dos problemas distintos: el de la impunidad y el de la reinserción. Porque hay un montón de guerrilleros que sólo saben disparar. Por eso es importante que la guerrilla entienda que quienes hicieron terrorismo fueron ellos y no el Estado. Para esto tiene que haber verdad y no repetición, porque sin eso no hay perdón de la sociedad.