El jueves fue agitado para monseñor Rubén Darío Salazar. Una vez notificado por el Vaticano sobre su designación como Arzobispo de Bogotá —en reemplazo de Pedro Rubiano, quien presentó su dimisión tras haber alcanzado la edad de jubilación—, tuvo que contestar decenas de llamadas de felicitación, atender a los medios de comunicación y seguir atento a sus tareas como presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana.
De 68 años de edad, filósofo del seminario de Ibagué, licenciado en Teología Dogmática de la Pontificia Universidad Gregoriana y en Sagrada Escritura por el Pontificio Instituto Físico de Roma, Salazar entró a los 11 años al seminario, ha sido obispo de Cúcuta, arzobispo de Barranquilla y director del Departamento de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal.
¿Cómo se dio su vocación?
Desde muy pequeño. Nací en el seno de una familia muy católica, donde se vivía la fe de una forma espontánea y profunda. Desde niño me pareció estupendo ser sacerdote para poder servir a la comunidad y llevarle el Evangelio. Fue una vocación que luego se fue consolidando y fortaleciendo hasta que opte por ser sacerdote y fui ordenado a los 24 años.
Como arzobispo de Bogotá, ¿cuáles son sus prioridades?
La prioridad es llevar a Jesucristo a todos. Creemos que Jesús es el camino, la verdad y la vida, y, por lo tanto, es la fuente de la felicidad para el ser humano. Anhelamos que las personas sean felices y que las comunidades se organicen para vivir en paz y alegría.
¿Cuál cree que es el mejor camino para alcanzar la paz?
Hay una frase de la sagrada escritura que dice: “El resultado de la justicia es la paz”, y pienso que mientras no haya una justicia en todos los campos de la vida nacional, especialmente en lo social, no podrá haber paz.
¿La Iglesia seguirá colaborando con las liberaciones?
Seguimos trabajando por la paz. Las liberaciones son un aspecto pequeño de lo que puede significar un trabajo por la paz, por lo tanto, seguiremos facilitando y trabajando por esto cuando sea necesario y recibamos directrices del Gobierno que nos permitan hacerlo.
¿Qué expectativas tiene frente al nuevo gobierno?
Tenemos mucha esperanza en que con el señor presidente Santos se pueda lograr un gobierno más centrado en un desarrollo integral de todos los colombianos, en la búsqueda de la paz, de mejores relaciones con los países vecinos y de una unidad nacional más fuerte.