La pelea por el aval del Centro Democrático

Una tormenta enfrenta el Centro Democrático en Antioquia, lo que podría llevarlo a perder las elecciones para la Gobernación. Esto a raíz de la decisión del expresidente Álvaro Uribe de no entregarle el aval a la exsenadora Liliana Rendón, que fue ratificada mediante un oficio enviado por la veedora nacional del partido, Mery Becerra Gómez, en el que señalan que no será tenida en cuenta su aspiración bajo el principio de “verdad sabida, buena fe guardada”, contradiciendo el resultado de la encuesta Gallup en la que Rendón había ganado el aval frente a su rival, Andrés Guerra Hoyos.

La decisión de Uribe —que se dio luego de una reunión con los miembros del Grupo Empresarial Antioqueño, en la que plantearon su inconformidad con la aspiración de Rendón— amenaza con romper internamente el Centro Democrático, pues el ala del exgobernador Luis Alfredo Ramos, a la que pertenece Rendón, se mantiene firme en su apoyo y no están dispuestos a frenar la campaña, aunque el expresidente diga lo contrario.

Ese enfrentamiento se está haciendo evidente en las movidas políticas. Ayer se inscribió la lista al Concejo de Medellín por la colectividad y fueron sacados de un plumazo los considerados “ramistas”: Nicolás López y Gabriel Jaime Cadavid. De igual forma, el hermano de Liliana Rendón, John Fredy Rendón, se inscribió al Concejo por el Partido de la U, haciendo más evidente su divorcio.

En medio de esta tormenta política, Liliana Rendón envió un mensaje a sus seguidores en el que les señalaba que “de la mano de Dios, continuaré en la campaña para la Gobernación”. Este optimismo coincide con una impugnación ante el Consejo Nacional Electoral que presentó su equipo jurídico, encabezado por Guillermo Mejía, expresidente de esa corporación, de la cual tuvo conocimiento de primera mano El Espectador.

Los argumentos son claros: de acuerdo con Ley 1475 de 2011, los resultados de las encuestas, como mecanismo para elección de candidatos, son de obligatorio acogimiento para los partidos políticos. Además, presentaron documentos firmados por la dirección de la colectividad en Antioquia, en los que reconocen a Rendón como candidata del Centro Democrático, y videos en los que aparece el expresidente Uribe promoviendo su campaña. Sin embargo, los partidos también tiene la facultad de negar avales bajo el concepto de verdad sabida y buena fe guardada o por considerar que el candidato está inmerso en irregularidades.

Más allá de la decisión de darle o no el aval del Centro Democrático a Liliana Rendón, la fractura puede tener consecuencias graves en la fuerza política de la colectividad en Antioquia, región en la que eran llamados a ser protagonistas. Solo en materia de alcaldías, se habla de que el sector del “ramismo” tiene 80 candidatos avalados en el departamento y se dice que su capital electoral supera los 600 mil votos.

Por su parte, el sector de los uribistas “de opinión”, como se ha denominado a los dirigentes que no estaban de acuerdo con la candidatura de Rendón, está deshojando la margarita. Proponen como candidato al empresario Juan Gómez Martínez, quien tiene 83 años y no lo han podido convencer de asumir estas banderas. También hablan del exdirector del Sena Darío Montoya y la última opción es Ana Cristina Moreno, exdirectora de Planeación del departamento, que se lanzó al Concejo hace cuatro años y apenas superó los 100 votos. Una decisión nada fácil.

En los mentideros políticos antioqueños hablan de un acercamiento entre Rendón y el Partido de la U, pero no hay nada claro. También dicen que se inscribiría por el movimiento Mira, pero en la colectividad lo descartan. Por ahora, lo único claro es que el Centro Democrático se aleja de la posibilidad de convertirse en la principal fuerza política en el departamento y la última palabra la dictará el Consejo Nacional Electoral.

Una tormenta enfrenta el Centro Democrático en Antioquia, lo que podría llevarlo a perder las elecciones para la Gobernación. Esto a raíz de la decisión del expresidente Álvaro Uribe de no entregarle el aval a la exsenadora Liliana Rendón, que fue ratificada mediante un oficio enviado por la veedora nacional del partido, Mery Becerra Gómez, en el que señalan que no será tenida en cuenta su aspiración bajo el principio de “verdad sabida, buena fe guardada”, contradiciendo el resultado de la encuesta Gallup en la que Rendón había ganado el aval frente a su rival, Andrés Guerra Hoyos.

La decisión de Uribe —que se dio luego de una reunión con los miembros del Grupo Empresarial Antioqueño, en la que plantearon su inconformidad con la aspiración de Rendón— amenaza con romper internamente el Centro Democrático, pues el ala del exgobernador Luis Alfredo Ramos, a la que pertenece Rendón, se mantiene firme en su apoyo y no están dispuestos a frenar la campaña, aunque el expresidente diga lo contrario.

Ese enfrentamiento se está haciendo evidente en las movidas políticas. Ayer se inscribió la lista al Concejo de Medellín por la colectividad y fueron sacados de un plumazo los considerados “ramistas”: Nicolás López y Gabriel Jaime Cadavid. De igual forma, el hermano de Liliana Rendón, John Fredy Rendón, se inscribió al Concejo por el Partido de la U, haciendo más evidente su divorcio.

En medio de esta tormenta política, Liliana Rendón envió un mensaje a sus seguidores en el que les señalaba que “de la mano de Dios, continuaré en la campaña para la Gobernación”. Este optimismo coincide con una impugnación ante el Consejo Nacional Electoral que presentó su equipo jurídico, encabezado por Guillermo Mejía, expresidente de esa corporación, de la cual tuvo conocimiento de primera mano El Espectador.

Los argumentos son claros: de acuerdo con Ley 1475 de 2011, los resultados de las encuestas, como mecanismo para elección de candidatos, son de obligatorio acogimiento para los partidos políticos. Además, presentaron documentos firmados por la dirección de la colectividad en Antioquia, en los que reconocen a Rendón como candidata del Centro Democrático, y videos en los que aparece el expresidente Uribe promoviendo su campaña. Sin embargo, los partidos también tiene la facultad de negar avales bajo el concepto de verdad sabida y buena fe guardada o por considerar que el candidato está inmerso en irregularidades.

Más allá de la decisión de darle o no el aval del Centro Democrático a Liliana Rendón, la fractura puede tener consecuencias graves en la fuerza política de la colectividad en Antioquia, región en la que eran llamados a ser protagonistas. Solo en materia de alcaldías, se habla de que el sector del “ramismo” tiene 80 candidatos avalados en el departamento y se dice que su capital electoral supera los 600 mil votos.

Por su parte, el sector de los uribistas “de opinión”, como se ha denominado a los dirigentes que no estaban de acuerdo con la candidatura de Rendón, está deshojando la margarita. Proponen como candidato al empresario Juan Gómez Martínez, quien tiene 83 años y no lo han podido convencer de asumir estas banderas. También hablan del exdirector del Sena Darío Montoya y la última opción es Ana Cristina Moreno, exdirectora de Planeación del departamento, que se lanzó al Concejo hace cuatro años y apenas superó los 100 votos. Una decisión nada fácil.

En los mentideros políticos antioqueños hablan de un acercamiento entre Rendón y el Partido de la U, pero no hay nada claro. También dicen que se inscribiría por el movimiento Mira, pero en la colectividad lo descartan. Por ahora, lo único claro es que el Centro Democrático se aleja de la posibilidad de convertirse en la principal fuerza política en el departamento y la última palabra la dictará el Consejo Nacional Electoral.