La protesta de las canas

Hoy, un grupo de llamados “adultos mayores” realizará un plantón en Bogotá en contra de la restricción a su movilidad por el coronavirus que les ha impuesto el Gobierno. Dicen que la medida es autoritaria.

Laura Angélica Ospina y Juan Sebastián Lombo
11 de junio de 2020 - 11:00 a. m.
De izquierda a derecha: Lisandro Duque, director de cine; Clara López Obregón, política y exministra de Trabajo; Daniel Samper Pizano, periodista, y Rudolf Hommes, exministro de Hacienda. / Gustavo Torrijos - Archivo particular
De izquierda a derecha: Lisandro Duque, director de cine; Clara López Obregón, política y exministra de Trabajo; Daniel Samper Pizano, periodista, y Rudolf Hommes, exministro de Hacienda. / Gustavo Torrijos - Archivo particular
Foto: Archivo

Este 19 de junio, las personas mayores de 70 años cumplirán 90 días encerrados en sus casas y todavía les faltará por cumplir dos meses y medio más de cuarentena, según las determinaciones de la Presidencia frente a la pandemia del COVID-19.

Como ha dicho el Ejecutivo, esa población es la más vulnerable al contagioso virus, en términos de tasa de mortalidad, y en ello se ha basado para establecer un férreo aislamiento. Las excepciones para los adultos mayores solo contemplan la posibilidad de salir para abastecerse -si alguien más no lo puede hacer por ellos-, hacer uso de los servicios financieros y si son funcionarios públicos o de la salud. Ahora, más recientemente, se habilitó una ventana de dos horas semanales para que hagan actividad física afuera.

En ese contexto sale a flote su voz de protesta. Varias personalidades de avanzada edad han expresado su oposición a las medidas que el presidente Iván Duque, quien los ha llamado “abuelitos”, considera que les protege, pero que ellos ven como violatorias de sus derechos. Y aunque no son las únicas críticas que le han caído al primer mandatario por sus decisiones, cobra cada vez más fuerza ese mensaje de rechazo a la restricción de movilidad que el Gobierno ha dictado como obligatoria y que afecta a los casi cuatro millones de colombianos que son mayores de 70 años, según cifras del DANE.

A través de columnas, entrevistas y hasta conversatorios, representantes de esta población han expresado su molestia a lo que ellos consideran una marginación de los ancianos de la vida pública. Entre los primeros en encabezar los reclamos está Daniel Samper Pizano, que en una columna en el portal de opinión Los Danieles-Columnas sin Techo puso el tema sobre la mesa. En ese texto, titulado “La jaula de los abuelos”, el reconocido periodista llegó a asegurar que los perros estaban siendo mejor considerados y tratados en esta crisis que la población de la tercera edad, de la que él es parte. A este reclamo les siguieron otros tantos columnistas y opinadores, que también se unieron al rechazo por el trato que han tenido por parte del Gobierno Nacional.

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El Espectador pudo hablar con varios de ellos y la mayoría llegaron al mismo punto en común: los han tratado de una forma irrespetuosa. “No hablan ni consultan con nosotros para saber nuestra opinión. Nos tratan como si fuéramos una especie de peste”, dijo Samper Pizano, en diálogo con este diario. Una posición bastante parecida expresó el director de cine Lisandro Duque, quien también usó su columna para mostrar su molestia ante las medidas presidenciales: “Es una falta de respeto. Nosotros (los mayores de 70 años) tenemos una formación moral que es confiable y que debió ser motivo de consulta. Se debió hablar con un sector de viejos para no hacernos sentir como rehenes o personas bajo arresto domiciliario”.

Otro de los que usó su espacio para criticar las medidas del Gobierno frente a los mayores de 70 fue el exministro de Hacienda en el gobierno Gaviria, Rudolf Hommes. Este aseguró que la molestia, que expresó en su columna, parte de “la manera irrespetuosa como nos han tratado”. Y agregó que actualmente el grupo poblacional por encima de los 70 años es un sector muy importante dentro de la actividad económica, por lo que debería tratarse como a cualquier otra persona que disfruta de la plenitud de sus derechos. “El problema es que estamos expuestos para morirnos más rápido por el coronavirus, pero aún tenemos todas nuestras capacidades físicas y mentales. Podemos ser cautelosos y no es necesario encerrarnos de forma tan irrespetuosa”, enfatizó.

Pero sentirse irrespetados no es la única consideración por parte de los de la tercera edad. La exministra Clara López Obregón calificó la determinación presidencial como “discriminatoria de los derechos humanos de los adultos mayores”, algo que, según su concepto, se suma a la generalizada idea que se ha adoptado en el país de que ser viejo es convertirse en un ser inútil y desechable. “Aunque el pretexto de la cuarentena para los adultos mayores es protegerlos, lo que uno ve que hay por debajo es la intención de reservar las camas de cuidados intensivos para el resto de la población. Siendo así, que lo hagan explícito”, aseguró la economista y dirigente política.

La columnista Aura Lucía Mera tiene reflexiones semejantes a las de López Obregón. Para ella, es un desacierto destinar al encierro diferenciado a la tercera edad. “Es injusta la medida de estar enjaulados, porque uno se puede morir enclaustrado. Somos personas totalmente funcionales. No me siento encerrada personalmente, pero sí me parece claustrofóbico para los estratos socioeconómicos más vulnerables, en los que hay un montón de conjuntos de interés social donde viven adultos mayores, hacinados bajo un techo de zinc”, dijo.

Todos los consultados expresaron que el Gobierno ha puesto en duda sus capacidades e incluso ha llegado a desechar sus conocimientos, a pesar de que ellos podrían traer importantes colaboraciones ante la crisis del nuevo coronavirus. “Entiendo la vulnerabilidad de mi edad, por lo tanto, sé que sin un decreto nosotros hubiéramos podido entender ese llamado y permaneceríamos en casa. Los viejos no somos callejeros, el domicilio es nuestro taller de creación. Estaba en cuarentena por mi propia voluntad, pero el tratamiento autoritario y paternalista de los asesores jóvenes hizo que comenzáramos a tener una rebelión íntima y una compulsión por salir”, expresó Lisandro Duque.

Asimismo, dijo Mera: “Ninguna persona de más de 70 años va a salir a bailar salsa en Cali en la galería Santa Elena. No va a ser tan idiota. Entonces, se debería apelar más a la responsabilidad de cada uno, porque la restricción no tiene sentido cuando son precisamente los adultos mayores los más precavidos por su condición”. A la par, López Obregón afirmó: “A todos los grupos etarios hay que darles el mismo trato. Hay que hacer pedagogía en salud y autocuidado para todos. Estamos ante un problema social de profundo calado y con el pretexto demagógico de hacer el bien, hacen el mal”.

Las molestias llegan también, incluso, frente al término de “abuelitos”, que usó por varios meses el presidente Iván Duque para referirse a la población en cuestión y por el que tuvo que salir a ofrecer disculpas. “Se nos subvaloró”, comentó Lisandro Duque: “Tengo nieto, pero no me dice abuelito. Ese diminutivo, que viene desde el uribismo, es muy fastidioso”. Sobre este mismo asunto, Samper Pizano recalcó: “Es un término en el que quiere ser simpático el presidente, pero es ofensivo. Nos trata como los perritos y no como ciudadanos. Es una idiotez”. A lo que Hommes comentó: “Es una manera que busca encubrir con diminutivos alguna medida represiva. El diminutivo esconde tiranía”.

Lo cierto es que la molestia generalizada es evidente y ha llevado a estos y a otros adultos de más de 70 años a expresarse en contra de las medidas del Ejecutivo. Hace dos semanas, Hommes, López y Humberto de la Calle fueron parte de una tertulia que se denominó “La rebelión de las canas”, en la que expresaron su malestar. Este inconformismo ha ido escalando hasta el grado de que este jueves se ha convocado a los mayores de 70 a un plantón bautizado ahora como “Canas al aire libre”. El encuentro está programado para la 1:00 de la tarde, en la plaza Eduardo Umaña Mendoza, más conocida como Las Nieves, en Bogotá. Uno de los principales impulsores de la jornada es Lisandro Duque.

“No sé si vaya a ir gente suficiente, ojalá no haya gente que constituya una aglomeración. Hemos sido cautelosos para que no vaya tanta. Vamos a utilizar un exceso de prudencia y un distanciamiento. Además, apenas concluya el acto, nos vendremos para la casa”, dijo Duque. Algunos de los consultados por este diario aseguraron que muestran apoyo a la causa, pero no pueden participar de ella por estar fuera de Bogotá. Sin embargo, Rudolf Hommes confirmó su asistencia y comentó que espera que “no manden al Esmad”. Y entre todas esas reflexiones, como era de esperarse, aparece una en la perspectiva política de un movimiento de mayores: “Somos pensantes, votamos, nos haremos sentir. Nos estaremos pronunciando”.

Por Laura Angélica Ospina y Juan Sebastián Lombo

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