La reelección y los desobedientes azules

“Gracias a los conservadores que nos están apoyando”, dijo el martes pasado el presidente Juan Manuel Santos, en el momento de inscribir su candidatura a la reelección ante la Registraduría Nacional. Y aunque en los mentideros políticos se sabe que hay algunos dirigentes azules que están del lado del jefe de Estado —léase aquellos congresistas que no acompañaron la elección de Marta Lucía Ramírez como la candidata del partido—, fue la invitación del exministro Juan Gabriel Uribe a conformar un grupo de los llamados “conservadores con Santos” lo que provocó la ira de la Dirección Nacional del Partido, que incluso ya advirtió denuncias por doble militancia.

Lo que se sabe es que Uribe, exministro de Santos y conservador ‘purasangre’, estaría organizando una reunión, la próxima semana, entre Santos y un grupo de conservadores desobedientes, pero además se dice que estaría haciendo un llamado a las bases de la colectividad a no acatar la decisión de la convención y respaldar al presidente. Pero además, otra señal que tiene encendidos los ánimos en los azules es que en la gira que hizo Marta Lucía Ramírez esta semana por el Huila, sólo la acompañó uno de los parlamentarios de la región.

“Mala cosa, mal mensaje, pésimo ejemplo para la política colombiana la conducta que asume el doctor Juan Gabriel Uribe, al invitar a los conservadores y congresistas a que se aparten de lo dispuesto por la máxima jerarquía del partido, su convención nacional, y voten por una candidatura distinta a la de Marta Lucía Ramírez”, manifestó el presidente del Directorio Conservador, Ómar Yepes, quien advirtió que los organismos de control de la colectividad están atentos a dichos actos de indisciplina y doble militancia con el fin de aplicar sanciones, según lo disponen los estatutos.

Incluso, Yepes fue más allá y enfatizó que a Juan Gabriel Uribe no le queda bien hacer ese tipo de pronunciamientos cuando su periódico, El Nuevo Siglo, ha sido cuna del pensamiento, la doctrina y la disciplina del conservatismo, y él mismo ha recibido reiteradamente de la colectividad mandatos de representación, como lo fue precisamente el de ser ministro del Medio Ambiente de Santos o consejero de paz en el gobierno Andrés Pastrana. “Eso por lo menos lo debería llevar a callarse, en momentos en los que el partido convoca a la lucha por el poder”, concluyó Yepes.

Por su parte, la misma candidata Marta Lucía Ramírez calificó como un “espectáculo grotesco” que el presidente Santos y su fórmula vicepresidencial, Germán Vargas Lleras, estén tratando desde hace mes y medio de inducir a la doble militancia a los congresistas conservadores: “Ellos no pueden apoyar ninguna candidatura diferente a la que decidió la convención nacional, que no está en tela de juicio. Y me parece el colmo que desde la Fundación Buen Gobierno estén tratando de inducir a cometer un pecado que les puede costar a esos legisladores la pérdida de su investidura”, señaló, anunciando que le enviará una carta al jefe de Estado reclamándole por lo que cree es un ataque a la institucionalidad del Partido Conservador.

“Gracias a los conservadores que nos están apoyando”, dijo el martes pasado el presidente Juan Manuel Santos, en el momento de inscribir su candidatura a la reelección ante la Registraduría Nacional. Y aunque en los mentideros políticos se sabe que hay algunos dirigentes azules que están del lado del jefe de Estado —léase aquellos congresistas que no acompañaron la elección de Marta Lucía Ramírez como la candidata del partido—, fue la invitación del exministro Juan Gabriel Uribe a conformar un grupo de los llamados “conservadores con Santos” lo que provocó la ira de la Dirección Nacional del Partido, que incluso ya advirtió denuncias por doble militancia.

Lo que se sabe es que Uribe, exministro de Santos y conservador ‘purasangre’, estaría organizando una reunión, la próxima semana, entre Santos y un grupo de conservadores desobedientes, pero además se dice que estaría haciendo un llamado a las bases de la colectividad a no acatar la decisión de la convención y respaldar al presidente. Pero además, otra señal que tiene encendidos los ánimos en los azules es que en la gira que hizo Marta Lucía Ramírez esta semana por el Huila, sólo la acompañó uno de los parlamentarios de la región.

“Mala cosa, mal mensaje, pésimo ejemplo para la política colombiana la conducta que asume el doctor Juan Gabriel Uribe, al invitar a los conservadores y congresistas a que se aparten de lo dispuesto por la máxima jerarquía del partido, su convención nacional, y voten por una candidatura distinta a la de Marta Lucía Ramírez”, manifestó el presidente del Directorio Conservador, Ómar Yepes, quien advirtió que los organismos de control de la colectividad están atentos a dichos actos de indisciplina y doble militancia con el fin de aplicar sanciones, según lo disponen los estatutos.

Incluso, Yepes fue más allá y enfatizó que a Juan Gabriel Uribe no le queda bien hacer ese tipo de pronunciamientos cuando su periódico, El Nuevo Siglo, ha sido cuna del pensamiento, la doctrina y la disciplina del conservatismo, y él mismo ha recibido reiteradamente de la colectividad mandatos de representación, como lo fue precisamente el de ser ministro del Medio Ambiente de Santos o consejero de paz en el gobierno Andrés Pastrana. “Eso por lo menos lo debería llevar a callarse, en momentos en los que el partido convoca a la lucha por el poder”, concluyó Yepes.

Por su parte, la misma candidata Marta Lucía Ramírez calificó como un “espectáculo grotesco” que el presidente Santos y su fórmula vicepresidencial, Germán Vargas Lleras, estén tratando desde hace mes y medio de inducir a la doble militancia a los congresistas conservadores: “Ellos no pueden apoyar ninguna candidatura diferente a la que decidió la convención nacional, que no está en tela de juicio. Y me parece el colmo que desde la Fundación Buen Gobierno estén tratando de inducir a cometer un pecado que les puede costar a esos legisladores la pérdida de su investidura”, señaló, anunciando que le enviará una carta al jefe de Estado reclamándole por lo que cree es un ataque a la institucionalidad del Partido Conservador.