La renuncia de los generales

Tres oficiales en retiro, que se desempeñaban como asesores externos del general (r) Jorge Enrique Mora Rangel, plenipotenciario del Gobierno en las conversaciones con las Farc, enviaron una carta al presidente Juan Manuel Santos y a otros oficiales retirados en la que renunciaron a su distinción y criticaron las últimas decisiones que ha tomado el Ejecutivo en relación con las negociaciones que se desarrollan en La Habana (Cuba). La misiva sería la primera expresión de un descontento creciente en los militares en retiro por los últimos avances de la mesa.

Los firmantes de la comunicación son el mayor del aire general (r) Ricardo Rubianogroot, el mayor general (r) Víctor Álvarez Vargas y el contraalmirante (r) Luis Carlos Jaramillo Peña, quienes, de acuerdo con fuentes de la Casa de Nariño, no formaban parte de la delegación oficial del Gobierno en Cuba. Según pudo establecer este diario, nunca viajaron ni participaron de la mesa y tampoco recibieron algún pago por parte del Estado.

El descontento de los oficiales se produjo, según el documento, el pasado 17 de marzo, cuando el presidente Santos se reunió con varios oficiales en retiro y de la reserva, y les comunicó que el general Mora Rangel dejaría de asistir a La Habana, sin abandonar su condición de plenipotenciario, para explicar los pormenores del proceso en las guarniciones militares, como una medida de transición hacia el posconflicto.

“Creemos que en estos momentos el separar de la mesa, aun temporalmente, al general Mora, en especial cuando está por discutirse el punto 3 de la Agenda del Fin del Conflicto, es decir, el que verdaderamente toca con temas militares, como la desmovilización, la dejación/entrega de las armas y el cese al fuego bilateral y definitivo, es algo que no podemos comprender y en lo que estamos completamente en desacuerdo”, señalaron los generales.

Según explica la misiva dirigida a Santos, los generales llegaron a la conclusión de que la salida temporal de Mora “será perjudicial en general para la negociación y en particular para con la Fuerza Pública, y que deben existir motivos diferentes a los expuestos (por el presidente) para que se hubiera tomado la decisión de separarlo de la mesa”. Además, los generales dejaron entrever que su renuncia está relacionada con el descontento que generó esa decisión en sectores castrenses.

Fuentes de este diario señalaron que, más allá de que Mora deje de asistir a La Habana, en sectores como Acore (Asociación Colombiana de Oficiales en Retiro) existe la percepción de que algunos anuncios recientes, como el desminado humanitario, en el que participarán guerrilleros y militares, así como la suspensión de los bombardeos contra campamentos de la insurgencia, son vistos como concesiones innecesarias a las Farc y simbólicamente nocivas para las tropas. Sin embargo, en el Gobierno dicen que las decisiones están sustentadas en discusiones a las que han aportado activamente los militares y que no hay razón para el descontento.

Tres oficiales en retiro, que se desempeñaban como asesores externos del general (r) Jorge Enrique Mora Rangel, plenipotenciario del Gobierno en las conversaciones con las Farc, enviaron una carta al presidente Juan Manuel Santos y a otros oficiales retirados en la que renunciaron a su distinción y criticaron las últimas decisiones que ha tomado el Ejecutivo en relación con las negociaciones que se desarrollan en La Habana (Cuba). La misiva sería la primera expresión de un descontento creciente en los militares en retiro por los últimos avances de la mesa.

Los firmantes de la comunicación son el mayor del aire general (r) Ricardo Rubianogroot, el mayor general (r) Víctor Álvarez Vargas y el contraalmirante (r) Luis Carlos Jaramillo Peña, quienes, de acuerdo con fuentes de la Casa de Nariño, no formaban parte de la delegación oficial del Gobierno en Cuba. Según pudo establecer este diario, nunca viajaron ni participaron de la mesa y tampoco recibieron algún pago por parte del Estado.

El descontento de los oficiales se produjo, según el documento, el pasado 17 de marzo, cuando el presidente Santos se reunió con varios oficiales en retiro y de la reserva, y les comunicó que el general Mora Rangel dejaría de asistir a La Habana, sin abandonar su condición de plenipotenciario, para explicar los pormenores del proceso en las guarniciones militares, como una medida de transición hacia el posconflicto.

“Creemos que en estos momentos el separar de la mesa, aun temporalmente, al general Mora, en especial cuando está por discutirse el punto 3 de la Agenda del Fin del Conflicto, es decir, el que verdaderamente toca con temas militares, como la desmovilización, la dejación/entrega de las armas y el cese al fuego bilateral y definitivo, es algo que no podemos comprender y en lo que estamos completamente en desacuerdo”, señalaron los generales.

Según explica la misiva dirigida a Santos, los generales llegaron a la conclusión de que la salida temporal de Mora “será perjudicial en general para la negociación y en particular para con la Fuerza Pública, y que deben existir motivos diferentes a los expuestos (por el presidente) para que se hubiera tomado la decisión de separarlo de la mesa”. Además, los generales dejaron entrever que su renuncia está relacionada con el descontento que generó esa decisión en sectores castrenses.

Fuentes de este diario señalaron que, más allá de que Mora deje de asistir a La Habana, en sectores como Acore (Asociación Colombiana de Oficiales en Retiro) existe la percepción de que algunos anuncios recientes, como el desminado humanitario, en el que participarán guerrilleros y militares, así como la suspensión de los bombardeos contra campamentos de la insurgencia, son vistos como concesiones innecesarias a las Farc y simbólicamente nocivas para las tropas. Sin embargo, en el Gobierno dicen que las decisiones están sustentadas en discusiones a las que han aportado activamente los militares y que no hay razón para el descontento.