Ley de regulación del uso del plomo, en riesgo de hundirse en último debate en la Cámara

El proyecto está desde hace dos semanas en la agenda de la plenaria de la Cámara para ser debatido. Su objetivo es regular el límite de plomo en elementos de uso cotidiano, como pinturas de uso decorativo o incluso elementos didácticos para niños.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año más de 143 mil personas mueren por problemas de salud derivados de la intoxicación por plomo, que es conocida mundialmente como “plumbemia” o “saturnismo”, y afecta la mayoría de los órganos y sistemas en el cuerpo, siendo el sistema nervioso central y periférico el más sensible.

Los estudios señalan que, en los niños, la capacidad de absorción del plomo es mayor, debido a que su sistema nervioso se encuentra aún en desarrollo. Por ello son más propensos a intoxicarse y desarrollar lesiones internas irreversibles. Los efectos de este envenenamiento van desde problemas de aprendizaje y falta de concentración, hasta deficiencia motora y en algunos casos la muerte.

A su vez, en las mujeres embarazadas, la exposición a niveles altos de plomo puede afectar el desarrollo neurológico del feto o producir un aborto espontaneo, mientras que en los hombres, la intoxicación por plomo puede alterar la producción de espermatozoides e incluso la capacidad de mantener una erección.

Aun así y pese a los esfuerzos que se han hecho en los últimos años, en Colombia no existe una ley que regule el límite de plomo en elementos de uso cotidiano, como pinturas de uso decorativo o incluso elementos didácticos para niños. Hace algunos años se hundió en cuarto debate una iniciativa que buscaba ese objetivo y en la actualidad cursa el proyecto de ley 149 de 2019 Cámara - 102 de 2018 Senado, que pese a que está en el orden del día de la Plenaria de la Cámara de Representantes desde hace dos semanas, aún no ha sido debatido y está en riesgo de hundirse, faltándole sólo una discusión.

El proyecto busca fijar límites para el contenido de este elemento en productos de uso cotidiano, pero sobre todo en artículos diseñados y comercializados para su uso por niños como juguetes, útiles escolares, accesorios, ropa, entre otros. Como se recordará, hace unos meses hubo una gran polémica cuando miles de niños estuvieron en riesgo de intoxicación por la indebida comercialización de juguetes de marcas reconocidas, pintados con altas dosis de plomo, riesgo que se incrementa en temporada navideña.

Para la senadora Nadia Blel, autora de la iniciativa, es urgente definir una regulación clara para el uso del plomo en Colombia: “Los niños absorben cuatro o cinco veces más el plomo en la sangre que los adultos, ocasionándoles daños irreversibles. Y hay efectos también en las mujeres embarazadas. Necesitamos proteger a nuestros menores, pues se sabe que están en contacto permanente con productos que lo tienen, como juguetes o los mismos útiles escolares. Estamos en mora de darle a las nuevas generaciones la garantía de un buen desarrollo físico e intelectual”, enfatiza.

De hecho, la norma en discusión propone, entre otros puntos, realizar monitoreos constantes por parte del Estado de los niveles de plomo en la población estudiantil, a través de pruebas de sangre, al igual que el desarrollo de acciones tendientes a mantener o disminuir esos rangos y garantizar la atención en salud en los niños afectados. Y le pide al Ministerio de Ambiente elaborar protocolos de seguimiento ambiental para que las entidades competentes supervisen a las industrias que en sus procesos incluyan plomo y sus compuestos.

Se espera que la Plenaria de la Cámara discuta y vote hoy el proyecto, aunque inicialmente estaba de segundo en el orden del día, pero con cambios en la agenda de última hora está ahora de cuarto. “Con este proyecto de ley no sólo estamos ajustando la legislación nacional a los parámetros internacionales para garantizar la salud, especialmente de los niños, sino también estamos asegurándoles un buen desarrollo físico e intelectual, fortaleciendo el seguimiento y control a aquellas empresas que comercialicen productos que contengan este elemento”, concluye Blel.

El proyecto está desde hace dos semanas en la agenda de la plenaria de la Cámara para ser debatido. Su objetivo es regular el límite de plomo en elementos de uso cotidiano, como pinturas de uso decorativo o incluso elementos didácticos para niños.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año más de 143 mil personas mueren por problemas de salud derivados de la intoxicación por plomo, que es conocida mundialmente como “plumbemia” o “saturnismo”, y afecta la mayoría de los órganos y sistemas en el cuerpo, siendo el sistema nervioso central y periférico el más sensible.

Los estudios señalan que, en los niños, la capacidad de absorción del plomo es mayor, debido a que su sistema nervioso se encuentra aún en desarrollo. Por ello son más propensos a intoxicarse y desarrollar lesiones internas irreversibles. Los efectos de este envenenamiento van desde problemas de aprendizaje y falta de concentración, hasta deficiencia motora y en algunos casos la muerte.

A su vez, en las mujeres embarazadas, la exposición a niveles altos de plomo puede afectar el desarrollo neurológico del feto o producir un aborto espontaneo, mientras que en los hombres, la intoxicación por plomo puede alterar la producción de espermatozoides e incluso la capacidad de mantener una erección.

Aun así y pese a los esfuerzos que se han hecho en los últimos años, en Colombia no existe una ley que regule el límite de plomo en elementos de uso cotidiano, como pinturas de uso decorativo o incluso elementos didácticos para niños. Hace algunos años se hundió en cuarto debate una iniciativa que buscaba ese objetivo y en la actualidad cursa el proyecto de ley 149 de 2019 Cámara - 102 de 2018 Senado, que pese a que está en el orden del día de la Plenaria de la Cámara de Representantes desde hace dos semanas, aún no ha sido debatido y está en riesgo de hundirse, faltándole sólo una discusión.

El proyecto busca fijar límites para el contenido de este elemento en productos de uso cotidiano, pero sobre todo en artículos diseñados y comercializados para su uso por niños como juguetes, útiles escolares, accesorios, ropa, entre otros. Como se recordará, hace unos meses hubo una gran polémica cuando miles de niños estuvieron en riesgo de intoxicación por la indebida comercialización de juguetes de marcas reconocidas, pintados con altas dosis de plomo, riesgo que se incrementa en temporada navideña.

Para la senadora Nadia Blel, autora de la iniciativa, es urgente definir una regulación clara para el uso del plomo en Colombia: “Los niños absorben cuatro o cinco veces más el plomo en la sangre que los adultos, ocasionándoles daños irreversibles. Y hay efectos también en las mujeres embarazadas. Necesitamos proteger a nuestros menores, pues se sabe que están en contacto permanente con productos que lo tienen, como juguetes o los mismos útiles escolares. Estamos en mora de darle a las nuevas generaciones la garantía de un buen desarrollo físico e intelectual”, enfatiza.

De hecho, la norma en discusión propone, entre otros puntos, realizar monitoreos constantes por parte del Estado de los niveles de plomo en la población estudiantil, a través de pruebas de sangre, al igual que el desarrollo de acciones tendientes a mantener o disminuir esos rangos y garantizar la atención en salud en los niños afectados. Y le pide al Ministerio de Ambiente elaborar protocolos de seguimiento ambiental para que las entidades competentes supervisen a las industrias que en sus procesos incluyan plomo y sus compuestos.

Se espera que la Plenaria de la Cámara discuta y vote hoy el proyecto, aunque inicialmente estaba de segundo en el orden del día, pero con cambios en la agenda de última hora está ahora de cuarto. “Con este proyecto de ley no sólo estamos ajustando la legislación nacional a los parámetros internacionales para garantizar la salud, especialmente de los niños, sino también estamos asegurándoles un buen desarrollo físico e intelectual, fortaleciendo el seguimiento y control a aquellas empresas que comercialicen productos que contengan este elemento”, concluye Blel.