Una verdadera batalla campal se está viviendo en el interior del Partido de la U por cuenta de la entrega de avales para las elecciones de octubre próximo a alcaldías y gobernaciones. Debido a los pulsos de fuerzas políticas regionales, es difícil llegar a acuerdos y, ante esta situación, se deja la última palabra en manos de la Dirección Nacional, cuyo veredicto deja inconformes por todos lados. Hoy son los miembros de esta Dirección los más cuestionados, como es el caso del senador Roy Barreras, quien ha asumido la vocería de la colectividad y se ha encargado de anunciar decisiones polémicas.
La diferencia más reciente fue por darle el aval a Angelino Garzón para la Alcaldía de Cali. Aunque esta candidatura fue definida por consenso entre los parlamentarios que tienen mayor caudal electoral en el Valle —entre ellos Roosevelt Rodríguez, apadrinado por la excongresista y casi segura candidata a la Gobernación Dilian Francisca Toro, y el mismo Roy Barreras—, dicha determinación generó la ira de Clara Luz Roldán, quien aspiraba a quedarse con la nominación y hoy estudia la opción de ir por firmas. “Clara Luz no está brava, brava es poquito”, le dijo a El Espectador un parlamentario vallecaucano.
Pero el coletazo de esta decisión fue más allá. De tajo se rompieron los acuerdos que tenía la U con el Partido Conservador, con el liberalismo y hasta con Cambio Radical. El motivo es que al tener una carta ganadora, como Dilian Francisca Toro, para la Gobernación, los otros partidos de la Unidad Nacional buscaban que para la Alcaldía se definiera el aspirante por coalición. Pero el aval a Garzón cambió por completo las cargas, teniendo en cuenta que se trata de un nombre también con amplias posibilidades de ganar. Y siendo así, la tan mentada “Unidad Nacional Regional” se fue al traste y ahora cada quien irá por su lado.
Este es sólo un capítulo de las diferencias cada vez más radicales y evidentes diferencias en la U. En Meta hay una disputa cerrada entre el sector de la senadora Maritza Martínez, quien apoya a su esposo Luis Carlos Torres a la Gobernación, contra el bloque político de la representante a la Cámara Lucy Contento, que tiene como candidato a Darío Velásquez, quien está recogiendo firmas por si no recibe el aval. El sábado hubo un encuentro para buscar un consenso, pero fracasó.
En Córdoba, departamento al que se debe en gran medida la reelección del presidente Juan Manuel Santos, también hay pelea. De un lado están los senadores Bernardo Ñoño Elías y Mussa Besaile, que promueven la candidatura del hermano de Musa, Edwin Besaile Fayad, a la Gobernación. Al otro lado están el senador Martín Morales y la representante Sara Piedrahíta, que tienen su propio candidato: Carlos Gómez Espitia, exsecretario jurídico del departamento. Por su votación al Congreso casi se da por hecho el triunfo de “los ñoños”, pero el malestar es evidente.
En cuanto a decisiones tomadas también hay perdedores. En Medellín, con la elección de Gabriel Jaime Rico, como candidato a la Alcaldía, ganó el representante León Darío Ramírez y perdió el senador Germán Hoyos. En Nariño, el candidato a la Gobernación es John Rojas Cabrera, gerente de Comfamiliar, que fue respaldado por el codirector del partido, representante Bérner Zambrano. Una decisión que molestó mucho al senador Manuel Enríquez Rosero. Disputas internas como estas se han dado también en Boyacá, Arauca, Popayán y Santa Marta. Hay mucha incomodidad y molestia, y son varios los congresistas de la U que señalan que aunque es acertado que la primera instancia de decisión sean los directorios regionales, cuando la última palabra se toma desde Bogotá, las fracturas resultan difíciles de superar.
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