Las elecciones del próximo año ya palpitan y poco a poco aumenta el sonajero de candidatos a las distintas gobernaciones y alcaldías.
Como suele ocurrir en el caso de Bogotá, la baraja es de las más amplias y ya suenan nombres como los de Carlos Fernando Galán, Juan Daniel Oviedo, Rodrigo Lara, Lucía Bastidas, Simón Gaviria, Hollman Morris, Diego Molano, Luis Ernesto Gómez: un sinfín de candidaturas a las que Roy Barreras, presidente del Senado, le sumó una más: la representante Katherine Miranda (Alianza Verde).
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Miranda llegó al Congreso en 2018 y se convirtió en una representante mediática por sus proyectos, debates y estilo frontal de hacer política. Fue reelecta para el periodo 2022 - 2026 y en estos primeros tres meses de trabajo ha ganado aún más reconocimiento.
Hizo parte del equipo de debate de la campaña presidencial de Gustavo Petro (en segunda vuelta), y por haber llegado a la presidencia de la Comisión Tercera de la Cámara. Eso la ha hecho responsable del trámite de la reforma más importante del Gobierno: la tributaria, por lo que ha tenido aún más focos sobre su labor.
Miranda se la jugó por incluir un impuesto a la renta del 20% a las iglesias y confesiones religiosas. Recién empezó el trámite de la reforma, la representante empezó a sugerir el impuesto, argumentando que Colombia es un Estado laico y que, a su modo de ver, hay muchas que son “empresas electorales que se lucran de incautos”, como las calificó en su momento.
“Si una iglesia no cumple función social y lo único que hace es amasar fortunas, pues que paguen impuestos”, dijo Miranda cuando anunció su lucha por añadir este impuesto en la reforma.
El impuesto, todo parece indicar, no se incluirá en la reforma por solicitud de los partidos tradicionales que han planteado ese y otros reparos a la reforma fiscal para mantener su apoyo a la iniciativa. Pero Miranda ha sido tan vehemente en la propuesta que desde sectores religiosos la demandaron por presuntamente “hostigar por razones religiosas”.
La acción, que llegó hasta la Corte Suprema de Justicia, fue interpuesta por Jonathan Silva, un político cercano al partido cristiano Colombia Justa Libres, quien argumentó que la demanda va más allá a la propuesta de Miranda sino que se hace por un supuesto “hostigamiento” hacia la religión. “Nos ha llamado corruptos, y generalizado a toda la creencia en sus debates, yo no me voy a quedar callado”, dijo Silva.
Tras conocerse la demanda, Roy Barreras salió en su defensa y se solidarizó con Miranda “ante demanda delirante”. Y de paso aprovechó para proponer su nombre como posible sucesora de Claudia López en el Palacio Liévano. “De acuerdo con ella (Miranda) en impuesto a Iglesias que más allá de la fe de quienes somos creyentes se vuelven negocios de algunos pastores. Y lo de Alcaldesa de Bogotá suena bien”, expresó Barreras.
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Miranda por ahora no ha hecho eco de la propuesta, pues sigue empecinada con la idea de que se incluya el impuesto a las iglesias, lo que le ha valido apoyo de otros políticos de diferentes corrientes como Alexander López y Luis Felipe Henao.
“Es injusto, pero no les tengo miedo, mi propuesta es válida y apoyada por la ciudadanía. El único hostigamiento es el que he recibido, con insultos, ataques y ahora denuncias”, mencionó Miranda sobre el rifirrafe que mantiene con sectores religiosos, incluso en el propio Pacto Histórico
Solo vale recordar que hace un par de semanas Miranda fue recriminada por el pastor Alfredo Saade, uno de los precandidatos presidenciales del Pacto Histórico quien obtuvo 21.724 votos en las consultas presidenciales del pasado 13 de marzo. “Deje de mentir. Las iglesias siempre hemos pagado impuestos. Siempre hemos tributado lo de ley y lo seguiremos haciendo. Cuando se miente para buscar protagonismo y votos, es engañar al electorado. Seguiremos pagando lo de ley”, le dijo el pastor a la representante.