Lo que hay detrás del audio de Francisco Santos

Los audios revelados no han sido la única imprudencia del embajador Francisco Santos, en septiembre de 2018, por ejemplo, dijo que se debían de tener sobre la mesa todas las opciones para lograr una salida a la crisis de Venezuela, incluida la intervención militar. / AFP

Mientras en casa suenan las cacerolas desde balcones y calles , como sonido del descontento de miles de personas que no están de acuerdo con el gobierno del presidente Iván Duque, mucho menos con la violencia y delincuencia que protagonizaron unos pocos para opacar la alegría de aquellos que son testigos de que algo está cambiando en el país, afuera las cosas tampoco parecen estar del todo bien para el primer mandatario. Y la cuestionada imagen internacional de Colombia solo tiene un nombre: Francisco Santos Calderón.

El embajador de Colombia en Washington, con desparpajo y la naturalidad que lo acompaña, protagonizó un hecho que en voz de expertos, como lo sostiene la analista en asuntos internacionales Arlene Tickner, son una vergüenza en materia diplomática. La semana pasada, una conversación entre Santos y la designada canciller Claudia Blum, en un lugar público, revelada por Publimetro, generó un rechazo que se apaciguó una vez comenzaron las movilizaciones. El contenido del diálogo, en los que se escucharon temas tan complejos como el de Venezuela, la legitimidad del Departamento de Estado de Estados Unidos y la gestión de Carlos Holmes Trujillo como ministro de Relaciones Exteriores, dejó interrogantes y críticas en congresistas y ciudadanos en general, logrando socavar hasta el presidente Duque, quien citó al embajador para que le rindiera explicación de lo dicho. El encuentro se espera que sea esta semana, sin embargo, la agenda del primer mandatario está apretada por la Gran Conversación Nacional de cara al paro.

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No en vano, el primer mandatario ordenó una cita con el embajador. “Carlos (Holmes Trujillo) no hizo nada. No tenía una estrategia (…) Yo decía: ‘¿A qué vienen?’. Nos ponía a correr, a sacar citas y luego las cancelaba”, “No tengo un interlocutor en Defensa, porque Botero no trabajaba o venía. Espero que Carlos (Holmes Trujillo) sea el interlocutor”, “Si Trump ve muy difíciles las elecciones, se mete a Venezuela”, "Eso no quiere decir que Pompeo no tenga peso, pero el resto, nada. Esto está dividido por secretario, subsecretario. De ahí pa’ abajo parece una ONG (sobre el Departamento de Estado)”, fueron algunos de los comentarios que se le escucharon a Santos, los cuales, para analistas, son muy delicados y dejan expuesta la credibilidad del Gobierno para futuros diálogos, especialmente con Estados Unidos, uno de los países aliados más importantes para Colombia.

“Los audios son comprometedores en cuanto a la relación con Estados Unidos. Esto ya salió en toda la prensa de allá. Me imagino que la gente del Departamento de Estado no está contenta con los comentarios, a pesar de que sean ciertos”, comentó Sandra Borda, magíster en relaciones internacionales. Su interpretación no es aislada tampoco a la de otros expertos en el tema. “Lo que observó Santos sobre la desvertebración del Departamento de Estado es cierto. Hay una concentración del poder y de las decisiones en la Casa Blanca. Desde la perspectiva de Trump, no creo que se perjudiquen las relaciones, pero a nivel institucional sí, donde queda la memoria histórica de los favores, agravios y comentarios ofensivos”, apunta la ya mencionada profesora Arlene Tickner.

La desconfianza y la pérdida de la credibilidad, coinciden ellas y congresistas de la oposición de la comisión que debate los temas internacionales, son los escenarios que podrían minar las relaciones entre ambos países en un futuro, aunque Trump, dice Tickner, esté concentrando sus energías en las audiencias que pueden anteceder a un proceso de destitución en el Congreso.

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Pero más allá de las alianzas con EE.UU., los audios fueron reveladores, dicen las fuentes consultadas, en cuanto dan muestra de una fragmentación en el trabajo de Gobierno. Y por esa razón, principalmente, piden la renuncia de Santos. “He analizado tres posibles costos de estos audios por los que debería de abandonar su cargo. Primero las relaciones con Estados Unidos; segundo, por todo lo que tiene que ver con Venezuela; y tercero, lo que considero más importante, lo que concierne a la unión y trabajo mancomunado del gabinete del gobierno de Duque. Si hay algo damnificante en lo que se le oyó, es la manera tan despectiva de hablar de Carlos Holmes Trujillo y de Guillermo Botero (…) Esto sí tiene eco, confirmándole a la opinión pública las divisiones existentes al interior del Gobierno, enormes costos en la legitimidad, gobernabilidad e imagen internacional”, comentó Tickner.

“No hay otra posibilidad que la que presente su renuncia o el presidente se la pida”, manifestó el senador del Polo Democrático Iván Cepeda, apelando a esta probable dimisión como una oportunidad para reorientar la política exterior del Gobierno que, a su parecer, “ha tomado una posición ambigua frente al proceso de paz e implementación de cara a la comunidad internacional” y ha liderado, dice, un plan para intervenir en los asuntos internos de Venezuela a través del Grupo de Lima y el cerco diplomático, estrategias que el mismo embajador junto a la canciller designada asintieron que fueron todo un fiasco. “Nosotros como oposición deberíamos de sentirnos satisfechos porque esas fueron las advertencias que le hicimos a Iván Duque en su momento”, recordó por otro lado el parlamentario verde, Antonio Sanguino.

La renuncia, para el representante Alejandro Carlos Chacón, del Partido Liberal, es exagerada: “Creería que no es la medida. Sí se requiere de un llamado de atención. Si en definitiva lo hace, también lo debería de seguir Blum. Ella tuvo la misma indelicadeza y con esto arrancó muy mal su mandato. De pronto los años por fuera de la política, a ambos, se les olvidó que hay que tener discreción”.

La nueva canciller es el otro problema de Duque, quien solo citó a Santos a dar cuentas. “El problema es que se ha querido hacer de esa conversación un hecho intrascendente en el que de manera normal un funcionario habla con su nueva jefe y le da unas explicaciones”, opinó haciendo crítica el senador Cepeda. Y en palabras de Sanguino, el adelantar una reunión sin ningún protocolo, en cuanto al lugar, deja muy mal parado a las formas de trabajar del Gobierno: “Pareciera que la canciller estuviera haciendo tele-empalme en un cafetería en Washington y con el funcionario que no es”.

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Ante este panorama, Tickner vaticina que pese a la ratificación que hizo Duque del nombramiento de Blum, su gestión no será de aguas tranquilas. “Ella es tan crítica como Santos, de manera más moderada, del Gobierno que representa, obviamente eso va a limitar su labor”, además porque representa una de las alas más uribistas: fue embajadora ante Naciones Unidas en la administración de Uribe, en la cual, a su juicio, “la política exterior tuvo más costos que beneficios”.

El Centro Democrático sigue apegado a que la situación no era para generar tanto eco, por ende, la renuncia no es una solución a la vista de la situación. “Recién escuché la noticia dije ‘Dios mío, qué habrá hecho’. Cuando lo escuché, me pareció un tema totalmente inocuo: lo único que hizo fue darle un parte a quien será su jefa de lo que está pasando; de las dificultades en el Departamento de Estado, y que no hay una estrategia con el Gobierno”, manifestó la senadora María Fernanda Cabal.

Eso sí, con o sin renuncia, desde ya la oposición se plantea citar a un debate de control político para que el Ministerio de Relaciones Exteriores responda y justifique lo dicho por Santos, especialmente lo concerniente a Venezuela. Igualmente, en la Comisión Segunda de la Cámara está en la agenda una discusión sobre tratados libres de comercio con Europa en la que está citada Blum. “Seguramente le haremos preguntas, que no están dentro del tema, sobre lo que dijo de Venezuela y tendrá que responder”, anticipó Chacón.