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'Lo que importa es el candidato por la paz'

Desde el exilio, la politóloga asegura que en su misiva no pidió apoyar la reelección del presidente Santos sino conformar listas serias para el Senado, gran obstáculo en la democracia colombiana.

Camila Zuluaga
11 de noviembre de 2013 - 09:00 p. m.
 Claudia López abandonó el país en septiembre  por amenazas, según ella, de la  banda criminal que dirige ‘Marquitos Figueroa’ en La Guajira. / Luis Ángel
Claudia López abandonó el país en septiembre por amenazas, según ella, de la banda criminal que dirige ‘Marquitos Figueroa’ en La Guajira. / Luis Ángel

Desde Chicago, Estados Unidos, la politóloga Claudia López habló con El Espectador sobre la propuesta que presentó la semana pasada a través de una carta dirigida a los potenciales candidatos presidenciales del Partido Verde, para encaminar los esfuerzos políticos y ciudadanos hacia el fortalecimiento del Congreso y así tomar decisiones claras con el objetivo de que la paz esté antes de cualquier cosa.

¿Cuál era el propósito de la carta?

Tenía dos propósitos: uno, alertar acerca de que lo más importante que está pasando hoy en Colombia es ese proceso que busca ponerle fin a la guerra, y dos, que yo sé que es muy sexy ser candidato presidencial, pero el gran tampón de la democracia son la clase política y el Congreso, que no deja que fluya la relación entre la ciudadanía y las instituciones. No podemos seguir dejándole el Congreso a cualquiera simplemente porque nos aburre; hay que mandarle a esa institución la mejor gente que tengamos, en una causa colectiva organizada. No puede ser más fácil quitarles las armas a las Farc que recuperar la política de los corruptos.

¿Y por qué Santos es el único que podría hacer la paz o seguir el proceso, según eso?

No se trata de eso. El presidente Santos se echó al hombro una tarea que es la más impopular, pero  la  más importante en Colombia: ponerle fin a la guerra con las Farc. Yo no soy santista ni mucho menos, pero si esa es la prioridad nacional, uno tiene que pensar en función de las prioridades del país y no de los intereses propios. La pregunta que hay que hacerse es cómo lograr que ese proceso de negociación de fin del conflicto armado llegue a buen curso.

¿No le parece que el presidente Santos ha incurrido en las mismas prácticas políticas que usted critica de los demás por quererse reelegir?

Mi carta en ningún momento decía unámonos alrededor de la reelección de Santos. Es unirse alrededor de unas listas al Congreso serias, con la gente de más alto nivel, porque al Congreso le venimos dejando lo “peor es nada”. Suponga que el día de mañana Antonio Navarro ganara la Presidencia, cosa que a mí me encantaría, pero va a ser tan preso de la clase política tradicional como lo es hoy Santos.

¿O sea que Santos ha actuado como lo ha hecho por cuenta de la clase política?

Santos es un completo rehén de la clase política tradicional, que lo exprime y extorsiona, y como no tiene una habilidad política propia, entre más débil está, la clase política más se aprovecha. Con eso no lo quiero excusar, pero mientras la gobernabilidad esté en manos de quienes hoy están en el Congreso irán extorsionando al que sea.

¿Y su propuesta intenta cambiar eso?

Si queremos cambiar eso, hay que actuar en los dos niveles: no sólo tener buenos candidatos a la Presidencia sino también los mejores candidatos al Congreso, e intentar tener una ciudadanía fuerte que tenga empatía y relación con el Legislativo, porque aquí el Congreso va para un lado y la ciudadanía para otro.

Ya que habla de que la ciudadanía va para un lado y el Congreso para el otro, una encuesta reciente refleja que la opinión está muy esperanzada con la paz, mientras la ciudadanía está totalmente desencantada del proceso y no le cree... ¿No se supone que quienes lleguen al Congreso deberían reflejar ese sentimiento?

Los ciudadanos desconfiamos muchísimo de las Farc, y con toda razón, y creemos que si nos pueden faltonear, lo harán. La gente no va a creer hasta ver. Pero si ya hicimos todo el esfuerzo de llegar hasta aquí, no podemos seguir en la guerra sin fin, que es aquello que proponen los uribistas. Hicimos el proceso de fortalecer la Fuerza Pública para obligar a las Farc a sentarse, y ahora que eso sucede hay que lograr que culmine una negociación seria.

Hay en el país quienes piensan que el conflicto no se acaba sólo negociando. ¿La única opción es el diálogo?

Haber fortalecido a la Fuerza Pública durante todos estos años fue fundamental, porque gracias a eso hoy están sentados a la mesa. Pero nuestro gran sueño no puede ser poner otros 300.000 muertos como los que ha dejado este conflicto armado, porque la guerra es muy popular y la paz muy impopular. El gran sueño tiene que ser ponerle fin a la guerra y dedicarnos a hacer que esa paz sea duradera.

Vi la respuesta de Enrique Peñalosa a su carta, pero ¿qué le respondieron los demás?

Antanas dijo que estaría dispuesto a meterse al Congreso si eso hace parte de un proceso político serio, no por salvar un umbral, y si somos un equipo que tiene control político hacia el futuro.

Y Navarro, ¿qué le contesto?

Nada, que yo sepa.

Él tiene la tesis de que es mejor hacer una consulta interpartidista con el Polo Democrático. ¿Usted cree que ese partido le halaría a esto que usted propone?

Mire, esos son juegos políticos a tres bandas entre ellos, que a mí no me interesan. Sin embargo, me parece absurdo que después de conseguir un acuerdo con los verdes se den cuenta de que realmente querían hacer un acuerdo con el Polo.

Pero esos son los juegos políticos a tres bandas que hoy concentran la atención del Partido Verde...

Navarro tiene un punto y es que ahorita lo más importante no es saber quién va a ser el candidato presidencial; lo importante es saber si va a haber una coalición de fuerzas de diferentes partidos que logren sustituir a parte de esa clase política que le menciono, tener participación importante en el Congreso y ponerse de acuerdo en un candidato único por la paz.

¿Y qué hacer entonces con Santos, quien se considera el candidato de la paz?

Pues ese candidato de la paz debe salir de la unión de fuerzas de todos aquellos que están trabajando por ese propósito. Si Santos cree que es el candidato, que también vaya a la consulta, y si sale victorioso, pues será el candidato por la paz de todos esos sectores. Aquí está clarísimo que ya hay un candidato por la guerra que escogieron de manera tramposa, como todo lo que ellos hacen; ahora tenemos que tener nosotros nuestro candidato.

Es decir, ¿la idea es hacerle contrapeso al candidato uribista de manera contundente?

Los uribistas nos dicen todos los días, con un año de anticipación, que su propósito es sabotear la paz, que su única razón de ser es sabotear la paz y que Colombia siga en guerra. Esa es su agenda. Los tipos que anuncian eso van derecho para el Congreso, y nosotros echando globos. No podemos ser tan insensatos, tenemos que trabajar en los dos frentes.

Sin embargo, Peñalosa, uno de esos candidatos a quien usted les mandó la carta, no comparte del todo su contenido...

Él dice que le sirve más a la ciudadanía desde la Presidencia que desde el Congreso, y puede que tenga razón; lo que pasa es que para eso hay que ganar. Lleva quince años saliendo muy bien en todas las encuestas, pero muy mal en todas las elecciones. Debe considerar su capital político en donde se necesita más en este momento de la vida política colombiana.

¿No cree entonces que el Partido Verde puede seguir con el proceso y garantizar la continuidad?

Como le digo, lo que importa no es el candidato de ese partido, eso es lo de menos. De hecho, el partido está en mora de pronunciarse y decir que, como movimiento, si llega al poder está en la disposición de seguir con el proceso de paz como está, sin cambiar negociadores y continuando lo que se ha venido haciendo hasta ahora para darle las garantías a la ciudadanía que cree en lo que se está haciendo en Cuba. Ese es el tipo de cosas que la Alianza Verde debe hacer ya, pero como está en las triviales discusiones de la mecánica política no se concentra en lo importante.

¿Ese trabajo que propone es sólo de un partido o es la invitación a que todos manden sus mejores exponentes al Congreso?

Lo que está pasando en los otros partidos es desastroso. En el Partido Liberal están mirando cuál sobreviviente del Proceso 8.000 va a encabezar su lista al Senado: el señor que defendió a Samper desde el Gobierno o la señora que le dio impunidad y absolución desde el Congreso. Esa es la oferta de renovación que tenemos... Gerlein, en el Partido Conservador, es un tipo que lleva cuarenta años robándose al departamento del Atlántico. Por eso es que hay que construir unas nuevas fuerzas políticas por dentro y por fuera del Congreso, para que este panorama no sea el que afrontemos.

‘Con o sin Uribe el Congreso es una vergüenza’

¿La preocupación por el Congreso de los diferentes sectores se debe a que tienen temor por la llegada de Uribe al Congreso?

Con Uribe o sin Uribe el Congreso en Colombia es una vergüenza. Y la solución para enfrentarlo no puede sólo estar entre dinosaurios o delfines.

Ya que todo se centra en el proceso de paz, ¿le parece que el proceso va bien hasta ahora?

Va bien, lo que se ha negociado hasta ahora, tanto en lo agrícola como en lo político, me es sensato. Tiene posibilidades reales de ponerle fin a una guerra de 60 años.

Muchos dicen que en la declaración que se dio de la culminación del segundo punto, el de la participación política, se dijo el qué, pero no el cómo.

¿Eso es un indicador de que va bien?

Eso de nuevo nos muestra por qué el Congreso va a ser tan importante. Si aspiramos a que esto no se vuelva una dictadura, en donde el presidente impone todo por decreto, el Congreso tendrá que decidir los cómo de la negociación.

‘Santos está desconectado de la gente’: López

¿Cuándo empezará su campaña al Senado?

No. Vengo trabajando con un grupo de gente desde hace un año, con el Movimiento Pido la Palabra, en una propuesta ciudadana que iba bastante bien, pero que en cierta medida perdió el ánimo cuando la popularidad de Santos se vino en picada, y con toda razón, porque es un presidente completamente desconectado de la ciudadanía.

No me respondió, ¿va usted a trabajar por una candidatura al Senado?

Sólo estoy dispuesta a trabajar en política en el puesto que sea si se trata de un proyecto serio a 20 años. No como pasó en las pasadas elecciones con el Partido Verde, si vamos a trabajar es con un proyecto serio a largo plazo. Esta carta también es una reflexión de mi vida, llevo 20 años convencida de que lo que había que hacer era fortalecer la ciudadanía, porque con la constituyente ya habíamos creado unas instituciones buenas. Entre las instituciones buenas y la ciudadanía quedó un tampón que es la clase política.
 

 

Por Camila Zuluaga

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