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Los Gaviria y la coalición santista

El pulso por las nuevas mesas directivas del Congreso dentro de la unidad nacional.

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El Espectador
17 de junio de 2010 - 11:09 p. m.
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El apoyo, con pullas incluidas al Gobierno, que anunció el ex presidente liberal César Gaviria a la candidatura de Juan Manuel Santos y la dura reacción del presidente Álvaro Uribe, quien lo consideró como “oportunista” y en una llamada telefónica lo trató de “canalla, cobarde y sinvergüenza”, comenzó a plantear una nueva disyuntiva dentro del  escenario político que tendrá el país a partir del domingo.

Y todo indica que la primera consecuencia del rifirrafe entre Uribe y Gaviria se verá en la elección de las nuevas mesas directivas del Congreso de la República, donde desde ya se libra una dura batalla entre los mismos uribistas, conservadores y quienes ahora aparecen como nuevos aliados y que antes estuvieron en la oposición: los liberales.

Hasta el miércoles, dando por hecho la victoria de Santos, congresistas que formarían parte del llamado Gran Acuerdo de Unidad Nacional se peleaban si en las mesas directivas de Senado y Cámara tendrían prioridad la U y el conservatismo o si más bien le daban juego también al liberalismo y a Cambio Radical en igualdad de condiciones. Palabras más palabras menos, lo que se trataba de resolver era si se le abría campo para que el representante Simón Gaviria —la mayor votación del país en las elecciones de marzo pasado e hijo de César Gaviria— llegara a la presidencia de la Cámara.

La decisión prácticamente fue tomada el jueves en el restaurante La Fragata, en una reunión entre congresistas de la U y el conservatismo. Cuentan que el ex ministro de Agricultura, Andrés Felipe Arias, al enterarse del choque entre Gaviria y Uribe, promovió que un liberal no podía ser el presidente de la Cámara: “Estos dos partidos (la U y el Conservador)  hemos soportado las tesis de Álvaro Uribe y por eso el acuerdo debe ser primero entorno a los dos”, habría sido el mensaje enviado a través de algunos de sus alfiles en la colectividad.

Por ahora quedó plateado que el próximo martes, la U y los conservadores se reúnan cada uno por su lado para cuadrar que los primeros se queden con la presidencia del Senado y los segundos con la de la Cámara de Representantes. Para Cambio Radical y el liberalismo quedarían las vicepresidencias.

Sin embargo, en una clara muestra de que aquello de la Unidad Nacional que plantea Juan Manuel Santos no será tan fácil, al menos en lo que tiene que ver con poner de acuerdo al Legislativo, el presidente del Partido Conservador, Fernando Araújo, desautorizó a Arias al afirmar que si bien “tiene amigos en el Congreso, la gente tiene derecho a participar en las decisiones que se toman con la bancada y en colaboración de la dirección nacional”.

En respuesta, el representante Santiago Castro, de la cuerda del ex minagricultura, dijo que Araújo se está “extralimitando” al querer prohibir reuniones, pues éstas comenzaron a darse ante la falta de actividad y el clamor de los congresistas por definir el asunto. “Los principales socios del Gobierno son la U y el conservatismo, y la carta de Gaviria a Santos deja en claro que para pensar en una coalición fuerte se necesita haber compartido la historia”, enfatizó Castro.

Y con respecto a la posibilidad de que Simón Gaviria llegue a la presidencia de la Cámara, concluyó: “No es factible la misma dimensión con otras colectividades como la liberal porque la gente ve que Juan Manuel Santos es la garantía de que los programas de Uribe van a ser continuados. Simón Gaviria quedó muy debilitado, es un excelente candidato, con condiciones profesionales, pero para las mesas directivas los socios deben ser Conservador y la U. De pronto más adelante habrá espacio”.

Pero el problema es que dentro de la misma coalición uribista ‘purasangre’ hay un fuerte pulso. Los rumores hablan de que Juan Lozano —de la U y quien obtuvo la mayor votación al Senado—, ha reclamado la presidencia de la corporación, pero que quien se le atraviesa en su misma colectividad es Armando Benedetti, quien cuenta con el respaldo de Cambio Radical, herido por el transfuguismo del primero. Por cierto, Lozano también suena para la presidencia del Partido de la U. Otro que está en la puja es José David Name y se comenta que desde la Casa de Nariño se respalda al conservador Efraín Cepeda.

En la Cámara, ante la adversidad que afronta Simón Gaviria y si la U no logra coronar en el Senado, se buscaría impulsar a Miguel Amín, del Atlántico. Pero si la U asume la presidencia del Senado, les tocaría el cargo a los conservadores y los que suenan son Óscar Fernando Bravo, de Nariño, y Heriberto Sanabria, del Valle.

Bravo reconoció que tiene esa aspiración e insistió que si bien Simón Gaviria tiene derecho, “las mayorías deben prevalecer y éstas están formadas por  la U y los conservadores”. Simón Gaviria, en cambio, prefirió guardar silencio, aunque según le ha manifestado a sus asesores, se siente “agradecido y contento” por el hecho de que su nombre esté sonando.

Este jueves, el presidente Uribe y el ex presidente Gaviria le bajaron el tono al enfrentamiento y sobre la llamada en la que  se insultaron, el primero dijo que lo único que vale la pena recordar es el diálogo que ha sostenido con los colombianos y el segundo, que debemos esperar a que Santos sea elegido, que acoja algunas de las propuestas liberales y que le vaya bien. Lo cierto es que Santos aún no ha ganado y su mensaje de unidad no es que esté siendo entendido  por la bancada uribista.

Por El Espectador

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