Los proyectos que tiene en riesgo el coronavirus

La contingencia del coronavirus puso en aprietos al Congreso en más de un aspecto. Primero, tuvo que comenzar un mes después de lo establecido por la ley: las sesiones se reanudaron el 13 de abril, cuando tendrían que haberse iniciado la segunda semana de marzo. Segundo, no estaba preparado para su paso de la presencialidad a los entornos digitales, por lo que su adaptación fue tortuosa e incluso sembró dudas sobre la legalidad de los debates y lo aprobado. Este último punto, el de las votaciones, todavía sigue en duda, pues no hay certeza de que lo hecho sea válido.

La demora tanto para iniciar sesiones como para debatir y votar proyectos tiene al Congreso contando los segundos. En Cámara y Senado, sobre todo en este último, hay una seguidilla de proyectos cuya vida está en peligro por culpa del calendario. Haber comenzado sesiones un mes después y la demora en las votaciones les ha quitado posibilidades de salir adelante. No importa el anuncio hecho hace unas semanas por la ministra del Interior, Alicia Arango, de que se llegará hasta el 20 de julio con sesiones extraordinarias, empatando con la nueva legislatura. Muchas de las iniciativas en la lista de espera tienen como plazo máximo el 20 de junio, después de estar dos años esperando ser tramitados, y otros son proyectos de acto legislativo o de ley estatutaria que no pueden ser discutidos en las sesiones extras.

Desde que se comenzó este nuevo período se sabía del estrecho margen de discusión que se tenía ante el inicio tardío de las sesiones, pero el panorama en el Senado ha hecho aún peor el futuro de algunos de los proyectos en lista de espera. Y es que en esta corporación las dudas frente a la constitucionalidad de las votaciones por medios digitales hicieron que solo hasta hace una semana algunas comisiones reanudaran este tipo de procedimientos legislativos. Antes, todas las células del Senado se centraron en reuniones de carácter informativo y en debates de control político. Incluso, con la reanudación de las votaciones en comisiones, ahora el problema recae en la plenaria, donde no se han realizado discusiones de proyectos y mucho menos votaciones.

Este hecho tiene en puntos suspensivos dos actos legislativos que ya cursaron toda su primera vuelta y ya surtieron su segundo paso por la Cámara de Representantes: se trata del que crea la Región Metropolitana de Bogotá y el que busca instaurar la cadena perpetua para violadores y asesinos de menores de edad. Ambas iniciativas comenzaron 2020 con la necesidad de dar sus últimas dos vueltas. En Cámara, la Comisión Primera les dio pronta discusión y así se convirtieron en las dos primeras aprobadas de forma remota de la historia del Congreso. En Plenaria, el paso fue también expedito, y así llegaron en menos de un mes al Senado.

Ahora el turno es para la Cámara Alta. Ambos actos legislativos son de los terrenos de la Comisión Primera del Senado y, por cronograma, deberían ser debatidos en los próximos días. “Estamos muy justos, pero todavía hay tiempo. Son dos actos legislativos que vienen de la Cámara (cadena perpetua y Bogotá Región Metropolitana) y de ahí pasamos a proyectos de ley que deben discutirse en primer debate para seguir vivos en la siguiente legislatura. Los primeros tienen prioridad en la agenda. Una vez se radicaron sus ponencias, se nombraron a los ponentes que estaban en la vuelta anterior”, declaró Santiago Valencia, presidente de la célula legislativa y senador por el Centro Democrático.

La discusión del proyecto para impulsar la cadena perpetua para los violadores de niños comenzó esta semana. El lunes pasado se realizó una audiencia pública frente al tema y este martes fue allegada la ponencia. De esta manera, en la sesión de hoy, la Comisión Primera podría debatirlo y votar este proyecto. Como también es un acto legislativo, el proyecto de Bogotá pasaría a ser discutido inmediatamente después. De ser aprobados ambos, la cuestión pasaría al resorte de la plenaria, que no ha avalado ni un solo proyecto y cuyos procedimientos para las votaciones hasta ahora se estarían definiendo a totalidad. De no superarse esta instancia, de nada habría servido el trámite por tres vueltas y media.

La falta de discusión y votación en la plenaria igualmente pone en riesgo otras iniciativas, como la que prohíbe los experimentos con animales en el país. Es de autoría del representante Juan Carlos Lozada y comenzó su camino en 2018. Al ser una ley ordinaria, solo necesita cuatro debates, de los que ya cumplió tres, y tiene dos años para ser aprobada. Sin embargo, la única discusión que le falta es la de la plenaria del Senado. Pero, como está el panorama en esta instancia, no se sabe si habrá votaciones allí y si el proyecto alcanza a ser discutido y votado frente a otros que tienen prelación por su carácter de actos legislativos o leyes estatutarias.

Otro proyecto al que solo le falta su tránsito en plenaria del Senado es el conocido como la “Ley Jacobo”. La iniciativa, cuya autora es la representante Ángela Sánchez, busca eliminar las barreras administrativas en el sistema de salud para los menores de edad con cáncer. “La salud de ellos también está en emergencia, este proyecto es muy importante para los niños y adolescentes que padecen esta terrible enfermedad. Este proyecto permitirá que los menores reciban una atención oportuna, se reducirá el número de muertes y mejoraremos la calidad de vida de cada uno de los miembros de la familia”, comentó la congresista, advirtiendo del peligro de archivo estando a un solo debate.

En la colada de proyectos que necesitan trámite antes del 20 de junio para no archivarse también está el de pago a plazos justos. Este miércoles será discutido en la Comisión Tercera del Senado (está de séptima en el orden) y, dependiendo de lo que allí ocurra, pasaría a plenaria. En una situación similar está el que pretende valer las prácticas como experiencia laboral, incluido en la agenda de la Comisión Sexta del Senado para esta semana. En la Cámara hay otros que pueden hundirse a falta de dos debates, como la iniciativa de la representante Juanita Goebertus, que busca garantizar el transporte escolar rural. Ya está agendada, pero los tiempos están muy ajustados frente a otras iniciativas que están en la cola.

Si se llegan a sumar los proyectos que necesitan un primer debate para seguir con vida y aquellos que requieren uno o varios para no hundirse en esta legislatura, el resultado puede llegar hasta los 70. Cada fin de período es normal que se hundan una buena cantidad de iniciativas por falta de trámite, pero, en esta ocasión, son varias las que iban por buen camino, pero el coronavirus se les atravesó. Por eso, ante la apretada agenda, solo quedan 18 días de sesiones, se necesita la voluntad del Congreso en conjunto, sobre todo de la plenaria del Senado, para que salgan adelante y no sean víctimas de esta pandemia que azota al país.

La contingencia del coronavirus puso en aprietos al Congreso en más de un aspecto. Primero, tuvo que comenzar un mes después de lo establecido por la ley: las sesiones se reanudaron el 13 de abril, cuando tendrían que haberse iniciado la segunda semana de marzo. Segundo, no estaba preparado para su paso de la presencialidad a los entornos digitales, por lo que su adaptación fue tortuosa e incluso sembró dudas sobre la legalidad de los debates y lo aprobado. Este último punto, el de las votaciones, todavía sigue en duda, pues no hay certeza de que lo hecho sea válido.

La demora tanto para iniciar sesiones como para debatir y votar proyectos tiene al Congreso contando los segundos. En Cámara y Senado, sobre todo en este último, hay una seguidilla de proyectos cuya vida está en peligro por culpa del calendario. Haber comenzado sesiones un mes después y la demora en las votaciones les ha quitado posibilidades de salir adelante. No importa el anuncio hecho hace unas semanas por la ministra del Interior, Alicia Arango, de que se llegará hasta el 20 de julio con sesiones extraordinarias, empatando con la nueva legislatura. Muchas de las iniciativas en la lista de espera tienen como plazo máximo el 20 de junio, después de estar dos años esperando ser tramitados, y otros son proyectos de acto legislativo o de ley estatutaria que no pueden ser discutidos en las sesiones extras.

Desde que se comenzó este nuevo período se sabía del estrecho margen de discusión que se tenía ante el inicio tardío de las sesiones, pero el panorama en el Senado ha hecho aún peor el futuro de algunos de los proyectos en lista de espera. Y es que en esta corporación las dudas frente a la constitucionalidad de las votaciones por medios digitales hicieron que solo hasta hace una semana algunas comisiones reanudaran este tipo de procedimientos legislativos. Antes, todas las células del Senado se centraron en reuniones de carácter informativo y en debates de control político. Incluso, con la reanudación de las votaciones en comisiones, ahora el problema recae en la plenaria, donde no se han realizado discusiones de proyectos y mucho menos votaciones.

Este hecho tiene en puntos suspensivos dos actos legislativos que ya cursaron toda su primera vuelta y ya surtieron su segundo paso por la Cámara de Representantes: se trata del que crea la Región Metropolitana de Bogotá y el que busca instaurar la cadena perpetua para violadores y asesinos de menores de edad. Ambas iniciativas comenzaron 2020 con la necesidad de dar sus últimas dos vueltas. En Cámara, la Comisión Primera les dio pronta discusión y así se convirtieron en las dos primeras aprobadas de forma remota de la historia del Congreso. En Plenaria, el paso fue también expedito, y así llegaron en menos de un mes al Senado.

Ahora el turno es para la Cámara Alta. Ambos actos legislativos son de los terrenos de la Comisión Primera del Senado y, por cronograma, deberían ser debatidos en los próximos días. “Estamos muy justos, pero todavía hay tiempo. Son dos actos legislativos que vienen de la Cámara (cadena perpetua y Bogotá Región Metropolitana) y de ahí pasamos a proyectos de ley que deben discutirse en primer debate para seguir vivos en la siguiente legislatura. Los primeros tienen prioridad en la agenda. Una vez se radicaron sus ponencias, se nombraron a los ponentes que estaban en la vuelta anterior”, declaró Santiago Valencia, presidente de la célula legislativa y senador por el Centro Democrático.

La discusión del proyecto para impulsar la cadena perpetua para los violadores de niños comenzó esta semana. El lunes pasado se realizó una audiencia pública frente al tema y este martes fue allegada la ponencia. De esta manera, en la sesión de hoy, la Comisión Primera podría debatirlo y votar este proyecto. Como también es un acto legislativo, el proyecto de Bogotá pasaría a ser discutido inmediatamente después. De ser aprobados ambos, la cuestión pasaría al resorte de la plenaria, que no ha avalado ni un solo proyecto y cuyos procedimientos para las votaciones hasta ahora se estarían definiendo a totalidad. De no superarse esta instancia, de nada habría servido el trámite por tres vueltas y media.

La falta de discusión y votación en la plenaria igualmente pone en riesgo otras iniciativas, como la que prohíbe los experimentos con animales en el país. Es de autoría del representante Juan Carlos Lozada y comenzó su camino en 2018. Al ser una ley ordinaria, solo necesita cuatro debates, de los que ya cumplió tres, y tiene dos años para ser aprobada. Sin embargo, la única discusión que le falta es la de la plenaria del Senado. Pero, como está el panorama en esta instancia, no se sabe si habrá votaciones allí y si el proyecto alcanza a ser discutido y votado frente a otros que tienen prelación por su carácter de actos legislativos o leyes estatutarias.

Otro proyecto al que solo le falta su tránsito en plenaria del Senado es el conocido como la “Ley Jacobo”. La iniciativa, cuya autora es la representante Ángela Sánchez, busca eliminar las barreras administrativas en el sistema de salud para los menores de edad con cáncer. “La salud de ellos también está en emergencia, este proyecto es muy importante para los niños y adolescentes que padecen esta terrible enfermedad. Este proyecto permitirá que los menores reciban una atención oportuna, se reducirá el número de muertes y mejoraremos la calidad de vida de cada uno de los miembros de la familia”, comentó la congresista, advirtiendo del peligro de archivo estando a un solo debate.

En la colada de proyectos que necesitan trámite antes del 20 de junio para no archivarse también está el de pago a plazos justos. Este miércoles será discutido en la Comisión Tercera del Senado (está de séptima en el orden) y, dependiendo de lo que allí ocurra, pasaría a plenaria. En una situación similar está el que pretende valer las prácticas como experiencia laboral, incluido en la agenda de la Comisión Sexta del Senado para esta semana. En la Cámara hay otros que pueden hundirse a falta de dos debates, como la iniciativa de la representante Juanita Goebertus, que busca garantizar el transporte escolar rural. Ya está agendada, pero los tiempos están muy ajustados frente a otras iniciativas que están en la cola.

Si se llegan a sumar los proyectos que necesitan un primer debate para seguir con vida y aquellos que requieren uno o varios para no hundirse en esta legislatura, el resultado puede llegar hasta los 70. Cada fin de período es normal que se hundan una buena cantidad de iniciativas por falta de trámite, pero, en esta ocasión, son varias las que iban por buen camino, pero el coronavirus se les atravesó. Por eso, ante la apretada agenda, solo quedan 18 días de sesiones, se necesita la voluntad del Congreso en conjunto, sobre todo de la plenaria del Senado, para que salgan adelante y no sean víctimas de esta pandemia que azota al país.