Los temores del conservatismo con la reforma de reequilibrio de poderes

Más allá del interés del Gobierno y del Congreso de sacar adelante la reforma de reequilibrio de poderes para solucionar el desbarajuste institucional generado por la reelección presidencial, la politización de la justicia y la falta de transparencia en las elecciones, en el articulado hay temas específicos que no convencen a algunos parlamentarios y partidos porque podrían afectar sus resultados electorales. Sucede, por ejemplo, en el Partido Conservador, donde creen que serían los grandes damnificados si se llega a eliminar el voto preferente y se implementa la lista cerrada.

Así lo manifestaron al unísono los senadores Eduardo Enriquez Maya, Hernán Andrade y el exrepresentante Santiago Castro, quienes dijeron que la implementación de las listas cerradas golpearía a la colectividad. Para Enriquez Maya, es claro que el resultado del Partido Conservador en las pasadas elecciones, en las que derrotó al Partido Liberal, se debió al liderazgo de los legisladores que recorrieron el país haciendo campaña y, en un escenario diferente, una lista como la del Centro Democrático, encabezada por el expresidente Álvaro Uribe, hubiera golpeado al conservatismo.

A su vez, según Santiago Castro, el Partido Liberal de lejos supera el número de militantes del Conservador. Sin embargo, el resultado en las elecciones fue mejor para los azules. “En un escenario de lista cerrada nos hubieran ganado por el voto de los militantes”, afirmó.

Como era de esperarse, los conservadores también salieron en defensa del procurador Alejandro Ordóñez y sus posturas frente al proyecto de reequilibrio de poderes, que han generado un choque con otros sectores e incluso con la Fiscalía. “No podemos permitir que se personalice el debate con el doctor Ordóñez, acá estamos hablando del funcionario que defiende los intereses de los ciudadanos”, dijo Enriquez Maya. De hecho, el mismo jefe del Ministerio Público, quien estuvo presente en la cumbre conservadora, señaló que no está de acuerdo con las propuestas de marginar a la entidad de los procesos judiciales porque en cientos de casos se ha defendido los intereses del país y de los ciudadanos.

Por su parte, la excandidata a la Presidencia Marta Lucía Ramírez, pidió claridad en el trámite de la reforma porque, según afirmó, hay temas que pueden tener relación con lo que se está negociando en La Habana (Cuba) entre el Gobierno y las Farc y no se ha hecho público. Por ejemplo, explicó que en el articulado se abre paso que personas que hayan sido condenadas puedan aspirar a cargos de elección popular. Además, puso sobre el mesa la inquietud sobre si la posibilidad de hacer coaliciones (solo entre partidos y movimientos minoritarios) es allanarle el camino a la guerrilla para su llegada a la arena política. “Yo apoyo la paz, pero creo que se debe hablar con claridad”, manifestó.

Lo que queda claro es que las dudas y temores que presentaron los conservadores frente a la reforma y la posiciones que definieron, difícilmente podrán ser conciliadas con el Gobierno. Situación compleja si se tiene en cuenta que en el segundo debate, en la plenaria del Senado, la Unidad Nacional solo logró 52 votos en favor de la reforma, apenas dos más de lo requerido por la ley. Dicho de otro modo, el Gobierno tendrá que sentarse a hablar con los conservadores si quiere que la iniciativa sea aprobada sin pasar problemas.